​L-Carnitina, solo un transportador de grasas hacia las mitocondrias?

Publicado 28 de noviembre de 2018, 20:30

​L-Carnitina, solo un transportador de grasas hacia las mitocondrias?

Quienes estamos dedicados a actuar en nuestra profesión aportando algunos suplementos nutricionales a los que se ejercitan, somos habitualmente puestos bajo un análisis cuestionador por quienes están, demasiadas veces, muy distantes de lo que la ciencia y la práctica profesional cotidiana nos va mostrando respecto de los beneficios de su consumo. A pesar de ellos (y de nosotros), la ciencia sigue sus avances y da evidencias también sobre las acciones múltiples de la L-carnitina (LC). Al respecto, hay muchas de ellas que merecen ser detenidamente estudiadas por su impacto benéfico a nivel de nuestro organismo.

Cuando de LC se trata, allí aparece la legión de profesionales que, sacándola del debido contexto del conocimiento científico, la erradican definitivamente del listado de los que tienen evidencia fuerte. Infelizmente una vez más se margina un suplemento que es sumamente valioso para muchas instancias, al punto de reconocérsele al presente sus beneficios en 1) la recuperación, 2) reduciendo los marcadores de daño muscular, 3) disminuyendo la formación de radicales libres de oxígeno, 4) incrementando la circulación de sangre en el músculo ejercitado, 5) cualificando la función endotelial de los vasos sanguíneos y 6) favoreciendo el aumento de la masa muscular con 7) la reducción de la grasa corporal.

El rol central de la LC en la energética muscular radica en facilitar el ingreso de los ácidos grasos (AG) activados a la mitocondria para su posterior beta-oxidación. Como es sabido, ellos no pueden atravesar la membrana mitocondrial, por lo que deberán sufrir primero su activación (proceso de tioesterificación a CoA) para posteriormente unirse a la LC. De esta forma se constituye el compuesto Acil-carnitina, el que activará a la enzima CPT1 y de esta manera garantizar que el mencionado complejo atraviese las membranas mitocondriales para que luego se concrete la beta-oxidación (BOX) surgiendo así la fragmentación del AG en acetil-CoA (ACOA). Este compuesto es el que asegura que el ciclo de Krebs funcione a partir de la degradación de un azúcar y de una grasa, ya que ambos nutrientes pueden acabar formando ACOA, el que se condensa al oxaloacetato formando finalmente el indispensable citrato para activar el ciclo referido.

Es de destacarse que del 100% de la LC necesaria, el 25% tiene un origen endógeno, formándose a partir de dos aminoácidos esenciales, la lisina y la metionina, mientras que el 75% restante debe ser provisto por la alimentación o algún suplemento del mismo. Interesantemente, la LC se encuentra principalmente en las carnes rojas, por lo que su aporte es muy variable entre las personas.

Una de las muestras de la eficacia de la LC en la recuperación muscular fue dada hace ya varios años por Giamberardino y su equipo. Ellos mostraron que la suplementación con este nutriente redujo el dolor post ejercicio así como que mostró una menor liberación de creatina quinasa (CK), un reconocido marcador de lesión muscular. Sus conclusiones apuntan a afirmar que la LC es efectiva para controlar la ruptura miofibrilar, con lo que además evita en buena medida la fuga de aminoácidos del sarcoplasma (Giamberardino et al. Effects of prolonged l-carnitine administration on delayed muscle pain and ck release after eccentric effort. Int. J. Sports Med. 1996).

Otro aporte de interés fue concretado por Kraemer y colegas, quienes mostraron que la suplementación con 2g de LC al día durante un período de 3 semanas, incrementó la cantidad de receptores androgénicos en las células musculares, lo que produjo un aumento en la señalización para el anabolismo proteico y con ello una mejor recuperación después del ejercicio (Kraemer W. et al. Androgenic responses to resistance exercise: Effects of feeding and l-carnitine. Med. Sci. Sports Exerc. 2006). En este punto, recientemente también se dio evidencia de la acción anabólica de la LC. Así, estudios de Keller y colegas demostraron que ella limitaba la acción catabólica proteica frenando al sistema ubiquitin-proteasoma del músculo esquelético. Pero además informaron que la LC incrementa al IGF-1 así como la activación de la Akt, ambos poderosos inductores de la señalización de la mTOR, con lo que se enciende el anabolismo proteico (Keller J., et al. Supplementation of carnitine leads to an activation of the igf-1/pi3k/akt signalling pathway and down regulates the e3 ligase murf1 in skeletal muscle of rats. Nutr. Metab. (Lond.) 2013).

Debido a la evidencia de que el transportador de LC esta afectado con el envejecimiento, la cantidad y la distribución de ella estará comprometida en los individuos de edad avanzada. Sobre esto Malaguarnera y colegas concretaron un estudio con personas de muy avanzada edad aportándoles 2 g de LC diaria durante 6 meses, analizando los efectos sobre la fatiga física y mental. Sus resultados dejaron ver que, comparados con el grupo placebo, los suplementados mostraron una mayor masa muscular, una reducción de la masa grasa total y una mejor capacidad para caminar, concluyendo por ello que efectivamente existe un efecto beneficioso en estas poblaciones de gerontes a nivel del músculo y su función (Malaguarnera M., et al. l-carnitine treatment reduces severity of physical and mental fatigue and increases cognitive functions in centenarians: A randomized and controlled clinical trial. Am. J. Clin. Nutr. 2007). Esta observación mostró además una reducción significativa en la fatiga física y mental.

En lo que hace a su potencial acción sobre la reducción del tejido adiposo, un metaanálisis reciente de Pooyandjoo y su equipo concluyó en la observación de una reducción significativa del mismo en quienes recibieron LC. De interés es tener en consideración que los estudios que se incluyeron en el metaanálisis se realizaron principalmente en sujetos obesos y/o diabéticos (Pooyandjoo M., Nouhi M., Shab-Bidar S., Djafarian K., Olyaeemanesh A. The effect of (l-)carnitine on weight loss in adults: A systematic review and meta-analysis of randomized controlled trials. Obes. Rev. 2016).

Como se puede apreciar, e independientemente de la eficacia que eventualmente pudiera tener o no la LC en la reducción del tejido graso, otras varias acciones de la misma puede justificar su aporte exógeno bajo la forma de suplementos, especialmente en quienes están sometidos a daño miofibrilar por esfuerzo físico pero también, en las poblaciones de edad avanzada, en quienes hay evidencia de los beneficios del aporte de la misma por varias razones, pero muy especialmente porque en las personas que cursan la vejez presenta reducción de LC y, con ello, un déficit que tiene sus implicancias en la salud y calidad de vida.