Matías Sampietro, MSc
Prevención y Readaptación de lesionesRespondió 12 de mayo de 2021, 12:40
Mecanismo lesivo LCA
La mayor parte de las lesiones del LCA se deben a una distensión de la rodilla con el pie bien asentado sobre el suelo. El mecanismo de no contacto representa el 70 % de esta lesiones (Arendt & Dick, 1995). Es decir que no es necesario chocar con otro atleta para que se produzca esta lesión. La fuerza de rotación del cuerpo girando sobre la articulación fija (debido al pie fijo en el piso) genera grandes momentos de tensión sobre este ligamento (gesto frecuente en los cambios de dirección imprevistos). El atleta dirá que ha oído o sentido un chasquido (o pequeño ruido) con la consiguiente inflamación de la articulación.
Las lesiones del LCA se producen probablemente durante las acciones de desaceleración con excesiva activación de los cuádriceps y poca co-contracción de los isquiotibiales, cerca de la extensión completa de rodilla o con poca flexión de cadera y rodilla. Esta carga sobre el LCA se ve aumentada cuando a lo antes mencionado se le suma un momento de rotación interna y externa sumado a una fuerza en valgo de la rodilla. Por lo que, en conclusión, una carga excesiva de valgo de rodilla aplicada en descarga de peso con un miembro inferior, en posición casi de extensión, más cargas rotacionales resulta en las acciones que más incrementan el estrés sobre el LCA y es el mecanismo lesional más descripto (Shimokochi & Shultz, 2008).
En conclusión, el mecanismo de ruptura del ligamento cruzado anterior es el de rotación externa tibial con pie fijo en el piso (descarga de peso) y flexión de 20° a 30°,posición en donde se produce la mayoría de las acciones deportivas
Es importante destacar que la tensión antero posterior o de traslación tibial que produce la lesión se acompaña con un movimiento de rotación externa tibial y un colapso en valgo de la rodilla, lo que representa un mecanismo lesional preferentemente en los tres planos de movimiento en el espacio.
En los casos de ruptura por contacto, que, como expusimos, representan el menor porcentaje, el LCA se lesionará tras la aplicación de una fuerza externa a la rodilla y este tipo de traumatismo puede implicar a diferentes estructuras de la rodilla. La desafortunada tríada de O’Donohue (LCA, LLI y menisco) es el clásico ejemplo de lesiones asociadas tras un traumatismo externo en la rodilla (Prentice, 2001).