Mi amigo Fernando: Significado de una vida

Luis Miguel Ruiz Pérez

Facultad de Ciencias de la Actividad Física-INEF. Universidad Politécnica de Madrid

Artículo publicado en el journal Revista de Entrenamiento Deportivo del año 2015.

Publicado 13 de mayo de 2015

"Son los cambios que hemos provocado en las vidas de los demás lo que determina el significado de la nuestra" (*) pasionretos.blogspot.com

Esta frase de Nelson Mandela la empleé hace tiempo para realizar un reconocimiento a la labor de los entrenadores a los ENTRENADORES con mayúsculas, a los que hemos podido tener en la adolescencia y juventud, y a otros muchos que hemos ido conociendo con el paso de los años.

Recuerdo que uno de los que me felicitó efusivamente por ello fue Fernando Navarro, lo cual agradecí mucho. Lo que allí se vertía le encajaba como un traje, porque si algo consigue Fernando Navarro para quien lo conoce es no dejarle indiferente.

Lo conocí como profesor del INEF de Madrid cuando muy joven me incorporé a su Claustro en los años ochenta como profesor. Él ya tenía un nombre y un reconocimiento entre sus compañeros, y en el mundo de la natación era un referente.  No puedo decir que en aquel periodo nos tratáramos mucho, manteníamos una amable relación, incluso le substituí como Subdirector de Investigación y Documentación en los años noventa. realmente con quien me relacionada más era con su esposa, Isabel Rico y con su amiga Isabel Martín, que lamentablemente ya no está entre nosotros, ambas profesoras del centro. Me habían adoptado y yo me sentía muy a gusto con ellas.

Fue a finales de los noventa, en concreto 1998 cuando todo cambió. Desde el Rectorado de la Universidad de Castilla La Mancha nos ofrecieron (Fernando Sánchez, Fernando Navarro y a mí mismo) embarcarnos en el reto de crear una nueva Facultad de Ciencias del Deporte en esa universidad, y como era de esperar dijimos que sí. Todo el mundo sabe que es en los momentos de reto y de exigencia, cuando realmente se conoce a las personas. Es cuando intuyes que todo irá bien porque quien está a tu lado no duda cuando tu dudas. Es cuando el Navarro profesor del INEF pasó a ser Fernando mi amigo. Fue en esa larga etapa de casi 15 años, cuando disfruté de su cercanía, desprendimiento, generosidad y humanidad.

Apasionado por su profesión conocí al Fernando deseoso de indagar los misterios del entrenamiento deportivo. Fui testigo de cómo levantó de la nada uno de los mejores laboratorios de entrenamiento deportivo, y comprobé como fue rodeándose de un grupo de jóvenes apasionados, dispuestos a seguirle donde el dijera que había que ir.

Hace unos años que dejó su empleo de Profesor Titular de Universidad, pero como suele pasar con los grandes, solo dejan un empleo, porque siguen trabajando en lo que más les apasiona, en este caso, el entrenamiento deportivo, y además sigue siendo mi amigo.

Como persona modelada por el agua de una piscina, siempre estuvo convencido de que no hay logro sin trabajo duro.  Trabajar con él fue como recibir un master en buen hacer y en grit (sé que esta palabra le gustó). Siempre me maravilló la forma que tenía de relacionarse con los demás y como, si la situación lo reclamaba, no se andaba con rodeos y llamaba a las cosas por su nombre. Pero siempre tuvo una palabra amable incluso con aquellos que probablemente no las merecían.

Tengo la suerte de seguir siendo su amigo, mantenemos viva nuestra amistad. Siempre hay un motivo para vernos y celebrar algo y reírnos, sobre todo eso, reírnos. Para Fernando siempre hay razones para reír aunque las cosas este complicadas, al fin y a la postre, reír no las va a empeorar más.

Fernando muestra su alma de coach en todo lo que hace. Sigue trabajando como el primer día, habla con pasión como el primer día, mantiene la ilusión que solo conocen los que creen que están ayudando a otros a ser mejores.

Fernando Navarro es una persona comprometida con su profesión y con la Sociedad en la que vive. Ha sido siempre beligerante con la injusticia, batallador con los que la provocan y cariñoso con quienes la sufren.

Así es mi amigo Fernando.

(*) Cambiar la Vida de los Demás

Pérez, Luis Miguel

"Son los cambios que hemos provocado en las vidas de los demás lo que determina el significado de la nuestra".

Es una frase atribuida a Nelson Mandela, quien ha fallecido recientemente. Leerla me ha provocado una reflexión que no puedo por menos que compartir con todos vosotros.

Hay muchas personas cuya dedicación a los demás es innegable. Los profesores, los religiosos, las personas que están ayudando en lugares remotos a que otras personas puedan educarse, comer o vivir dignamente, los médicos, y sin duda a ellos iría referida dicha frase. Lo sé, pero en este caso su lectura ha reactivado en mí una antigua reivindicación que quiero proponer.

Deseo reivindicar la figura del Entrenador o Entrenadora.

Recuerdo que hace unas décadas el filósofo José Antonio Marina, hizo una bonita glosa de la figura del entrenador mostrándolo como el modelo que los profesores deberían seguir.

Soy de los que piensa, que ser Entrenador o Entrenadora es una de las grandes cosas que se puede ser en esta vida. Y lo digo con toda sinceridad. Yo lo intenté hace muchos años, y ciertamente fueron años felices e intensos, ahora entreno pero de otra manera, pues al fin y a la postre la labor académica bien entendida es como la del entrenador, y siempre les indico a mis alumnos que tengo una concepción deportiva de la enseñanza universitaria, yo soy el Entrenador y ellos mis pupilos y pupilas.

Cuando hablo de la figura del Entrenador, no me refiero a la persona que posee un título de Técnico Superior o de otro tipo. No, esas personas pueden alardear de poseer esos títulos, pero solo de eso. Cuando hablo de la figura del Entrenador hablo de Pasión, Dedicación, Generosidad, Empatía, Compasión, Inversión Emocional, Conocimiento, seguro que podéis poner algunas cualidades más a esta somera lista.

Esos atributos no vienen directamente con el título, como no vienen con el título de Licenciado o Graduado, los atributos del buen profesor o de buen médico. Esos atributos se aprenden y se desarrollan después de cientos de horas de dedicación apasionada a una misión, la de conseguir que otros alcancen sus sueños.

Echo la mirada hacia atrás y reconozco que no tuve muchos entrenadores, es más solo tuve uno que mereciera dicho nombre, y al que no le dije lo mucho que influyó en mi vida.

Pensad ahora en vuestros entrenadores, en los que tuvisteis y tenéis en la actualidad. Reconozcamos que es una persona a la que no siempre le hemos reconocido su labor, es una persona que no siempre ha sido suficientemente reconocida, es la que no sube a los podios, no suelen aparecer con las medallas colgadas de su cuello, ni reciben las atenciones que los deportistas reciben.

He tenido la suerte de conocer entrenadores de todo tipo y en todos los niveles, desde el deporte de base al deporte olímpico, y en todos ellos existe un dinamismo mental que les caracteriza, y es cómo conseguir que sus pupilos vayan más allá de los límites que consideran que poseen, y que lo hagan con confianza y determinación.

También he podido comprobar como hay entrenadores que soportan el desprecio de las instituciones para las que trabajan que no les reconocen adecuadamente su labor, haciéndoles vivir con estrecheces, aunque el fruto de su labor sea conseguir que sus entrenados alcancen la gloria olímpica.

¿Qué país es éste que permite que a los mejores no se les reconozca su labor y sin embargo encumbre las medianías a límites insospechados?

Son ellos a los que recordamos en los momentos culminantes de una final o de un campeonato, esos son nuestros entrenadores y entrenadoras, es ahora cuando hay que reconocerles su labor con nosotros, y no cuando se jubilen o cuando lo dejen.

Leo el libro de David Hemery "Another Hurdle" (Otra valla), es un interesante libro sobre la historia vital de este corredor de vallas inglés. Describe con detalle el momento en el que ya debe colocarse en los tacos de salida para realizar la carrera de su vida, aquella que le llevaría a la gloria, los 400 vallas de los Juegos Olímpicos de México, y recuerda cómo en el momento previo a la salida se repetía una y otra vez las palabras que le había dicho su entrenador: "Es tu carrera, tus vallas, tu ritmo: todo lo que tienes que hacer es canalizar tu entrenamiento en un esfuerzo de menos de 50 segundos". Lo consiguió, medalla de oro y record.

En una época en la que la palabra Entrenador, Coach, nos ha sido arrebatada para su empleo en otras labores, deseo reivindicar la labor y el coraje de nuestros entrenadores y entrenadoras, de todos los deportes y de todos los niveles. Deseo que reconozcáis conmigo la labor de aquellos que en pistas, campos deportivos, piscinas, tatamis o en los terrenos más inhóspitos, dedican su vida a conseguir lo que indicaba Mandela, "provocar un cambio en las vidas y sueños de los demás", sus deportistas. Os propongo que además de reconocerlo, se lo expreséis abierta y sinceramente, decidles lo mucho que valoráis su labor y dedicación, seguro que todos nos sentiremos mucho mejor y habremos hecho un acto de justicia.

Vale

Referencias

1. Luis M. Ruiz - Cambiar la Vida de los Demás (2013). http://pasionretos.blogspot.com.es/2013/12/cambiar-la-vida-de-los-demas.html#!/2013/12/cambiar-la-vida-de-los-demas.html.