Entrada en calor: Una fase por momentos olvidada

Publicado 12 de agosto de 2013, 21:02

Entrada en calor: Una fase por momentos olvidada

En varias ocasiones algunos entrenados me han manifestado lo mal que la pasaron al comienzo de una competencia, y cuando he buscado encontrar el por qué varios de ellos me han declarado haber realizado una entrada en calor que implico solo algunos minutos sobre la bicicleta a ritmo mantenido.

Podemos definir a la entrada en calor como una carga de entrenamiento que busca estimular umbrales metabólicos, neuromusculares y cardio-respiratorios. Siendo varios los efectos positivos, independientemente del deporte de resistencia que se practique, dichos beneficios varían en función del tipo de entrada en calor, de la motivación del deportista, del nivel, de la edad y del medio (temperatura, humedad, presión). A continuación algunos de ellos:

·Aumento de la temperatura corporal

·Aumento en la velocidad de los impulsos nerviosos

·Aumento del nivel de motivación, y disminución del stress psico-emocional

·Aumento de la tasa metabólica

·Disminución de la viscosidad muscular

·Mejora en los niveles de coordinación

·Disminuye el riesgo de lesiones

·Aumenta y mejora la cinética del Máximo consumo de oxigeno

·Incremento en los procesos enzimáticos

Aunque en muchas ocasiones el retraso en el horario de largada juega un papel fundamental sobre los beneficios obtenidos al finalizarla, no debe de ser una etapa que deba dejarse librada al azar. Por esto planteo algunos lineamientos a tener en cuanta al momento de planificarla:

·Debe ser pensada en función de las demandas de la prueba (duración/intensidad)

·Aumentará progresivamente la intensidad

·Debe considerar el grado de experiencia y entrenamiento del deportista

·Estará dosificada en forma individual

·Tendrá una duración especifica

La entada en calor es una parte fundamental de la sesión de entrenamiento o competición la cual es muchas veces una fase olvidada. Su importancia se refleja en los efectos que promueve en el organismo, anticipándolo y preparándolo para las exigencias propias de cada disciplina. Si dejamos de lado esta fase tendremos que invertir un valioso tiempo durante la competición para poder poner en marcha todos los mecanismos que nos permitirán realizar la mejor de nuestra performance.

Si esto sucede lo más probable es que no se respeten los principios de progresión e individualidad debido al abrupto incremento en las demandas (propio del inicio de la competición), por lo que se deberá buscar bajo un clima de tensión alcanzar umbrales mínimos de activación que permiten a cada sistema trabajar al máximo de sus posibilidades.