¿En qué casos sería necesario realizar una calorimetría?

Por lo general cuando acudimos a un profesional de la Nutrición para que realice un plan alimentario según los objetivos que tengamos, se aplica una ecuación para estimar el gasto energético de la persona. En base a esa estimación, se calcula cuanta es la energía de base que gasta esa persona para mantener sus funciones vitales, la cual puede representar entre el 60-75% de nuestro gasto energético total diario.

En la mayoría de las situaciones, esta estimación por medio de la ecuación suele ser adecuada y el plan se realiza sin inconvenientes, y no se hace necesario la utilización de una calorimetría. Sin embargo, en casos donde haya alteración del gasto metabólico y la persona gasta en exceso (metabolismo alto o rápido ) o tenga un gasto metabólico bajo (metabolismo bajo o lento), la utilización de la ecuación no resultará adecuada ya que se estará estimando una ingesta de energía en la dieta "por defecto" en el primer caso y "por exceso" en el segundo, con lo cual la persona podría tender a la pérdida de peso o al aumento, cuando quizá lo que esté buscando es exactamente lo contrario. En estos casos, en especial para las personas que presenten patologías tiroideas, es necesario cuantificar a través de una calorimetría el gasto energético para minimizar el error por defecto o exceso a través del uso de la ecuación.