Entrevista a Fernando Navarro Valdivielso

Juan Pérez Ortiz

Artículo publicado en el journal Revista de Entrenamiento Deportivo del año 2015.

Publicado 13 de mayo de 2015


Para muchos, Fernando Navarro Valdivielso no necesita presentación. Para otros, los más jóvenes, quizá sí. Referente de la natación española, Navarro Valdivielso es un maestro; un amante y estudioso de la natación. Acaba de publicar ‘Cómo nadar bien’, un libro que incluye material audiovisual y que presentó la semana pasada en la tienda madrileña Singular Swim. Ex seleccionador nacional de natación y profesor del Máster sobre alto rendimiento deportivo del Comité Olímpico Español (COI), a sus 65 años continúa desentrañando los misterios de la natación a través de la ciencia y la experiencia. La conversación pasa volando con él. Un placer. Todo nadador o técnico debería charlar en algún momento de su formación con él.

 ¿Cómo surge este último libro y a quién va dirigido?

 Es el resultado de 10 años de trabajo en el Laboratorio Deportivo de la Facultad de Ciencias del Deporte de Toledo. Por medio de diversas herramientas obtuvimos durante años la evaluación técnica de decenas de nadadores, muchos de ellos internacionales. El libro va dirigido a todos aquellos nadadores que quieran perfeccionar su técnica. Evidentemente, no va dirigido a medallistas olímpicos. Si no sabes lo que haces mal, nunca podrás nadar bien. Y para disfrutar con la natación, cuanto mejor nades, mejor.

 ¿Los mismos gestos técnicos sirven para todos los nadadores?

 No. Pero en todos los estilos existen una serie de elementos técnicos que son la base. Hemos pasado muchos años filmando nadadores, estudiando diversos trabajos y libros para concretar una serie de modelos que sirven como punto de partida. Está claro que no existen dos nadadores iguales, cada uno tiene unas medidas y unos parámetros de fuerza. Pero el modelo de partida puede ser el mismo. Y este hay que aplicarlo de manera correcta. Nada sirve si no se practica.

 ¿Qué nadador le ha impresionado?

 Mark Spitz. Era el nadador 10 en los dos estilos que dominaba, el crol y la mariposa. También Roland Matthes, campeón olímpico varias veces entre los años sesenta y setenta del pasado siglo. Por citar alguno más reciente, el bracista japonés Kosuke Kitajima.

 ¿Ha conocido campeones con una técnica discreta?

 No. No se puede ser nadador olímpico sin una técnica apropiada. La excelencia técnica es algo que no todo el mundo puede alcanzar, depende de muchos factores. Hay gente que por mucho que entrene nunca lo conseguirá. Lo americanos lo llaman ‘feel the water’ (sentir el agua).

 ¿Quiénes han sido sus técnicos referencia?

 James Counsilman, de la Universidad de Indiana. Tenía algo especial que difícilmente pueden tener otros entrenadores. Compaginaba su parcela docente, puesto que era profesor, con la de entrenador. Investigaba a la vez entrenaba. Y hay otro que por la cantidad de buenos resultados que obtuvo merece mención: Bill Sweetenham, un australiano muy práctica. Se puede ser un gran entrenador desde la experiencia, y Sweetenham lo era. Estuvo trabajando en España durante el pasado ciclo olímpico . Era muy crítico, a veces hasta duro.

 Teniendo España unas condiciones idóneas (clima, infraestructuras, población…), ¿por qué no es una potencia mundial?

 Es imposible compararse con China, Estados Unidos o Australia. En China, es el Estado el que financia la política deportiva, que pasa por conseguir grandes resultados como presentación de las bondades de su sistema. La inversión que hacen es enorme. En Estados Unidos, el modelo universitario es muy competitivo, es una cantera inagotable de nadadores, algo que no ocurre aquí. Y en Australia, la natación es el deporte nacional. Los nadadores son héroes. Además, todos ellos tienen algo común: tienen excelentes entrenadores. En España hemos mejorado, en todo caso.

 ¿Le asombra que países pequeños como Hungría consigan tan buenos resultados?

 Hungría siempre me ha llamado la atención, porque no para de sacar buenos nadadores. Yo quise traerme a España al pope de la natación húngara, el técnico Tamas Szechy. Pero no hubo manera. Me consta que otros países también quisieron contar con sus servicios y tampoco pudieron. Fue un consuelo. Alguna vez coincidimos con ellos en México o Tenerife. Nunca había visto un nivel de exigencia y dureza similar. Hungría tiene, además, una escuela muy poderosa; el sistema de enseñanza que tienen es modelo. Otro país que me sorprende es Japón. Aunque tiene más habitantes, tampoco los japoneses tienen unas características físicas excepcionales. Sin embargo, están haciendo un gran trabajo.

 ¿Le sorprende que el dopaje no haya llegado de una manera masiva a la natación?

 Ha habido casos puntuales, como la antigua Alemania del Este en los años ochenta. Ganaron más de la mitad del medallero en el Mundial de Madrid de 1986. Luego también se produjo el caso de las chinas. Estas no querían que se viera que su superioridad era descarada y forzaban en el último largo. Recuerdo en el Mundial de Roma de 1994 que se produjo una reunión espontánea de técnicos. Aquello no podía seguir así. Las medidas de la Federación Internacional no estaban resultando eficaces. Al final se resolvió. Luego ha habido casos puntuales, iniciativas individuales. Hay que tener en cuenta que con las alemanas y las chinas, era el Estado el que sustentaba estas prácticas. Yo creo que en natación no se gana el mismo dinero que en otros deportes, donde sí es mayor la tentación. También es posible que el nadador esté más preparado académicamente que otros deportistas y sepa mejor cuáles son las consecuencias del dopaje, pero no creo que esta sea una causa principal.

 ¿El bañador de poliuretano fue un accidente en la historia de la natación?

 Yo fui contrario desde el principio. Escribí algún artículo en relación a esto. Alteraba la competición. Entiendo que la Federación Internacional, para salir en los medios de comunicación, considerara necesario que había que batir récords. Siempre va buscando medidas, nuevas normas, encaminadas a mejorar las marcas. Cuando prohibieron el bañador largo enseguida aprobaron el nuevo poyete, que permite salir más rápido. La salida mejora notablemente. Debido a este cambio, todo lo que se había estudiado hasta ahora con respecto a las técnicas de salida, ya no sirven, no tiene sentido. Por cierto, yo pensaba que los récords del mundo conseguidos con el poliuretano iban a durar más, y se han ido batiendo progresivamente.

 ¿Hay buenos entrenadores en España?

 Claro que los hay. Lo que ocurre es que aquí siempre hemos ido a la greña. Yo creo que es algo que se está corrigiendo y, en este sentido, la Federación Española, con Fernando Carpena al frente, ha hecho un buen trabajo de unión. En mi época de seleccionador, las pugnas entre los técnicos eran el pan de cada día. Ahora se trabaja mucho más en equipo. Aprovecho para reinvindicar la labor de muchos entrenadores que año tras año tienen resultados con pocos medios y no ascienden en el escalafón de los entrenadores competentes ni mejor pagados. Son estos a los que más admiro.

 ¿Por qué la natación femenina española está a un nivel muy superior a la masculina?

 Me sorprende el bloqueo que existe en los hombres. Es como si los chicos se fueran a otros deportes. En todo caso, esto lo vengo observando en otras parcelas. En la Facultad, en los últimos diez años mis mejores alumnos han sido mujeres, quizá haya un elemento de reivindicación que las conduce a esforzarse más para lograr la igualdad plena. No es algo que sólo ocurra en la natación.


Referencias

1. Nataccion (http://www.nataccion.com/los-tecnicos-estan-ahora-mucho-mas-unidos-que-antes/). 03/02/2015.