Artrosis (OA), Inflamación, Ejercicio Físico

Publicado 22 de mayo de 2022, 20:02

Artrosis (OA), Inflamación, Ejercicio Físico

-Aunque la fisiopatología de la Artrosis (OA) es compleja y poco conocida, los factores de riesgo asociados con su desarrollo están bien establecidos, incluyendo la genética, la edad, el sexo, antecedentes previos de lesiones articulares, la sarcopenia, enfermedades metabólicas y otras patologías sistémicas…(sin olvidar la inactividad física y el sedentarismo = desuso).

-Además del trastorno mecánico, la inflamación de “bajo grado” juega un papel clave en la patogénesis y progresión de la OA, ya que es uno de los mecanismos importantes que conducen a los cambios patológicos en los tejidos articulares, relevantes en cuanto al dolor, la rigidez e inestabilidad articular, la discapacidad y la pérdida de la función.

-Mantener, y en muchas ocasiones (ej: ante otras patologías como el cáncer que cursa con fatiga y dolor), recuperar los niveles “recomendados” de actividad física, es esencial para controlar los resultados clínicos de la OA, y por tanto, importante para el bienestar y la salud general. A pesar de las recomendaciones en ejercicio físico de las diversas guías de práctica clínica, no existe un programa "único para todos”, debiendo adaptarse a las circunstancias individuales (patología/pluripatología, medicación, experiencia previa, objetivos, necesidades y preferencias/gustos, accesibilidad = promover mayor adherencia).

-Ej: personas con OA sintomática y prurito acuagénico resultado de un cáncer, no pueden hacer uso del medio acuático (si, programas de ejercicio en medio terrestre y cuidando las condiciones ambientales).

-Si bien el ejercicio permite orquestar una respuesta inmune antiinflamatoria, éste influye positivamente en los resultados de la OA sintomática (reducción del dolor, mejora de la función y la calidad de vida), posiblemente dando pie a incrementar los niveles de actividad física diarios (reduciendo así el tiempo dedicado a conductas sedentarias), con efectos en la aptitud cardiorrespiratoria, fuerza muscular y ósea, funcionamiento cognitivo, autoestima etc…

-De modo que el ejercicio regular posee un impacto global, contribuyendo a interrumpir el círculo vicioso de la inflamación crónica, tanto directamente a través de la inducción de citocinas antiinflamatorias durante cada sesión como indirectamente al mejorar las comorbilidades y los factores de riesgo cardiovascular, disminuyendo así también la carga sintomática de la/s enfermedad/es presentes.