Consecuencias clínicas de la sarcopenia

Publicado 20 de mayo de 2014, 14:56

La perdida de masa muscular a lo largo de la vida, es un hecho, que si bien es reconocido por profesores de educación física, entrenadores, médicos y nutricionistas, desde hace décadas; no ha sido abordado seriamente desde la prevención, por medio de la actividad física hasta los últimos años.

Aún hoy, hay quienes siguen recomendando, para la salud de los adultos mayores, el trabajo “aeróbico” en forma prioritaria, menospreciando el ejercicio “contra resistencias” (o de fuerza). Obviamente, desconociendo en forma supina, el efecto, que podríamos denominar como “neuro-hormo-muscular”, del entrenamiento de fuerza, orientado específicamente al desarrollo de las fibras rápidas (FT-II).

Cuestiones como la mejora en la coordinación inter-muscular, pero también intramuscular (reclutamiento de unidades motoras), el aumento de la masa muscular, (con su consecuente incremento de la tasa metabólica basal), y hasta el reclutamiento de pooles de GLUT-4 (incrementando temporalmente el ingreso de glucosa al músculo activo, aún ante bajos niveles de insulina o una insulino-resistencia), son motivos más que valederos para repensar el ejercicio físico en los adultos, y particularmente en la tercera edad.

En este artículo José Antonio Serra Rexach, explica sintéticamente, como esta patología repercute en la autonomía y calidad de vida de los ancianos.

Ignacio.

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