En el Rugby la carga es física...o emocional

Publicado 22 de mayo de 2013, 12:05

En el Rugby la carga es física...o emocional

Autor: Lic. Pablo Martínez

RESUMEN

Es evidente que la evolución en los entrenos, el volumen de cargas, los aumentos en la exigencia y cantidad de competencias señalan nuevos caminos a recorrer en el entrenamiento deportivo.

Desde nuestra formación hacer hincapié en músculos y sistemas energéticos hacen que nuestra planificación no contemple mucho más. Pero es evidente que hay más.

Las bajas en los rendimientos más allá de los ajustes cíclicos en las periodizaciones ponen el foco en cargas emocionales. Y de cómo estar atento a las percepciones de cada entrenamiento en cada jugador de Rugby.

PALABRAS CLAVES

Carga física, carga emocional, descompresión mental, dosificación.


Las súbitas bajas de rendimiento y forma deportiva constituyen un fenómeno que afecta a deportistas de todos los niveles competitivos.

El término “agotamiento” o en idioma inglés “burn out” frecuentes en el ámbito deportivo, refieren al mismo fenómeno. La baja de rendimiento es un tema frecuente de preocupación para deportistas y entrenadores.

Es difícil encontrar algún deportista o equipo que a lo largo de su vida deportiva - competitiva no haya sufrido inevitablemente este fenómeno de agotamiento, saturación, burn out.

Hay quienes consideran que ésta caída en la performance deportiva está vinculada a procesos mentales o emocionales, aludiendo al origen psicológico éste tipo de caída y es en ese ámbito que hay que buscar las soluciones. Otros consideran que éste declive se debe a diversas dificultades y variables de lo físico y desde lo técnico - táctico.

Teniendo en cuenta lo desarrollado, investigadores y entrenadores trabajan para poder abordar éste fenómeno de la caída de rendimiento. Aquí en punto fundamental y la hipótesis es si dedicarle más horas al entreno y al esfuerzo físico o destinarle más tiempo para trabajar sobre los procesos de restablecimiento, recuperación y descompresión emocional - mental.

Todos quienes estamos de forma cotidiana vinculados al campo de juego solemos inclinarnos por ajustar las cargas, modificarlas, subiéndolas o bajándolas.

Todo ésto como piedra angular de lo que será después el devenir del equipo en la competición, la base sin que nada se pueda edificar. Comprendemos perfectamente que en métodos tradicionales, contemporáneos, modernos (no seremos nosotros los que neguemos los fundamentos científicos de índole fisiológico) son valores a atender, toda vez que creemos que para desarrollar capacidades físicas debemos estimular unas por sobre las otras aplicando determinados volúmenes e intensidades. Todo ello hablando de parámetros fisiológicos y no de rugby.

Pero también es cierto, según nuestra propuesta para analizar, que la acumulación de cargas, moldeándolas y modificándolas a nuestro criterio plantean:

- Un paso para alejarnos de los verdaderos valores que construyen un equipo para el éxito.

- Una manera de condicionar nuestro trabajo, no permitiendo trabajar a nuestro equipo en cuestiones (técnicas, tácticas, emocionales…) que harán del equipo de Rugby protagonista un equipo ganador.

Entendemos también que puedan surgir ejemplos de equipos ganadores a partir de su potencial físico.

Esta propuesta de trabajar la periodización y la dosificación, nos lleva a relativizar las cargas físicas (por supuesto no olvidando los estímulos compensatorios, preventivos y de restablecimiento) y a pensar más en el juego como principio fundamental del entreno en su globalidad.

La propuesta aquí presentada prioriza la carga emocional sobre la carga física (Martens, Loehr, J Lorenzo González).

Partiendo de la idea que a la altura que estamos en el rugby actual, el entrenamiento (independientemente del método a entrenar que se utilice) debe ser siempre de máxima intensidad, y que los volúmenes finales son fundamentales para que al final los microciclos sean de carga, de impacto, de recuperación, etc.

Muchas veces la diferencia entre un microciclo de carga o de impacto va más allá del objetivo buscado, la diferencia reside en que un entreno dure 85 minutos y el otro 100 minutos. El jugador no es capaz de valorar esa diferencia de 15 minutos por sesión, esta diferencia no hará que un jugador se sienta que está trabajando más o menos sino lo importante es cómo se sienta en lo personal y cuál sea la percepción y respuesta con respecto al entreno realizado.

La ejemplificación muestra la valoración real para que un jugador perciba que está en una semana de recuperación (no visto desde lo fisiológico) no reside tanto en entrenar 10 ó 15 minutos menos, sino en su liberación y descompresión a nivel mental y emocional (Martens, Loehr, Mourinho-Fradde, Seirulo).

Ante un equipo fatigado, saturado, estresado, desgastado, lo más importante es la liberación a nivel mental, por lo tanto los indicadores físicos no son determinantes.

¿Cómo se juega con las cargas a nivel emocional? En nuestra visión y propuesta, sobre todo variando las reglas de provocación y la densidad de los entrenos.

Dicho esto, muchas veces sin aparente explicación, equipos que entrenan poco, pero que tienen un nivel de autoestima ajustado, superan a equipos con un trabajo superprofesional y de mucha calidad. No se trata de correr más o menos, ser un poco más rápido o más lento, tener valores de fuerza superlativos, sino de estar fuerte y preparado emocionalmente en el momento indicado.

CONCLUSIÓN

Es evidente que la evolución en los entrenos, el volumen de cargas, los aumentos en la exigencia y cantidad de competencias señalan nuevos caminos a recorrer en el entrenamiento deportivo. No debemos perder de vista que en un punto estamos entrenando el cerebro y no músculos y sistemas energéticos aislados de lo emocional.

Podemos acercarnos en concluir que este fenómeno de estrés deportivo y saturación que sufren los jugadores y los equipos y llevan a que éstos bajen su rendimiento y performance es una materia importante de estudio dentro del universo del entrenamiento.

Todo lo que a nivel teórico y práctico pueda realizarse e investigarse, constituirá una herramienta de enorme interés en acción proactiva del Rugby y sus protagonistas.

REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS

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LORENZO GONZÁLEZ J. (1997). Psicologia del Deporte. Editorial Biblioteca Nueva.

LORENZO GONZÁLEZ J. (1996). El entrenamiento psicológico en los deportes de conjunto. Editorial Biblioteca Nueva.

LOEHR, J. (1990). El juego mental. Editorial Tutor.

MARTENS, P. (1976). Competiveness and sports. Paper, Congress of Physical Activity Sciences.

HENSCHEN, K. (1986). Stalness and burnout S S A New York. Lansing.

MOURINHO J. FRADDE, V. (2009). Periodización Táctica. Editorial Colección Fútbol.

SEIRULO, P. (2011) Fundamentos de Planificación para deportes de equipo. Editorial MCSports.