Correlación de la composición del tipo de fibra y el rendimiento de sprint en jugadores de fútbol juvenil
Publicado 11 de octubre de 2019, 19:05
El fútbol es un deporte de tipo intermitente que incorpora acciones con baja y alta intensidad y duración. La capacidad de realizar sprints es crucial para que un jugador tenga éxito, y depende del rendimiento de la potencia del músculo, que se describe como la tasa de desarrollo de fuerza (RFD) y la función muscular. En estudios previos, se ha mencionado que hay una correlación entre la RFD y los factores biológicos como la activación neural, la masa muscular, la arquitectura del músculo, y la composición del tipo de fibra muscular.
Hay varios estudios con respecto a la relación entre la composición del tipo de fibra muscular y parámetros de la aptitud física. El factor de potencia crítica se correlacionó con la fibra tipo I e inversamente con la proporción del tipo de fibra IIX. Además, se ha correlacionado significativamente la potencia pico, el torque pico máximo, la disminución de la potencia, y la disminución del torque pico en pruebas de laboratorio para sujetos entrenados pero no para sedentarios con porcentaje de fibras de contracción rápida (FT), por un lado. Otros estudios han mencionado que la capacidad del rendimiento anaeróbico del cuerpo entero se relacionó a la composición de la fibra muscular (las fibras musculares rápidas) y al área transversal (CSA) de las fibras FT.
La fuerza isométrica en los ciclistas se correlacionó con el porcentaje de fibras glucolíticas rápidas (tipo IIB), y el consumo de oxígeno máximo (VO2máx) en valores relativos se correlacionó significativamente con el porcentaje de fibras lentas oxidativas (tipo I) y al diámetro promedio de las fibras tipo IIB, las fibras glucolíticas oxidativas rápidas (tipo IIA), y las fibras de tipo I.
Ha habido unos estudios que han encontrado una relación entre el rendimiento de la carrera de sprint y un parámetro de la fibra muscular, como el CSA y el tipo de fibra. De los estudios mencionados, sólo uno aparece en el tipo de fibra; todos los otros contribuyen al CSA muscular. En uno de los estudios iniciales concernientes a esto, Inbar y cols. (1981) encontraron que la velocidad media durante el sprint de 40 m y la carrera de 2000 m, era positivamente y negativamente relacionada, respectivamente, al porcentaje de las fibras FT en sujetos entrenados, mientras que ninguna correlación estaba presente para los sedentarios. En estudios más recientes, los resultados con el uso del CSA no son claros. Más específicamente, Kano y cols. (1997) encontraron correlaciones significativas entre el tiempo de la carrera de sprint de 100 m y el CSA en velocistas adultos varones, mientras que otros investigadores mencionaron que el rendimiento de la realizar sprints no se correlaciona con el CSA del músculo.
Los entrenamientos deportivos regulares inducen diferentes adaptaciones fisiológicas en atletas. El entrenamiento de la resistencia aeróbica puede disminuir el porcentaje del tipo fibras de IIX, mientras que los entrenamientos de la potencia pueden mejorar el porcentaje del CSA de las fibras musculares tipo II. Bangsbo (1994) mencionó que, en jugadores de fútbol adultos de élite, no hay ninguna diferencia significativa entre los números de fibras tipo I y tipo II. Un reciente estudio (2014) mencionó que el porcentaje de los tipos de fibra muscular se diferencian, dependiendo de la carga de trabajo del ejercicio y de los programas de entrenamiento. Cuanto más mayores eran los jugadores de fútbol juvenil, mayor era el aumento que ellos tenían, en el porcentaje del tipo de fibras musculares IIA comparado con jugadores de fútbol más jóvenes.
La composición del tipo de fibra muscular es muchas veces referida como un factor determinante crucial para el rendimiento de la realización de sprints. Sin embargo, ningún dato existe acerca de la conexión entre las fibras musculares tipo II y el rendimiento de la realización de sprints en jugadores de fútbol juvenil. La mayoría de los estudios que se han mencionado, son respecto a la velocidad de sprint y se realizaron en adultos o usaron el CSA del músculo utilizando la imagen de resonancia magnética (MRI) y no biopsias musculares. De esta manera, Thomas Metaxas, de la Aristotle University of Thessaloniki (Gracia), llevó a cabo un estudio recientemente donde el objetivo del estudio fue examinar las correlaciones entre los tipos de fibras musculares con el rendimiento de la realización de sprints en 2 tests de sprint diferentes en jugadores de fútbol juvenil de élite del mismo equipo. Se formuló la hipótesis de que los jugadores con un porcentaje superior de fibras musculares tipo II, tendrían un mejor rendimiento para realizar sprints.
Veintiocho jugadores jóvenes participaron en este estudio (grupo Sub-15, n=8; grupo Sub-13, n=9; y grupo Sub-11, n=11). Se realizaron las valoraciones antropométricas, de aceleración (10 m), y un test de sprint modificado de Bansgbo (30 m). Se obtuvieron las biopsias musculares del vasto externo, y después de eso, la composición del tipo de fibra era determinada por análisis immunohistoquímico.
Ninguna correlación significativa se encontró entre el test de sprint y la distribución de la fibra muscular para los grupos Sub-13 y Sub-11 (p >0.05). También, ninguna correlación se encontró entre las áreas transversales en los tipos de fibras con el test de sprint en todos los grupos (p >0.05). Una correlación positiva se encontró entre las fibras de tipo I y el rendimiento en el test de aceleración (10 m) (r=0.77, p <0.05) sólo en el grupo Sub-15 y una correlación negativa entre las fibras de tipo IIA y el rendimiento en el test de aceleración (10 m) (r=-0.89, p <0.05).
Las correlaciones sólo se observaron en el grupo Sub-15, lo que puede indicar que la duración y la intensidad de los entrenamientos sistemáticos de fútbol pueden afectar la plasticidad de las fibras musculares. El entrenamiento específico de fútbol en la juventud es uno de los factores que pueden afectar la plasticidad del tipo de fibra. Los programas de entrenamiento específicos y estatus de los Sub-15 es más intensivo, y los ejercicios están orientados más para mejorar el fitness físico.
Aplicaciones prácticas
Este estudio provee evidencia sobre la contribución del tipo de fibra muscular al rendimiento de la realización de sprints en grupos etarios diferentes. Aparentemente el tipo de fibra muscular sólo se correlacionó con el rendimiento en los mayores de edad juveniles. En equipos de fútbol compuestos de jugadores más jóvenes, los entrenamientos podrían enfocarse más en desarrollar la capacidad técnica a través de las adaptaciones neuromusculares. E n tanto que el entrenamiento progresa y los niños maduran, los entrenadores pueden aumentar la intensidad del entrenamiento haciéndose más específico a las características de un partido de fútbol. Sin embargo, de acuerdo con los principios del desarrollo del rendimiento atlético, los ejercicios de sprints y los partidos tienen que ser realizados antes de la edad de Sub-11.
Según los resultados actuales, el rendimiento de aceleración es dependiente del porcentaje de fibras tipo IIA. Los estudios previos han demostrado que algunos tipos de entrenamiento como el entrenamiento de la fuerza de alta velocidad, ejercicios de ciclo de estiramiento-acortamiento (por ejemplo, saltos), y los ejercicios de fuerza excéntricos rápidos, podrían mejorar las fibras tipo II. De todos los tipos de ejercicios mencionados, se han usado los ejercicios pliométricos con seguridad en jugadores juveniles de fútbol y han sido beneficioso para el rendimiento sobre índices de la potencia. Este entrenamiento causa adaptaciones neurales, y un reciente estudio indica que la experiencia de entrenamiento ayuda a los atletas a usar su musculatura eficazmente durante las actividades que demandan potencia. Los entrenadores tienen que aumentar el nivel de experiencia de los jugadores de fútbol jóvenes en ejercicios de aceleración y de potencia para mejorar su capacidad de rendimiento en el futuro.