Planteamientos sobre la planificación deportiva en deportes colectivos

Publicado 26 de agosto de 2015, 21:43

Planteamientos sobre la planificación deportiva en deportes colectivos

Blog realizado por Antonio Bores Cerezal

Los planteamientos de planificación deportiva han tenido una larga evolución histórica, caracterizados por diversos elementos según el contexto. Los deportes colectivos como un tipo de práctica deportiva presentan formas intrínsecas que los diferencian de otro tipo de deportes. A continuación se describirán genéricamente los principales planteamientos existentes en la época actual sobre modelos de planificación en los deportes colectivos.

General vs Individualizada

Los deportes colectivos requieren de un planteamiento general de los entrenamientos en cuanto a la preparación física, con el objetivo de mantener y desarrollar la naturaleza de estos deportes en relación a las exigencias que demanda la competición. No obstante, la búsqueda del alto rendimiento y del éxito deportivo, hace necesaria la presencia de dosis o bloques de entrenamiento individualizado, con el objetivo de potenciar aquellos factores concretos de un jugador, siendo imposible su obtención, a través de los entrenamientos grupales. Esto es debido a que existe un consenso de que ciertos modelos de planificación a situaciones, exigen una participación continuada, con rendimientos deportivos elevados y en intervalos de tiempo mantenidos (Dantas et al 2010).

Con la planificación del entrenamiento debemos entender que nuestro principal objetivo irá encaminado a la mejora del rendimiento colectivo en competición, sin olvidarnos de que son los jugadores quienes forman ese equipo y los que darán sentido al funcionamiento en grupo. Es por este motivo, que se incrustan objetivos individuales que aportan mejoras al resultado grupal. En necesario atender a las necesidades específicas por posiciones, por características de los jugadores, por la edad de los mismos, o incluso individualizar el trabajo específico de alguna cualidad concreta, buscando no solo el rendimiento, sino también la seguridad y la salud del jugador a nivel profiláctico. No debemos olvidar la importancia que tiene la participación del preparador físico en la recuperación y readaptación de las lesiones de los jugadores, donde claramente podemos observar la individualización del entrenamiento, en la figura del readaptador físico-deportivo (Lalin, 2008).

Por otra parte, la exigencia del alto rendimiento en deportes colectivos en general, con largos periodos competitivos y la participación simultánea en varias ligas, está haciendo que se realicen dobles planificaciones por puestos específicos; es decir, ante la imposibilidad de mantener un alto estado de forma durante todo el periodo competitivo, y el hecho de tener un mínimo de dos jugadores por puesto de juego con altos niveles deportivos, se planifican estados de forma deportiva sincronizados no simultáneos, con el fin de permitir la ondulación de la forma deportiva de cada jugador, siendo posible disponer siempre de uno de ellos en el estado óptimo. Esto es debido tal y como afirma (Chirosa et al. 2001), a que los modelos de planificación en los deportes de equipo sufrieron un cambio profundo desde el momento en que se superó la muralla impuesta por la concepción conductista de aquellos entrenadores que trasladaban sus experiencias adquiridas en los deportes individuales.

Formación vs Rendimiento

La dualidad entre “formación y rendimiento” viene dada en el planteamiento de los objetivos perseguidos en el deporte. Estos objetivos pueden estar orientados hacia el resultado, es decir, la atención del jugador se dirige hacia el producto final; o bien, otro planteamiento que consiste en centrar la atención del jugador en la tarea, priorizando el proceso por encima del resultado obtenido.

La metodología de entrenamiento seguida en el planteamiento centrado en el producto final, se basa en la repetición exhaustiva de los distintos modelos de ejecución técnica, sin prestar atención al proceso de aprendizaje, persiguiendo un perfeccionamiento que no va más allá del resultado final obtenido. Cuando los objetivos están focalizados en el proceso, el jugador busca la mejora continua de sus ejecuciones, la atención se centra en sí mismo, en su propio aprendizaje y adquisición de habilidades técnico-tácticas, sin tener la presión por ganar o perder, el jugador obtiene mayor satisfacción al comprobar su propia evolución y mejora.

No hay que olvidar, tal y como indica Tschiene (1992), que no existe una concepción global precisa de los principios de entrenamiento que podamos aplicar al deporte de los niños-adolescentes (formación) y adultos (rendimiento). Es preciso reflexionar inicialmente, sobre la gran cantidad de casos de jóvenes deportistas, con una aparente y brillante proyección de futuro, que bien por agotamiento deportivo, o por otros motivos complejos, abandonan prematuramente la práctica (temporal o definitivo) o no llegan a alcanzar las metas previstas.

Integrada vs Aislada

El rendimiento deportivo depende de múltiples factores (técnico, táctico, preparación física…) que pueden desarrollarse de forma aislada, es decir, se pueden abordar de forma independiente uno de otro, con planteamientos reducidos y simplificados. Se pretende que el desarrollo individualizado de cada elemento, incremente posteriormente el rendimiento en competición, donde todos los factores actúan de forma conjunta (Santos, Viciana y Delgado, 1996).

Figura 1. Modelo esquemático de entrenamiento aislado (Santos, Viciana y Delgado, 1996).

También existe la posibilidad de plantear un entrenamiento integrado, elaborando tareas cercanas a la realidad del deporte concreto, en las que se pretenda provocar el desarrollo de los distintos factores determinantes del rendimiento final, es decir, integrar el trabajo de los factores claves de rendimiento, en tareas en las que siempre esté presente la dinámica real del deporte en cuestión. De esta forma la dimensión de aplicabilidad y transferencia de las diferentes acciones al juego es total (Chirosa, et al. 1997). Algunos autores denominan a esta forma de entrenar, como entrenamiento cognitivo (Tous, 1999; Schollhorm, 1998; Seirul.lo, 1996). Tous (1999) reconoce el nexo que permite que 2 cosas diferentes (en cuanto a la velocidad de ejecución, inestabilidad, resolución de problemas, toma de decisiones, presión psicológica...) como pueden ser el hecho competitivo y el entrenamiento con sobrecargas, sean capaces de entenderse, de forma que el primero mejore gracias al segundo.

Figura 2. Modelo esquemático de entrenamiento integrado (Santos, Viciana y Delgado, 1996).

De forma general, el entrenamiento aislado tiene como ventaja respecto al integrado, la posibilidad de lograr un mayor control y lógicamente mayor focalización del trabajo concerniente al aspecto selectivo sobre el que se pretende incidir, permitiendo la individualización del trabajo; no obstante, el inconveniente principal reside en desarrollar tereas poco reales y alejadas del juego, lo que puede provocar dificultad a la hora de interpretar las demandas que la competición exige. Una buena propuesta es utilizar el entrenamiento integrado a través del cual, podemos trabajar todos los factores que pueden influir en el rendimiento competitivo, con el carácter que va a surgir durante el juego. De esta forma se busca que el jugador vea soportada esta preparación física con unos objetivos técnicos, tácticos y psicológicos integrados, difícilmente indisolubles, garantizando la realidad del juego en los entrenamientos.


Figura 3. Periodización mediante el uso del modelo simple (aislado) y el modelo integrado a lo largo de la temporada (Chirosa et al., 2001).


Normal vs Inversa

Existe todavía la posibilidad de encontrar modelos tradicionales de actuación donde inicialmente se realiza un amplio trabajo de preparación física general, y posteriormente se efectúa un trabajo de preparación física especial, cuyas mejoras pretenden aportar para lograr un incremento de las prestaciones técnicas de los jugadores, y en función de dichas capacidades, se desarrollan los sistemas tácticos de juego que posteriormente se aplican en competición.

Opuesto a este modelo de programación encontramos el modelo inverso que parte desde la competición como eje central de trabajo, donde el resto de factores tienen por objetivo pulir las deficiencias encontradas durante la competición. El jugador de alto nivel de deportes de largos periodos competitivos, se ve inmerso en la participación de un gran número de competiciones continuas, siendo éste el punto de referencia para el resto del trabajo. El estudio de los resultados y la preparación permanente de dichas competiciones, hace que el trabajo y variabilidad táctica tome gran relevancia. El desarrollo técnico busca la adaptación a los sistemas tácticos empleados, el trabajo físico específico debe permitir las máximas prestaciones posibles en la competición, y el trabajo físico general se dirige hacia la corrección de patrones básicos funcionales de movimiento que permitan mayores prestaciones específicas, técnicas y por consecuencia mejor rendimiento competitivo, así como prevención de lesiones.

En este sentido fue el profesor Seirul.lo (1987) quien rompió con las planificaciones rígidas y cerradas presentando una propuesta integradora la “microestructuración”.

El modelo de Seirul-lo es un microciclo auto-estructurado, con su propia unidad funcional, integrado en la temporada, compuesta por tantas microestructuras como sean necesarias para completar el tiempo total de competiciones. La microestructura vendrá determinada por el acoplamiento idóneo entre características del individuo y su estado de forma, la orientación de la carga de entrenamiento y el calendario de competición.

Además, cada una de esas microestructuras es dependiente de las demás que componen la temporada, y a su vez, en ella se contemplan los elementos de carga que permiten estar en el estado de forma deseado al final de la microestructura, con el objetivo de poder competir al más alto nivel en cada ocasión.

El Dr. Antonio Bores Cerezal dictará la asignatura Planificación y periodización en Deportes Colectivos en el Curso Internacional de Entrenamiento en Deportes Colectivos.

Referencias

  • 1.Dantas E, García-Manso J M, Godoy E S, Sposito-Araujo C A, Gomes A C (2010). Aplicabilidad de los modelos de periodización del entrenamiento deportivo. Una revisión sistémica. Revista Internacional de Ciencias del Deporte, 20 (6) 231-241
  • 2.Lalin, C. (2008). La readaptación lesional (I parte): fundamentación y contextualización. Revista de entrenamiento deportivo. 22 (2), 27-35.
  • 3.Tschiene, P. (1992). Por una teoría del entrenamiento juvenil. Revista de entrenamiento deportivo, VI (1), 13-22.
  • 4.Santos, J.A., Viciana, J., y Delgado, M.A. (1996). Voleibol. Madrid: Ministerio de Educacion y Ciencia.
  • 5.Tous, J. (1999). Nuevas tendencias en fuerza y musculación. Barcelona: Ergo.
  • 6.Chirosa, L.J.; Viciana, J. (2001). El entrenamiento integrado en deportes de equipo. Repografia Digital. Granada.
  • 7.Chirosa, L. J (1997). Entrenamiento con un método de contraste para la mejora de la fuerza de impulsión en relación a otro de tipo convencional en balonmano. Tesis Doctoral. Universidad de Granada, Granada
  • 8.Seirul-lo Vargas, F. (1987). Opcion de planificación en los deportes de largo periodo de competiciones. Revista de Entrenamiento Deportivo I (3), 53-62.