La recuperación funcional en baloncesto. Objetivos.

Publicado 16 de mayo de 2013, 15:35

La recuperación funcional en baloncesto. Objetivos.

A continuación os escribo sobre unas jornadas de recuperación funcional realizadas en Madrid con José Canales y Carlos Sosa como principales protagonistas.

OBJETIVOS DE LA RECUPERACIÓN FUNCIONAL

Para saber DONDE tenemos que llegar debemos partir de la condición motora y física del jugador/a, previa a la lesión.

A partir de este conocimiento estableceremos los objetivos a alcanzar:

-Dotar de estabilidad activa y pasiva a las articulaciones implicadas en la lesión, directa o indirectamente, mediante el aumento de la fuerza y resistencia muscular tanto de los grupos agonistas como antagonistas y a través del aumento de la flexibilidad articular, mejorando la movilidad articular y la extensibilidad y elasticidad muscular y del tejido conectivo (tendones, ligamentos).

-La lesión provocará incapacidad sobre el rendimiento neuromuscular por lo que habrá que aumentar la coordinación, especialmente la intramuscular en el trabajo de fuerza, y la agilidad neuromuscular.

-Ejecutar correctamente las "técnicas específicas" deportivas.

-Reducir los sentimientos de ansiedad, aprensión, ... propios del jugador/a lesionado buscando incrementar su motivación destacando los aspectos positivos de su recuperación sin crear falsas expectativas.

-No me refiero al aomento de la capacidad cardiovascular como objetivo fundamental, pues debemos conseguir que apenas la pierda, y si es así, que la recupere en los primeros estadíos de la Recuperación Funcional.

-En definitiva se trata de recuperar segura, eficaz y lo más rápidamente posible el nivel de competición.

Según McGee (1995), médico deportivo norteamericano, los objetivos hay que establecerlos en el tiempo según acontecen y en este orden, objetivos inmediatos, a corto plazo y a largo plazo.

El objetivo inmediato tras una lesión es minimizar el dolor y la inflamación en los 2 ó 3 primeros días. Serán el/la médico y el/la fisioterapeuta quienes se encarguen de este propósito.

El objetivo a corto plazo es proceder a la curación del jugador/a lesionado simultaneando, siempre que sea posible, el trabajo de todas las partes del cuerpo no implicadas en la lesión con la remisión de los síntomas y las disfunciones del lesionado/a. Esto quiere decir que será el preparador/a físico qiuén se ocupe de aquellas partes no lesionadas así como de la mejora de las capacidades cardiovasculares mediante métodos de entrenamiento adaptados a la disfunción del lesionado/a tales como la bicicleta, la natación, la carrera, la "elíptica", el "remo", ... Mientras que el/la fisioterapeuta tratará de llevar a cabo el proceso de curación lo más seguro y rápido posible.

El objetivo a largo plazo consiste en la renaudación completa de la actividad físico-deportiva mediante la terapia del ejercicio, según McGee, o lo que es lo mismo la Recuperación Funcional, implicando siempre que sea posible el trabajo coordinado del fisioterapeuta, el/la preparador/a físico y el/la entrenador/a (esto ocurrirá en ACB, Liga Femenina, LEB y poco más, mientras en las categorías de base será el/la preparador/a físico quien esté a cargo de este objetivo).

PRINCIPIOS DE LA RECUPERACIÓN FUNCIONAL.

1.Incremento sistemático de la carga.

El aumento de los componentes de la carga deben respetar íntegramente la adaptación continua y gradual del tejido osteoarticular, especialmente el conectivo y en concreto el tendón, cuyo metabolismo es mucho más lento que el del músculo y necesitará de una adaptación anatómica con cargas medias y un número de repeticiones altas.

Una vez desaparecido el dolor, comenzaremos con la recuperación funcional, aumentando en primer lugar y de forma progresiva el volumen o lo que es lo mismo el número de repeticiones de los ejercicios para a continuación, cuando se tolere bien el volumen, incrementar la intensidad o la carga en kg. ó % de esfuerzo. El proceso de incremento paulatino de la carga se iniciará con ejercicios en cadena abierta para continuar con ejercicios en cadena cerrada.

Cuadro 2.- Método escalonado de aumento de la carga (Bompa, 1996)

2.Adaptación individual de la carga.

"No existen dos personas iguales", dos deportistas con la misma lesión se recuperarán con toda seguridad en plazos diferentes. Según Bompa (2002), hay que establecer unos factores en la individualización del entrenamiento.

La Base de entrenamiento formada por la experiencia y el tiempo que lleva entrenando la persona lesionada, además de su "edad biológica" se deben tener en cuenta a la hora de planificar las cargas, así como la Capacidad individual de trabajo y la Carga de entrenamiento y Tasa de recuperación diferente en todos y cada uno de los deportistas. No todos los deportistas tienen la misma capacidad de esfuerzo, ni los mismos factores externos - hábitos o estilos de vida, implicaciones emocionales, ...- que son los que determinan la cantidad y calidad de trabajo, así como los descansos a realizar.

3.Preparación para la carga.

Un correcto calentamiento mejora la disponibilidad hacia el entrenamiento y aumenta la capacidad de carga, incrementa la extensibilidad y elasticidad muscular y del tejido conectivo, favorece la coordinación neuromuscular y evita o reduce las lesiones.

También para reducir los mecanismos lesionales, especialmente musculares debemos realizar una preparación para el descanso durante la fase de postcarga o enfriamiento, conocida como vuelta a la calma.

Si nos referimos a jugadores lesionados, una adecuada preparación para la carga y el descanso va a favorecer los mecanismos de recuperación y limitar la probabilidad de recidivas.

4.Alternancia carga-descarga.

La importancia de distribuir los descansos necesarios entre las sesiones de entrenamiento, distribuidas racionalmente, permitiendo el restablecimiento del estado del tejido y su hidratación.

Un deportista debe recuperar su lesión entrenando y rehabilitando todos los días, mientras que su Recuperación Funcional se realizará 3 ó 4 veces en semana, favoreciendo las fases de recuperación necesarias.

5.Carácter multilateral orientado del entrenamiento.

Consiste en establecer relaciones óptimas artromusculares mediante la potenciación de la musculatura antagonista y el estiramiento de la musculatura principal, dado que en el baloncesto, según Paco López (preparador físico), se produce un desequilibrio muscular importante debido al predominio de la musculatura extensora - carrera, saltos, lanzamientos-

ENTRENAMIENTO DE LA RECUPERACIÓN FUNCIONAL

La Recuperación Funcional también es llamada por McGee "Terapia de ejercicios" o "Progresión funcional", "Entrenamiento coadyuvante" por Francisco Mula o "Entrenamiento regenerativo" por Leo Pruimboom (2001), fisioterapeuta holandés, que centra la importancia de la recuperación en la neuroinmunología.

Se trata de formas de entrenamiento que pretenden la incorporación progresiva del deportista "lesionado", diríamos mejor del deportista postlesionado, a la competición, junto con otros aspectos fundamentales que contribuirán haciendo el proceso más seguro, eficaz y rápido:

-Nutrición, evitar productos favorecedores de inflamaciones crónicas (carne roja, leche entera, ...).

-Suplementación, utilizar ayudas ergogénicas, complejos vitamínicos, ... bajo prescripción facultativa, además de una importante ingesta de agua.

-Hábitos de vida, llevar una vida ordenada, tener sueño y descanso reparador (7 horas aproximadamente).

-Aspecto anímico, aumentar la motivación, la autoconfianza, ...

-Medicación, si fuera necesario.

-Permanencia en el grupo, salvo en los primeros instantes de haberse producido la lesión, en el proceso agudo. El resto de los tiempos de rehabilitación y recuperación, tanto a medio como a largo plazo debe participar con el resto del equipo y sólo salir de su disciplina cuando sea imprescindible.

El entrenamiento de la Recuperación Funcional pretende conseguir como objetivo general la recuperación segura, eficaz y rápida del nivel de competición.

Para conseguir tal propósito se debe programar el trabajo ya desde el mismo proceso de curación, al que McGee definía como objetivos a corto plazo, o sea a partir del 3º ó 4º día de haberse producido la lesión. Se tratará de mantener las "capacidades de rendimiento" al más alto nivel, sin llegar a perder condición física, ni adaptaciones orgánicas al esfuerzo. Para conseguir este propósito deberemos:

·Trabajar los grupos musculares y segmentos corporales no afectados, aprovechando y mejorando aquellos aspectos que fueran deficitarios.

·Activar la articulación o zona lesionada, evitando pérdida de estímulos kinestésicos con un trabajo de propiocepción en cadena abierta, como ejemplo puede servirnos una lesión ligamentosa de rodilla en el que se hace un trabajo de propiocepción en sedestación en cadena abierta (los pies en el aire, sin ser apoyados), donde se desequilibra al lesionado/a con desplazamientos del tronco hacia delante, hacia atrás, hacia los lados.

· Mantener la condición física general, a través de una actividad que pueda realizar a pesar de la lesión (natación, carrera acuática, pedaleo estático, carrera en la "elíptica", circuitos aeróbicos, máquina de remo, ...).

·Practicar acciones técnicas complementarias con las partes del cuerpo no lesionadas e incluso realizando entrenamientos ideo-motores mediante la visualización de imágenes - técnicas hipnóticas- en las que se producen una activación orgánica importante.

En el tercer estadio, objetivos a largo plazo, vamos a desarrollar la terapia de ejercicios o lo que es lo mismo el entrenamiento puro de la Recuperación Funcional. Depende de si la lesión ha sido leve o muy grave, los tiempos de comienzo de esta tercera fase van a variar entre 7 días y 2 ó 3 meses, eso contando con que no haya inconvenientes durante el proceso de rehabilitación.

Existen otros aspectos del entrenamiento de la Recuperación Funcional muy a tener en cuenta, por un lado la información previa del jugador/a y por otro los requisitos previos para iniciar dicho entrenamiento.

La información previa del jugador/a se fundamenta en las expectativas de recuperación que tenga tanto el/la médico como el propio jugador/a que deben coincidir , aunque no siempre ocurre así. No suele pasar lo mismo entre fisioterapeuta y paciente donde las expectativas de recuperación son casi siempre las mismas (contacto mayor entre ambos). Otras informaciones necesarias son el grado de incapacidad que provoca la lesión, siendo la sinceridad la mejor aportación en este sentido, los parámetros de condición física a alcanzar, etc...

Los requisitos previos para iniciar el entrenamiento deben contemplar:

·la ausencia de dolor, aspecto prioritario para poder comenzar el entrenamiento.

·el adecuado arco de movimiento, con respecto al segmento o articulación contralateral.

·la ausencia de inflamación, siendo también este factor prioritario para decidir la incorporación a la actividad física.

·El valor de fuerza adecuado, tanto en cantidad como en calidad, proporcionando la estabilidad dinámica pretendida de las partes del cuerpo implicadas.

Sí algunos de estos factores no se cumplen o se modifican, habrá que valorar, entre los diferentes estamentos implicados, si se reajustan los objetivos, medios y tiempos de forma coordinada entre todos ellos (médico, fisioterapeuta, preparador/a físico, entrenador/a).

ENTRENAMIENTO DE LAS CAPACIDADES CONDICIONALES Y COORDINATIVAS.

Entrenamiento muscular tras la lesión.

El entrenamiento estático de la fuerza es el conocido como isométrico, se utiliza en las primeras fases de rehabilitación en ángulos articulares de 90º (+/-15º/20º ) con una duración de 6"-10" y con contracciones lentas, explosivas y funcionales.

El entrenamiento dinámico y en concreto el anisométrico, también llamado isotónico, se utilizará cuando el estático se realice sin producir dolor alguno y con un tipo de activación concéntrica.

El primer entrenamiento dinámico concéntrico es el que Bompa define como adaptación anatómica, consistente en activar músculos y principalmente tejido conectivo, tendones y ligamentos, para soportar mejor las cargas y equilibrar todos los grupos musculares. En deportistas lesionados esta fase debe durar entre 6 y 9 semanas dependiendo de la gravedad de la lesión, a desarrollar de 2/3 sesiones semanales con cargas medias (50%-60%) realizadas en 3 series de 15-20 repeticiones, llevando a cabo un incremento progresivo de la carga y un trabajo individualizado.

A continuación utilizaremos sobre la base anterior la vía de desarrollo de la hipertrofia muscular, aumentando la masa muscular y por supuesto la fuerza con cargas que suponen aproximadamente un 10RM x 10 repeticiones durante 4-6 series.

Una vez conseguido el engrosamiento de las fibras musculares, o sea la hipertrofia iniciaremos el trabajo de fuerza máxima o resistencia a la fuerza dependiendo de las características del deporte y del deportista lesionado/a, según sean actividades de fondo o velocidad.

En este proceso, si fuera necesario se continuaría con el entrenamiento de la fuerza explosiva y del Ciclo de Estiramiento Acortamiento y del entrenamiento máximo excéntrico, teniendo en cuenta que puede provocar cierto daño sobre el tejido conectivo y el muscular, pues es capaz de trabajar con cargas del 120% y repitiéndolo 8-10 veces.

A la hora de llevar a cabo el entrenamiento muscular tras la lesión hay que tener en cuenta algunos aspectos importantes:

-Iniciar sin carga y sin exceder el umbral de dolor.

-Aumentar progresivamente las cargas.

-La fuerza realizada debe ser proporcional al área transversal del músculo.

-Tener en cuenta el Principio de sobrecarga o Principio del estímulo eficaz de la carga/umbral, el organismo debe fatigarse para mejorar.


Entrenamiento de la flexibilidad tras la lesión.

La fuerza y la resistencia muscular necesitan de una amplitud de movimiento completa, de una extensibilidad y elasticidad muscular grande y de la mayor elasticidad posible del tejido conectivo, sobre todo del tendón.

El entrenamiento de la flexibilidad en un jugador/a lesionado no va a utilizar métodos dinámicos tales como rebotes, movimientos balísticos, ... y sí movilizaciones pasivas y activas siempre sin dolor.

Los métodos de referencia serán los estáticos, mantenidos durante 6"-10" como mínimo para aumentar las propiedades plásticas del colágeno de los tendones al alcanzar una temperatura de 39º-40º.No obstante el estiramiento pasivo conviene incluso mantenerlo durante 20"-30" aproximadamente.

Existen métodos pasivos englobados en el término stretching, modificaciones de la "Facilitación Neuromuscular Propioceptiva" que vienen a llamarse de diferentes formas según la técnica o la terapia que las utilice, así en Osteopatía se denomina "Energía muscular", en Fisioterapia técnicas de C-R, contracción-relajación, etc... .

En definitiva la técnica consiste en llevar al límite del estiramiento (extensión muscular) un músculo, sin que aparezca dolor, en ese momento se le pide una contracción isométrica contra una resistencia manual, durante 8", tiempo suficiente para que se estimulen los husos neuromusculares y las propiedades plásticas del tendón, aumentando ostensiblemente su longitud. Al finalizar ese tiempo se relaja la tensión muscular y se procede a un estiramiento ligeramente mayor mantenido también durante 8", aumentando en este caso tanto la longitud del músculo como del tendón. Un músculo extensible y elástico es más fuerte, más potente.

Debemos tener en cuenta una serie de aspectos importantes en el entrenamiento de la flexibilidad:

-Se debe iniciar cuando NO hay dolor local y el entrenamiento estático se hace sin dolor.

-Sirve para evaluar el estado de cicatrización de la lesión.

Entrenamiento de la coordinación y la propiocepción.

Cuando hablamos de coordinación neuromuscular, me refiero fundamentalmente a la agilidad y las habilidades motoras, capacidades coordinativas "indispensables" para alcanzar un rendimiento seguro, eficaz y rápido junto con las capacidades condicionales mencionadas en capítulos anteriores como son la fuerza, la flexibilidad y como indicaremos posteriormente la resistencia.

La coordinación mejora la propiocepción, y viceversa, dando seguridad a los movimientos mediante:

·Información sobre sensaciones musculares, a través de los husos neuromusculares y los órganos tendinosos de Golgi, y articulares por medio de la propiocepción.

·Un aumento progresivo de la actividad.

·Una intensidad o carga apropiada.

La repetición de "gestos" estimula el sistema neuromuscular y mejora rápidamente las habilidades deportivas específicas (patrones de movimiento). No sólo deben repetirse determinados "gestos", sino que debemos corregir las ejecuciones "incorrectas" de dichos gestos deportivos. La progresión de la práctica de estos gestos debe ir desde las habilidades motoras ejecutadas a baja velocidad, en distancias cortas y sin resistencia hasta habilidades motoras realizadas a altas velocidades, en distancias largas y con resistencias medio-altas.

Acondicionamiento tras la lesión.

El baloncesto de última generación solicita grandes demandas sobre el sistema cardiovascular y el sistema metabólico, además de exigir unos niveles altos de flexibilidad y potencia-resistencia muscular.

Después de una lesión, la resistencia cardiovascular y respiratoria se entrenará una vez se haya realizado el entrenamiento muscular estático y dinámico sin y con carga, y sin dolor en ambos casos, siempre que la lesión lo requiera. En el resto de los casos debe intentarse comenzar el entrenamiento de la resistencia durante el proceso de curación,como objetivo a corto plazo.

Los métodos iniciales del entrenamiento de resistencia, en concreto en lesiones de MMII, no deben ser agresivos para el sistema músculo-esquelético, así podemos mencionar el pedaleo en bicicleta estática, la natación, los circuitos aeróbicos, ... . No obstante la carrera no solo será importante, sino imprescindible en algunos casos, debiéndose entrenar la carrera contínua inicialmente con un ritmo lento, distancias cortas y superficies llanas.

Consideraciones psicológicas y sociales.

La incertidumbre sobre el futuro del jugador/a crea ansiedad; la Recuperación Funcional la aminora ayudando a obtener el "éxito" gradualmente.

La privación del contacto directo con el equipo se limita con la Recuperación Funcional, el jugador/a permanece espacialmente y socialmente con el equipo.

La aprensión, precursora de muchas "recidivas", se reduce con la Recuperación Funcional porque controla el entorno y da confianza en uno mismo.

EVALUACIÓN DEL ENTRENAMIENTO

La evaluación del entrenamiento de la Recuperación Funcional debe hacerse a intervalos regulares para poder reajustar los aspectos que sean necesarios (objetivos, medios, periodizaciones,...).

Consideraremos que el deportista lesionado tiene un nivel adecuado en la ejecución de una habilidad cuando:

-Se realiza a velocidad funcional.

-Se ejecuta un número elevado de repeticiones.

-Se practica sin dolor, ni inflamación, ni con una amplitud de movimiento restringida.

-No se producen reacciones adversas.

Si una evaluación cumple los requisitos mencionados anteriormente se podrá iniciar el PLENO RETORNO A LA COMPETICIÓN.

Espero que os sirva.