Multimorbilidad y Ejercicio Físico

Publicado 27 de septiembre de 2021, 12:29

Multimorbilidad y Ejercicio Físico

La personas con multimorbilidad (coexistencia de 2 o + condiciones crónicas) tienen una salud física y psicosocial más deficiente, así como un mayor riesgo de ingreso hospitalario y muerte prematura. La complejidad y el aumento de la carga de la multimorbilidad, presentan desafíos para los sistemas de salud (se centran en enfoques de manejo de una sola enfermedad, careciendo en la mayoría de ocasiones, de una visión integral y global del paciente).

La osteoartritis, la HTA, DM 2, depresión, insuficiencia cardíaca, cardiopatía isquémica y enfermedad pulmonar obstructiva crónica, se encuentran entre las principales causas de discapacidad global, a menudo, coexisten, y tienen un impacto negativo en la salud física y psicosocial.

Estas afecciones comparten un factor de riesgo común (INACTIVIDAD FÍSICA) y una patogénesis (inflamación sistémica de bajo grado) que pueden desencadenar una cascada de reacciones que dan como resultado el desarrollo de un 'círculo vicioso' de enfermedades crónicas y pobres resultados.

El ejercicio se considera un tratamiento básico para al menos 26 afecciones crónicas. Pero, ¿sabemos de sus efectos en las personas con multimorbilidad?

Los programas de ejercicio físico multicomponente (entrenamiento cardiorrespiratorio y de fuerza) con una frecuencia de 2-3 d/s, una duración de 12 semanas (en esta revisión; en la práctica real, ideal mantenerlos a largo plazo) y supervisados, son seguros y eficaces, mejoran la función física y psicosocial, reducen la depresión y ansiedad, pueden “interrumpir” el círculo vicioso de la inflamación sistémica, y no se asocian con un mayor riesgo de eventos adversos como dolor musculoesquelético o caídas (incluso pueden reducir el riesgo de eventos adversos graves como hospitalización y neumonía).

Las personas con multimorbilidad no solo han de participar en programas de ejercicio físico asesorados por profesionales (tras la prescripción médica), siendo parte del tratamiento, sino también incrementar los niveles de actividad física diarios y reducir las conductas sedentarias, incorporando hábitos saludables en sus rutinas diarias. Es la realidad de nuestro día a día.