Entrenamiento con método Pilates y diabetes tipo 2

Publicado 9 de junio de 2020, 13:33

Entrenamiento con método Pilates y diabetes tipo 2

El entrenamiento con método Pilates: respuestas funcionales y de la glucosa sanguínea de mujeres mayores de edad con diabetes tipo 2

La población de individuos con diabetes tipo 2 (T2D) ha estado aumentando con los años. Se estima que Brasil irá de la posición octava en el 2000 a la posición sexta en el2030. La T2D es el resultado de una relación mutua compleja entre los factores genéticos y medioambientales, reflejado en pacientes con hiperglucemia en ayunas debido a la gluconeogénesis más alta y constante y baja producción para capturar y usar la glucosa sanguínea en el músculo esquelético. Otra preocupación para los individuos con la T2D es la hiperglucemia postprandial que representa uno de los mayores factores de riesgo en reducir la calidad de vida. La hiperglucemia puede cambiar la homeostasis fisiológica de varios órganos (Ceriello 2005). Es más, el mantenimiento hiperglucémico crónico puede causar apoptosis celular y lesión en la estructura microvascular y del tejido macrovascular, como los riñones, retina, y corazón.

En una intervención terapéutica para individuos con T2D que apunta a mejorar la homeostasis de la glucosa sanguínea, la práctica del ejercicio físico ha sido implicada como una herramienta potencial (Herman 2006). El ejercicio físico mejora la sensibilidad de la insulina con una expresión mayor muscular de GLUT-4 y un consumo superior consecuente de glucosa sanguínea que puede reflejar el control de la hiperglucemia y las comorbilidades asociadas.

El control glucémico del ejercicio físico puede ocurrir tanto en un estado crónico, reduciendo la hiperglucemia en ayunas y los niveles de hemoglobina glucosilada, como en un estado agudo que podría tener aplicaciones importantes en la atenuación de la hiperglucemia postprandial. Dipietro y cols. (2006) señalaron que el ejercicio físico es eficaz en el control de los niveles de la glucosa sanguínea en mujeres mayores de edad con T2D que, como previamente se describió, ya están en la fase de declinación en su capacidad funcional (FC) (ADA 2014).

Entre las diferentes estrategias de ejercicio físico adoptadas en la prevención y control de la T2D, el método de Pilates (PILATES) ha sido usado. En base al control consciente de movimientos musculares en el cuerpo, Pilates (2000) en los años 1920s a través delPILATES, que tiene sus principios en la cultura oriental del yoga, artes marciales, y meditación y tiene como su base el control en el uso correcto y aplicación de movimientos asegurando el control de las fuerzas que actúan en cada uno de los huesos del esqueleto.

Pocos estudios han sido dirigidos sobre el efecto del PILATES acerca de la salud de mujeres mayores de edad con T2D. Los estudios previos han presentado muestras con grupos etarios distintos pero no han provisto información específica apuntando a las poblaciones de mayor edad con T2D. En este sentido, estudios más controlados son aún necesarios, sobre todo en esta población de mayor de edad con el objetivo de buscar respuestas agudas y crónicas de la glucosa sanguínea y, además, chequear si hay una asociación con la posible mejora en la FC. Así, recientemente Sergio Rodrigues Moreira de la Federal University of Vale do Sao Francisco (Brasil), llevó a cabo un estudio cuyo objetivo fue investigar el efecto de 12 semanas de un entrenamiento de PILATES sobre la FC y respuestas de la glucosa sanguínea de mujeres mayores de edad con T2D y la asociación entre estas variables después de un período de intervención.

Se dividieron al azar a 22 mujeres con T2D en un grupo de control (CONTROL: 67.566.3 años; 154.7±6.1 cm; 73.5±6.1 kg) y otro de Pilates (PILATES: 65.5±5.5 años; 155.0±4.5 cm; 66.2±5.4 kg), que sostuvieron sesiones de 60 minutos a una frecuencia de 3 veces por semana durante 12 semanas. La glucosa sanguínea fue medida antes y después de las sesiones en el grupo de PILATES, así como en los momentos de pre-, descanso, 4, 8, y 12 semanas de intervenciones de PILATES y de CONTROL. Los niveles de hemoglobina glucosilada (HbA1c) antes y después de 12 semanas de la intervención fueron evaluados. El índice general de la FC (GIFC) se obtuvo a través de una batería de tests para pacientes mayores de edad con T2D.

El análisis de variación descubrió diferencias en el GIFC para el grupo PILATES vs CONTROL, respectivamente, en 4 semanas (30.3±4.6 vs 34.8±4.9 segundos; p <0.05), 8 semanas (29.2±4.5 frente a 34.6±4.9 segundos; p <0.05), y 12 semanas (27.264.0 vs 35.3±4.6 segundos; p <0.05). El grupo de PILATES presentó una diferencia en la glucemia postprandial pre- vs 4 y 12 semanas (246.1±58.5 vs 219.9±59.9 y 207.6±49.1 mgdl-1, respectivamente; p <0.05), así como en la HbA1c pre- vs 12 semanas (7.8±1.0 vs 6.7±0.6%, respectivamente; p <0.05). Diferencias en la glucemia postprandial (p <0.05) se encontraron en el grupo PILATES antes vs después de las sesiones, respectivamente, de 1era-12da (217.1±49.1 vs 157.9±55.7 mgdl-1), 13er-24va (204.5±44.7vs 146.3±44.5 mgdl-1), y 25ta-36ta (214.3±40.4 vs 152.7±52.0 mgdl-1).

Una correlación entre la glucemia postprandial y el GIFC después de 12 semanas fue descubierta (r = 0.37; p = 0.04). Se concluyó que 12 semanas del método Pilates inducen una mejora y una relación en la FC y el control glucémico en mujeres mayores de edad con T2D.

Aplicaciones prácticas

La aplicación práctica de estos resultados puede ser útil en un programa de entrenamiento con el método del PILATES diseñado para personas con T2D para aumentar la FC y el control de la glucosa sanguínea. Por lo tanto, es recomendado realizar 12 semanas de un programa con el método PILATES, siendo 3 veces por semana con 60 minutos de duración para cada sesión a una intensidad moderada (la RPE entre 11 y 12 [escala de Borg de 15 puntos—6/20]). Como se muestra en la Tabla 2, esta intervención puede aplicarse de acuerdo con el tipo, orden, series, repeticiones, e intensidad de ejercicio durante el programa. Una orientación importante puede relacionarse al proceso respiratorio durante las sesiones de PILATES que tendrían una relación con la duración de la repetición del movimiento durante el ejercicio. En este sentido, el instructor debe promover incentivos al alumno para que el mismo realice la repetición del movimiento, consciente, lentamente y combinado con el ciclo respiratorio.

A pesar de esas intensidades del ejercicio que son consideradas de bajas a moderadas y así afianzar en términos de estrés cardiovascular y endócrino, un chequeo médico previo, incluyendo una evaluación ortopédica, cardiovascular, y metabólica, se recomienda fuertemente, sobre todo para las sesiones de PILATES a una intensidad superior.