Factores de riesgo de lesión del LCA. ¿Las mujeres están más predispuestas a lesionarse?

Publicado 14 de febrero de 2013, 18:40

Factores de riesgo de lesión del LCA. ¿Las mujeres están más predispuestas a lesionarse?

Siguiendo con esta secuencia de análisis de lesiones de rodilla, nos adentramos en lo relacionado a los factores de riesgo que predisponen a la lesión de mayor severidad dentro de lo que son lesiones de partes blandas de rodilla.

Las lesiones del ligamento cruzado anterior (LCA) se producen comúnmente durante la práctica de actividades deportivas. Alrededor del 70% de las rupturas del LCA son el resultado de lesiones sin contacto de la rodilla, es decir, suceden realizando actividades como detenerse en forma súbita, hacer giros, hacer pivote en una pierna o aterrizar después de un salto. El otro 30% es el resultado de un contacto de la rodilla con otro jugador o con otro objeto. Por ende, las lesiones del LCA representan el tipo de lesión con más posibilidades de prevención, es por eso que sugiero seguir el blog de entrenamiento de la velocidad y agilidad, en donde se analizan aspectos a desarrollar de estas capacidades totalmente necesarios en la prevención de lesiones de LCA.

La práctica deportiva se ha vuelto cada vez más veloz y agresiva, al mismo tiempo que han aumentado la incidencia y complejidad de estas lesiones. Los deportes con mayor incidencia de lesiones de LCA en mujeres son fútbol soccer, básquetbol, voleibol, handball, rugby y atletismo.

Según Fueller, Factor de riesgo es una condición, objeto o situación que puede resultar en una fuente potencial de daño a una persona.

Los factores de riesgo que se han estudiado para sufrir una ruptura del LCA se han catalogado en: ambientales, anatómicos, hormonales y biomecánicos.

Factores ambientales:

Existe evidencia de una relación directa entre la fricción que genera la superficie en que se practica un deporte y las lesiones del LCA sin contacto. La fricción entre los materiales, la temperatura de las superficies y el diseño de las suelas pudieran ser un factor de riesgo para las rupturas del LCA sin existir evidencia de que incrementen la incidencia de las lesiones sin contacto en mujeres.

Factores anatómicos:

Las diferencias anatómicas entre hombres y mujeres pudieran ser un factor que contribuya a un incremento en el riesgo de lesión del LCA.

Shelbourne y colaboradores estudiaron el ancho de la escotadura intercondílea en mujeres, encontrando menores dimensiones que en hombres. Sin embargo, su estudio no demostró diferencias de género en el riesgo de ruptura de LCA.


Figura 1. Las formas de la escotadura intercondílea en forma de U, H y A. Medición de la relación altura-ancho de la escotadura intercondílea: la línea A mide la altura y la línea B mide el ancho.









Muneta y colaboradores encontraron que el área transversal del LCA es significativamente mayor en hombres, lo que sugiere que un menor diámetro del LCA en mujeres puede ser un factor de riesgo para ruptura.

En un grupo de mujeres deportistas con ruptura del LCA, Loudon y colaboradores realizaron las siguientes mediciones posturales: posición de caderas y pelvis en bipedestación, posición sagital y frontal de la rodilla, longitud de los isquiotibiales, angulación de la articulación subastragalina e inclinación escafoides, identificándose diferencias significativas con mujeres sanas, en donde estaba aumentada la lordosis lumbar, la rotacion interna de femur y el valgo de rodilla.

El ángulo Q, cuyo valor normal es de 8 a 17°, es consistentemente mayor en las mujeres. Este aumento se atribuye a que, en promedio, la pelvis de la mujer es más ancha y el fémur más corto que en el hombre. Al existir un ángulo Q elevado aumenta el estrés medial sobre los ligamentos de la rodilla. La población de atletas con lesión del LCA tiene un ángulo Q aumentado en relación con los atletas no lesionados.


Figura 2. Diferencias en la pelvis y longitud del fémur entre hombres y mujeres que condicionan la diferencia en el ángulo Q.







Yu y colaboradores concluyeron que en las mujeres atletas, el ciclo menstrual produce cambios tempranos en la proliferación y síntesis de fibroblastos y procolágeno tipo I en el LCA, lo que puede predisponer a las mujeres atletas a sufrir lesiones. A su vez observaron que la incidencia de lesiones se ve afectada por las diferentes fases del ciclo menstrual y bajo efectos de anticonceptivos orales.

Factores biomecánicos:

McLean realizó estudios de control neuromuscular por medio de electromiografía, valorando la actividad muscular durante el ejercicio de correr y detenerse en forma rápida, demostrando que existe un retraso en la activación de los isquiotibiales en relación al cuadriceps, provocando mayores traslaciones anteriores de la tibia y valgo en las rodillas, incrementando el estrés del LCA.


Respondiendo el interrogante sobre si las mujeres están más propensas a romper el LCA, los estudios epidemiológicos han demostrado que las mujeres tienen mayor vulnerabilidad de sufrir una ruptura de LCA. Las mujeres atletas tienen un incremento en el riesgo de sufrir una ruptura de LCA cuatro a seis veces mayor que los atletas varones que realizan el mismo tipo de deporte (Huston, LJ). Además, las mujeres tienen mayor riesgo de sufrir lesiones sin contacto, es decir, durante actividades con efecto de torsión como sucede al correr haciendo giros y pivote en una pierna, o por efecto de la desaceleración al aterrizar después de un salto o detenerse en forma súbita. (Yu, B).




Alanís-Blancas LM y cols. Ruptura de ligamento cruzado anterior. An Med (Mex) 2012; 57 (2): 93-97

Shelbourne KD, Davis TJ, Klootwyk T. The relationship between intercondylar notch width of the femur and the incidence of anterior cruciate ligament tears. Am J Sports Med 1986; 26: 402-408.

Muneta T, Takakuda K, Yamamoto H. Intercondylar notch width and its relation to the configuration and cross-sectionalnarea of the anterior cruciate ligament. Am J Sports Med 1985; 25: 69-72.

Loudon JK, Jenkins W, Loudon KL. The relationship between static posture and ACL injury in female athletes. J Orthop Sports Phys Ther 1996; 24: 91-97.

Yu WD, Liu SH, Hatch JD et al. Effect of estrogen on cellular metabolism of the human anterior cruciate ligament. Clin Orthop Related Res 1999; 336: 229-238.

McLean SG, Neal RJ, Myers PT et al. Knee joint kinematics during the side step cutting maneuver: potential for injury in women. Med Sci Sports Exerc 1999; 31(7): 959-968.

Yu B, Kirkendal T, Garret WE. Anterior cruciate ligament injuries in female athletes: Anatomy, physiology and motor control. Sports Med Arthrosc Rev 2002; 10: 58-68.

Huston LJ, Greenfield ML, Wojtys EM. Anterior cruciate ligament injuries in the female athlete: potential risk factors. Clin Ortho Rel Res 2000; 372: 50-63.