Entrenamiento concurrente y desentrenamiento: la influencia de diferentes intensidades aeróbicas

Publicado 15 de diciembre de 2020, 15:07

Entrenamiento concurrente y desentrenamiento: la influencia de diferentes intensidades aeróbicas

El entrenamiento concurrente (EC) se ha descrito ampliamente en la literatura como un método de entrenamiento efectivo para mejorar la capacidad aeróbica, la fuerza muscular y la potencia. Sin embargo, se ha informado que la combinación del entrenamiento de la fuerza y el aeróbico atenúa la respuesta de entrenamiento inducida por cualquier tipo de entrenamiento sólo (Garcia-Pallares 2011, Gollnick 1973, Izquierdo 2005). Este fenómeno de interferencia (Garcia-Pallares 2011) parece estar asociado con un mayor efecto inhibidor sobre el desarrollo de la fuerza que sobre la capacidad aeróbica cuando se realiza el EC (Izquierdo-Gabarren 2010). Sin embargo, algunos estudios no han mostrado efectos antagónicos sobre la fuerza (McCarthy 2002) o el rendimiento aeróbico (Mikkola 2007) después del EC en comparación con el rendimiento después de cualquiera de las formas de entrenamiento independiente. Este hecho podría deberse a las adaptaciones fisiológicas inducidas por el EC, que parecen depender del orden, volumen e intensidad del estímulo aplicado durante la sesión de entrenamiento (Leveritt 2003).

En particular, se han evaluado una variedad de protocolos de EC en investigaciones anteriores (Leveritt 2003, Varela-Sanz 2017). De hecho, los beneficios y limitaciones de la secuencia de entrenamiento y los efectos sobre la salud y el rendimiento ya están bien documentados (Chtara 2005, Kang 2014). Sin embargo, sólo unos pocos estudios se han centrado en la distribución de la intensidad del entrenamiento durante el EC, lo que parece ser un problema importante cuando se programa el entrenamiento aeróbico y de fuerza (FE) simultáneamente (Chtara 2008, De Souza 2007, Sousa 2018). Algunos autores han sugerido que la intensidad durante el entrenamiento aeróbico es una posible causa de interferencia cuando el entrenamiento aeróbico se combina con EF, señalando que la interferencia sólo ocurre a intensidades cercanas al consumo máximo de oxígeno (VO2máx) (Chtara 2008, De Souza 2007). De hecho, Chtara y cols. (2008) encontraron interferencia en las ganancias de fuerza y potencia cuando el ejercicio aeróbico se realizó a una velocidad asociada con el VO2máx (vVO2máx). En otro estudio, De Souza y cols. (2007) investigaron los efectos agudos de 2 ejercicios aeróbicos (umbral aeróbico vs vVO2máx) sobre la fuerza dinámica máxima (prueba máxima de 1 repetición [1RM]) y la resistencia muscular local (número de repeticiones al 80% de 1RM) y encontraron que sólo el ejercicio aeróbico de mayor intensidad altera la resistencia muscular local. Parece que se produce un efecto de interferencia crónica más pronunciado en intensidades aeróbicas más altas que en bajas; sin embargo, estos estudios sólo se enfocaron en efectos agudos pero no a largo plazo.

Hasta donde sabemos, sólo Fyfe y cols. (2016) compararon diferentes intensidades de entrenamiento aeróbico durante un régimen de programa de EC de corto plazo. A pesar de las ganancias observadas después de 8 semanas de diferentes protocolos de EC, estos autores sugirieron que un EC que incorpore estímulo aeróbico de alta intensidad (120-150% de la intensidad del umbral de lactato) o moderada intensidad (80-100% de la intensidad del umbral de lactato) de manera similar, atenúa las mejoras en la fuerza máxima de la parte inferior del cuerpo en comparación con el EF sólo. Es importante destacar que sólo se estudiaron intensidades moderadas y altas, y se compararon 2 métodos diferentes de entrenamiento simultáneamente (intervalo y continuo), afectando así las conclusiones obtenidas. Considerando que parece necesaria una mejor comprensión de los efectos del EC con diferentes intensidades aeróbicas, recientemente el Dr. Mikel Izquierdo, de la Universidad de Navarra (España), llevó a cabo un estudio donde el propósito principal fue analizar el efecto de 3 programas de EC que sólo diferían en la intensidad del programa de entrenamiento aeróbico sobre el rendimiento en el salto vertical, sprint, fuerza de las piernas y capacidad aeróbica.

Otro problema relacionado con el EC es el efecto que provocan las interrupciones en los programas de entrenamiento. Este período de desentrenamiento (DE) generalmente ocurre durante una temporada debido a lesiones o incluso a la recuperación de un período de entrenamiento anterior (Kraemer 2002, Mujika 2000, Ormsbee 2012). Comprender el efecto del DE puede ser importante para comprender mejor las adaptaciones previas causadas por el EC y, por lo tanto, esencial en el diseño de programas eficientes de entrenamiento. Varios autores han informado de una disminución en las ganancias de la fuerza y la capacidad aeróbica previamente adquiridas después de una reducción de la actividad muscular asociada con una reducción o cese del entrenamiento (Faigenbaum 2009). Desafortunadamente, los efectos del DE después de un período de EC aún están poco estudiados en la literatura, especialmente cuando se aplican diferentes intensidades. Recientemente, Sousa y cols. (2018) verificaron que diferentes programas de EC de 8 semanas con diferentes cargas combinados con entrenamiento aeróbico de baja intensidad mejoraron la fuerza y la capacidad aeróbica. Sin embargo, 4 semanas de DE resultó en efectos perjudiciales para todas las diferentes intensidades utilizadas durante el EF. No obstante, los cambios inducidos por el DE causados por un programa de EC pueden estar relacionados con múltiples factores (Hasegawa 2015, Meylan 2014), y la intensidad del entrenamiento aeróbico utilizada durante el período de entrenamiento puede ser esencial. Por lo tanto, el segundo objetivo de ese estudio fue analizar los efectos de un período de DE de 4 semanas después de programas de EC que comprenden diferentes intensidades aeróbicas.

Treinta y nueve hombres fueron asignados al azar a un grupo de baja intensidad (LIG), un grupo de intensidad moderada (MIG), un grupo de alta intensidad (HIG) y un grupo de control. El programa de entrenamiento consistió en sentadillas completas, saltos, sprints y carrera al 80% (LIG), 90% (MIG) o 100% (HIG) de la velocidad aeróbica máxima durante 16 a 20 minutos. El período de entrenamiento duró 8 semanas, seguido de 4 semanas de desentrenamiento. Las evaluaciones incluyeron sprints de 20 m (0-10 m: T10; 0-20 m: T20), carrera de ida y vuelta (shuttle), salto con contramovimiento (CMJ) y fuerza (1RMest) en sentadilla completa.

Hubo mejoras significativas desde el pre-entrenamiento hasta el post-entrenamiento en T10 (LIG: 4%; MIG: 5%; HIG: 2%), T20 (3%; 4%; 2%), CMJ (9%; 10% ; 7%), 1RMest (13%; 7%; 8%) y consumo de oxígeno (VO2máx; 10%; 11%; 10%). Al comparar los cambios entre los grupos experimentales, las ganancias de 1RMest fueron significativamente más altas en LIG que en HIG (5%) o MIG (6%). Además, hubo una tendencia a mayores ganancias en LIG y MIG en comparación con HIG, con efectos positivos "posibles" o "probables" en T10, T20 y CMJ. El desentrenamiento resultó en una disminución del rendimiento, pero se encontraron pérdidas mínimas para el VO2máx en el grupo LIG (21%).

El entrenamiento concurrente parece ser beneficioso para el desarrollo aeróbico y de fuerza independientemente de la intensidad del entrenamiento aeróbico. Sin embargo, elegir intensidades más bajas puede conducir a una mayor fuerza y se recomienda cuando las ganancias cardiorrespiratorias deben mantenerse durante más tiempo.

APLICACIONES PRÁCTICAS

Los resultados sugirieron que realizar el mismo EF seguido de entrenamiento aeróbico con intensidades bajas, moderadas o altas es beneficioso para la fuerza y el desarrollo aeróbico en adultos sanos. Además, elegir intensidades más bajas durante el entrenamiento aeróbico (es decir, 80% de la VAM) puede conducir a un aumento de las ganancias de fuerza en los esfuerzos explosivos. Estas intensidades aeróbicas también deben usarse durante el EC cuando las ganancias en la condición cardiorrespiratoria deben mantenerse durante períodos más largos después de la interrupción del entrenamiento. Estos hallazgos deben tenerse en cuenta para diseñar programas de EC para deportes competitivos y no competitivos para integrar de manera eficiente los regímenes aeróbicos y de fuerza en la misma sesión de entrenamiento.