Diseño de programas de entrenamiento: reflexiones para su aplicación a programas de salud. ¿Un cambio de paradigma? (I)

Publicado 7 de febrero de 2013, 23:31

Diseño de programas de entrenamiento: reflexiones para su aplicación a programas de salud. ¿Un cambio de paradigma? (I)

Juan Ramón Heredia

Guillermo Peña

Victor Segarra

IICEFS

La sistematización del proceso de entrenamiento: origen, evolución y revisión

En las bases que rigen la teoría y práctica del entrenamiento deportivo, están bien recogidos y desarrollados los procesos que se relacionan con el diseño, planificación y programación del entrenamiento para logar el máximo rendimiento. De esta forma, aunque ya desde la antigua Grecia podemos encontrar el interés y la referencia a la posibilidad de convertir un sujeto asténico en un perfecto deportista mediante un entrenamiento sistemático [1] y a partir de ahí a la prolongación de ese interés a través del paso de los diferentes siglos, es Kotov (1916) quien parece propone por primera vez un proceso de entrenamiento ininterrumpido y dividido en ciclos (con una división en tres períodos principales). Posteriormente autores como Gorinevski (1922), Pinkala (1930) y Grantyn (1939) fueron desarrollando trabajos y publicaciones entorno a esta cuestión. En 1940, Ozolin desarrolla una propuesta específica de planificación (orientada principalmente al atletismo). Pero todo apunta a que es justo designar a Matveev como el padre de la planificación moderna del entrenamiento, cuando a mediados de los 50 populariza su teoría de periodización anual, estableciendo unos períodos concretos claramente diferenciados en su contenido y orientación, todo ello basado en una aplicación de la teoría del Síndrome General de Adaptación (H. Seyle) al proceso de consecución de la forma deportiva a través del entrenamiento [1] (que merecería un tratamiento a parte por ser interés y quizás tener algunos errores conceptuales y aplicativos históricos, pero esa es otra cuestión).

Estas propuestas iniciales (que actualmente son englobadas dentro de los denominados “modelos de planificación clásica”) fueron desarrollándose hacia otras como el modelo “pendular” (Aroseiev), o los de “altas cargas” (Vorobiev, Tschiene).

Es especialmente a partir de los años 80, donde se intensifica la investigación y las propuestas entorno a la planificación del entrenamiento englobados, en la actualidad, en los denominados “modelos de planificación contemporánea”. Con la aparición de modelos de bloques (Verkhochansky), integrador (Bondarchuk) hasta el ATR (Issurin y Kaverin) o los modelos cognitivistas (de nuestro admirado Francisco Seirul.lo) o los macrociclos integrados de nuestro querido y apreciado profesor (y ahora compañero aquí en G-SE en la sección de natación), Dr. Fernando Navarro. Él, Fernando Navarro, ha sido (es justo reconocerlo y desde aquí queremos hacerlo, como alumnos suyos que hemos sido, ¡quien no!, y seguiremos siendo) y es uno, quizás el más, destacado especialista en lo referente a la planificación del entrenamiento deportivo a nivel nacional e internacional [2].

Pero…¿son aplicables los “modelos” del entrenamiento deportivo a programas de acondicionamiento físico con fines saludables?

Cuando se planifica el entrenamiento con vistas a alcanzar el máximo rendimiento posible en una especialidad en un momento determinado, se intenta lograr los niveles de adaptación más elevados posibles de las capacidades relevantes de dicha especialidad deportiva.

De esta manera el conocimiento procedente de la práctica deportivo-competitiva es, un muchos casos, unos de los principales elementos de constructo teórico-práctico utilizadas por los técnicos en el diseño de programas de acondicionamiento físico para la salud, en un proceso descendente de construcción-aplicación (se extrapola gran parte teórico “modelo” del “campeón”, se aplican los procesos de aquellos que logran los mayores rendimientos, sin considerar otras posibles variables que puedan ser confundentes en dicho resultado y otras variables a considerar en la propia aplicación de dicho resultado con otros individuos-objetivos) en lo referente a parámetros relacionados con la planificación, programación, periodización, carga de entrenamiento, metodología, etc [3,4]

En la actualidad quizás podría ser necesario concebir una base de conocimiento (procedente de la investigación multidisciplinar) sobre la que construir una estructura diferenciadora (con ciertos niveles de integración), donde los contenidos relacionados con la salud y calidad de vida puedan ser integrados en el ámbito deportivo-recreativo y, de manera menos importante (por condicionarla en menor medida) en el ámbito del deporte de alto-rendimiento. Dicho constructo, en lo referente a los niveles de integración, aún son más determinantes en la medida de que se trate de la práctica deportiva en sujetos jóvenes [3].

Todo ello nos conduce a replantear el proceso y los criterios para operar con cada uno de las variables a fin de ajustarlas a la propia capacidad operativa real de los técnicos que desempeñan su labor en el área de los centros de acondicionamiento físico (fitness), donde parece existir ciertos condicionantes comunes:

1. Masificación. Limitación en la posibilidad de un máximo de individualización (en este caso suele recurrirse a la contratación de un “entrenador personal”, lo que supone un encarecimiento del servicio muchas veces no accesible al común de la sociedad, y en cualquier caso ello no cambia el resto de condicionantes). Además ello se complica (a todos los niveles subsiguientes igualmente) cuando el ámbito de aplicación se desarrolla en el contexto de los programas de acondicionamiento físico en sesiones colectivas con y sin soporte musical.

2. Diferencias en los objetivos, capacidad potencial de adaptación y rendimiento en sujetos implicados en programas de acondicionamiento físico y salud. En el deporte de rendimiento el objetivo (lógicamente implícito en su propia esencia y definición) es la competición y el logro de resultados. Para ello se diseña el proceso de entrenamiento hacia el logro de determinadas prestaciones (“estado de forma”) que permitan la consecución de dichos objetivos. Obviamente dichos objetivos son muy diferentes cuando de personas que únicamente desean un acondicionamiento físico saludable se trata. No existe la necesidad de periodizar atendiendo a un calendario de competiciones, de lograr determinados “estados de forma” e incluso podría ser innecesario la estimulación de la capacidad máxima de rendimiento a nivel psico-físico.

3 .Limitación temporal para poder operar sobre estructuras a medio-largo plazo de planificación. Con el deportista de rendimiento, existe la posibilidad de estructurar y operar con los procesos a largo plazo (ciclo anual e incluso plurianual). La realidad de los sujetos que acuden a centros de acondicionamiento físico saludable o contratan un entrenador personal, nos sitúa ante un cliente cuya disponibilidad temporal y compromiso queda limitado por su propia realidad socio-laboral y familiar en contraposición con el sujeto deportista en que si existe ese compromiso a medio-largo plazo. De hecho uno de los mayores retos será conseguir los mayores grados de adhesión y motivación para que los niveles de compromiso y cumplimiento con las dosis mínimas de aplicación de estímulos de entrenamiento sea la adecuada. Es por ello que, posiblemente, sea necesario replantearse dichas estructuras operativas a nivel de planificación, programación y periodización para ajustarlas hacia una realidad mucho más limitada en este caso.

4. Limitación en la capacidad de valoración, control del entrenamiento, feedback, reajuste, etc. En este caso la aplicación de la “dosis” de entrenamiento debe contemplarse desde un adecuado manejo, dentro de las posibilidades, de las variables que serán expuestas en sucesivas entradas del blog de esta sección, de manera que asegurar estímulos adecuados dentro de las zonas de entrenamiento adecuadas al nivel del sujeto puede garantizarnos el logro de los objetivos previstos.

5. Escasa disponibilidad de medios para la valoración y control del entrenamiento. No es muy común en los Centros de Fitness y tampoco en el caso de los entrenadores personales, la existencia de cierta tecnología que permita tanto la valoración como un más óptimo control y ajuste de la carga de entrenamiento. Además los técnicos que se desempeñan en la misma pueden encontrar cierta dificultad para su aplicación, dada por un lado la escasa exigencia en el desarrollo de esta área dentro de los programas de formación de estos especialistas (ello hace que incluso entre los propios entrenadores personales tampoco sea común su aplicación), como la limitación temporal para su aplicación práctica por los puntos anteriormente detallados. Hemos de decir que actualmente asistimos a cierto cambio en este aspecto, respecto al esfuerzo que muchas entidades realizan para iniciar dicho cambio cualitativo decisivo. Es posible que en un futuro cercano este punto sufra cierto cambio.

6. Existencia de cierta “controversia” o dificultad para poder unificar criterios básicos respecto a los procesos relacionados con el diseño de programas de entrenamiento en esta área. Tal como ha sido expuesto inicialmente la información e investigación procede, fundamentalmente, de áreas relacionadas con el rendimiento deportivo o con la medicina. De esta manera es común encontrar definiciones, formas de control, aplicación, etc., que plantean cierta dificultad con la posibilidad real de aplicación al contexto del Centro de Fitness. Ello exige cierta reflexión (objetivo del presente blog), que conduzca al desarrollo de criterios consensuados y unificados que permitan poder progresar en base a la comparación de datos relacionados con la dosis-respuesta al ejercicio físico en una muestra tan amplia como la que actualmente se maneja en los Centros de Fitness.

Desde esta manera, surge la necesidad de replantear todos aquellos procesos sistemáticos implicados en el diseño de los programas de entrenamiento para el objetivo único y exclusivo de la salud y calidad de vida.

De la investigación actual en diversas áreas surgen interesantes propuestas sobre algunos aspectos relacionados Nuestra institución lleva cinco años desarrollando tareas de revisión en dicho área para poder llegar a plantear criterios y establecer los procesos operativos que permitan planificar , programar , periodizar y finalmente prescribir de forma adecuada en el ámbito de la salud y calidad de vida.

En sucesivas entradas desarrollaremos estas propuestas aunque a este respecto, recomendamos empezar por revisar la propia definición de los términos y conceptos asociados y que pueden encontrar en el apartado de “enciclopedia” de esta sección ("pulsando" encima de dichos términos de este blog también podrán acceder al enlace).

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Referencias bibliográficas

1. García Manso JM, Navarro Valdivieso M, Ruiz Caballero JA (1996): Planificación del entrenamiento deportivo. Edt. Gymnos

2. Navarro, F. Principios del entrenamiento y estructuras de la planificación deportiva. Madrid, C.O.E. 1996

3. Heredia, JR; Isidro, F; Chulvi, I; Mata, F: Guía de ejercicios de fitness muscular. Editorial Wanceulen. 2011

4. Heredia JR, Isidro F, Peña G, Mata F, Moral S, Martín M, Segarra V, Edir Da Silva M: Criterios básicos para el diseño de programas de acondicionamiento neuromuscular saludable en centros de fitness Ef. Deportes. Argentina. Año 17-Nº 170- Julio 2011