Jornadas de Actualización en Ejercicio Físico y Salud en Población Mayor

El envejecimiento mundial es un éxito social pero también un desafío, un hecho inexorable a la vez que un privilegio personal. Pero esta realidad conlleva importantes cambios sociales que impone grandes exigencias económicas a los estados, y especialmente, sobre el sistema sanitario.

El deterioro de la función muscular que acompaña al envejecimiento, al tiempo que contribuye al detrimento cognitivo y la depresión, es bien conocido y está ampliamente documentado en la literatura científica. Este deterioro afecta particularmente a la musculatura locomotriz, lo que pone en riesgo la movilidad y la capacidad para desarrollar las actividades de la vida diaria con seguridad y autonomía. El verdadero reto personal a medida que se envejece es por tanto conservar la autonomía y la independencia funcional para el autocuidado y poder vivir sin ayuda asistencial. La mejor medida para conseguirlo es mantener un estilo de vida físicamente activo. En este sentido, el así llamado “entrenamiento de la fuerza muscular” es probablemente la mejor medida, sin embargo, la forma de pautarlo por los profesionales debe alejarse de los planteamientos conservadores y desfasados del pasado y seguir las recomendaciones científicas con mayor nivel de evidencia actual.