ENTRENAMIENTO COGNITIVO Y SU RELACIÓN CON EL DESARROLLO DE AGILIDAD EN LOS DEPORTES DE SITUACIÓN

Publicado 14 de enero de 2013, 16:07

ENTRENAMIENTO COGNITIVO Y SU RELACIÓN CON EL DESARROLLO DE AGILIDAD EN LOS DEPORTES DE SITUACIÓN

Consideramos importante hacer referencia al entrenamiento cognitivo y con éste, el desarrollo de capacidades cognitivas en el marco del entrenamiento de agilidad en los deportes de situación o abiertos, ya sea colectivos (fútbol, básquetbol, hockey, hándbol, rugby, etc.), o individuales (tenis).

La denominación de “entrenamiento cognitivo” es la que se da a aquella organización de trabajo/estímulos por medio de la cual se desarrollan todos los factores funcionales relacionados con las distintas capacidades condicionales (por ejemplo en el caso de la fuerza, dichos factores son la coordinación intermuscular, la coordinación intramuscular y los procesos reflejos), a la hora de ejecutar las tareas específicas del deporte en cuestión. De alguna manera, sería el medio de unión que posibilitaría que dos elementos disímiles (en relación a la velocidad de ejecución, la inestabilidad, la resolución de situaciones de ataque y/o defensa, toma de decisiones, aspectos psicológicos, etc.) como la competencia deportiva y el entrenamiento de fuerza con sobrecarga se complementen, de manera que el primero obtenga mejoras gracias al segundo.

En las diferentes capacidades condicionales, la mayor parte de las mejoras tempranas de los distintos programas de entrenamiento son realmente resultado de un aprendizaje motor, así el individuo va reconfigurando la forma en que realiza los ejercicios de manera que cada vez va siendo más eficiente y económico en su ejecución. Así es que Tous (1999) plantea que las tres orientaciones de entrenamiento de fuerza que él propone (estructural, funcional y cognitivo) no son compartimientos estancos, sino que se interrelacionan más de lo que comúnmente se piensa.

La preponderancia del entrenamiento cognitivo en los deportes de situación sobre todo, es vital de cara a transferir las ganancias obtenidas con un entrenamiento estructural y funcional al posterior entrenamiento específico (técnico-táctico) del deportista.

En esta línea, Seirul-lo (1996), ha planteado que según la estructura clásica de entrenamiento, las capacidades cognitivas se refieren a la “táctica”, las capacidades coordinativas se refieren a la “técnica” y las capacidades condicionales se refieren a la “condición física”. Por lo que los entrenadores deben crear “situaciones”de entrenamientos “simuladoras”“preferenciales” (hacia una determinada capacidad mediante la interacción de todas las estructuras). Así es que se han de fijar unas determinadas condiciones de trabajo que aseguren una acción diferenciada sobre algún sistema funcional orgánico (sustrato condicional); concretar el tipo de tareas motrices por realizar, que potencien las capacidades coordinativas soporte de la técnica específica del deportista (coordinativo) y proponer información relevante que hay que procesar (implicar estructuras cognitivas).

Se puede observar que es necesario tener en cuenta el desarrollo de los distintos tipos de capacidades condicionales y coordinativas, para que sean aplicados de manera eficaz a las diversas situaciones de juego que exigen los deportes de situación, como el fútbol, el básquetbol, o el tenis.

Los procesos cognitivos se desarrollarán si la intensidad y la complejidad de las cargas se incrementan de manera progresiva (Siff y Verkhoshansky, 1996). Además, la asignación de estímulos (tareas) lo más variados posibles parece ser la clave a la hora de que el sujeto busque la respuesta más idónea con respecto a sus características. No serviría del todo buscar la automatización del gesto mediante gran cantidad de repeticiones (todas similares), ya que aunque el sujeto pudiese ir ajustando su ejecución en ese movimiento concreto, no tendrá un bagaje motor lo suficientemente amplio como para dar respuesta idónea a una situación deportiva, que como se sabe, nunca se repite de la misma manera (Schöllhorn, 1998; Seirul-lo, 1996; en Tous, 1999).

Por lo tanto, los entrenadores que coinciden con esta línea de entrenamiento, consideran necesario diseñar tareas que impliquen una toma de decisión que progrese de simple (general) a compleja (específica), teniendo en cuenta en todo momento las características del deporte. No se debe olvidar lo que plantea Tenenbaum (1993), en relación a que los deportistas deben tomar decisiones al mismo tiempo que realizan importantes esfuerzos físicos. Al respecto, Tous (1999) considera que debe haber mucho interés en diseñar tareas que involucren capacidades condicionales (por ejemplo la fuerza), o capacidades coordinativas que incluyan esa toma de decisión tan característica de los deportes de situación.

Nosotros consideramos, en coincidencia con Vizuete (2004) y Seirul-lo (2005), que al desarrollo de capacidades condicionales orientado al entrenamiento cognitivo, se debe sumar el trabajo de las capacidades coordinativas, pudiendo obtener de esta manera un desarrollo integral de las capacidades cognitivas, ofreciéndole al deportista un amplio abanico de posibilidades para ofrecer respuestas óptimas ante las distintas y variadas situaciones de los deportes abiertos. Así es que se favorecería un desarrollo integral de la agilidad deportiva en este tipo de modalidades deportivas.


Lic. Mauricio Moyano

Equipo Physical