​Calidad muscular y diabetes mellitus. Sugerir caminar a quien está afectado en la marcha, una manifiesta ausencia de conocimientos básicos.

Publicado 21 de agosto de 2019, 11:06

​Calidad muscular y diabetes mellitus. Sugerir caminar a quien está afectado en la marcha, una manifiesta ausencia de conocimientos básicos.

Ha sido definida la calidad muscular (CM) como la fuerza que tiene el tejido muscular por región corporal así como su performance metabólica. Varios autores se han dedicado a estudiar el potencial vínculo que podría existir entre dicha capacidad y su rendimiento según territorios topográficos de nuestra anatomía, viéndose que hay una asociación de la diabetes tipo 2 (DBT2) tanto con la masa muscular (MM) como con la CM de las extremidades inferiores. En este punto, se afirma que hay deficiencias musculares relacionadas con dicha enfermedad, evidenciándose ello al encontrarse una asociación entre la referida patología y la baja velocidad de la marcha (Volpato S, et al. Role of muscle mass and muscle quality in the association between diabetes and gait speed. Diabetes Care. 2012).

Aun conociéndose que la disminución de la CM es un fenómeno que necesariamente se instalará en la vejez, también se conoce que el deterioro de la misma se asocia negativamente con la función física, los factores de riesgo metabólico, la calidad de vida, y el mayor riesgo de mortalidad (Yoda M, et al. Poor muscle quality as a predictor of high mortality independent of diabetes in hemodialysis patients. Biomedicine & pharmacotherapy = Biomedecine & pharmacotherapie, 2012)

Hace ya algunas décadas que Blair y su equipo informaron la existencia de una fuerte asociación inversa entre la aptitud cardiorrespiratoria (ACR), la enfermedad cardiovascular y la DBT2, así como también documentaron lo mismo entre la ACR y la mortalidad en adultos portadores de la mencionada enfermedad metabólica (Blair SN, et al. Influences of cardiorespiratory fitness and other precursors on cardiovascular disease and all-cause mortality in men and women. JAMA. 1996)

Diversos trabajos han estudiado el impacto que tiene el entrenamiento aeróbico sobre la mejora de la ACR así como en el aumento en la supervivencia, pero también se ha apreciado esto por entrenamiento de la fuerza muscular. Varios estudios también documentaron que las personas con DBT2 presentan mayor masa muscular pero menor fuerza, sugiriendo que esto redunda en una reducción en la calidad del músculo en individuos con la referida patología (Goodpaster BH, et al. The loss of skeletal muscle strength, mass, and quality in older adults: the health, aging and body composition study. J Gerontol A Biol Sci Med Sci. 2006).

El deterioro de la fuerza y la CM en las piernas es sabido que impacta directamente en el rendimiento de la marcha, habiéndose demostrado que los portadores de DBT, al comparárselos con los que no padecen dicha patología, tienen menor fuerza y CM (Park SW, et al. Health, Aging, and Body Composition Study Accelerated loss of skeletal muscle strength in older adults with type 2 diabetes: the health, aging, and body composition study. Diabetes Care 2007). Y en este punto, Park y colegas en un trabajo posterior dan evidencia de que las personas mayores con DBT2 habían acelerado la pérdida de fuerza muscular con el tiempo, sugiriendo que existe un mecanismo biológico adicional para explicar la asociación entre la enfermedad y el mal rendimiento físico (Park SW, et al. Health, Aging, and Body Composition Study Excessive loss of skeletal muscle mass in older adults with type 2 diabetes. Diabetes Care 2009).

Analizar la importancia de la aptitud muscular, valorada por la fuerza y la CM, tiene su razón en el vínculo que existe entre el rendimiento del músculo para hacer ejercicio y a través de ello mejorar en la ACR. Esto porque las limitaciones musculares, como es obvio, restarán capacidad para lograr niveles de exigencia que garanticen las adaptaciones que produzcan las mejoras de los diferentes órganos y sistemas.

Medir la fuerza en piernas en diabéticos y en no portadores de la enfermedad ha sido una alternativa válida para verificar las diferencias y posible incidencia que podría tener el rendimiento muscular en las extremidades inferiores en la patología. En un trabajo concretado en la ciudad de Chianti, Toscana, Italia, denominado “Invecchiare in Chianti” (envejecimiento en el área de Chianti), 835 personas fueron sometidas a dos test de marcha de 4m y 400mts, este última en un circuito de 20m recorriéndoselo 20 veces. Junto al rendimiento en la caminata fue evaluada la masa muscular. De interés para señalar aquí es que las personas con DBT, respecto a las no portadoras de la patología, tenían una velocidad de marcha más lenta así como un área muscular de pantorrilla más grande, pero menos fuerza y potencia muscular, junto a una reducida calidad muscular. También se les comprobó un menor torque de extensión de rodilla, y fuerza disminuida a nivel de la articulación del tobillo. Otro dato de consideración fue que los pacientes con terapia farmacológica (medicación oral y/o insulina), presentaban una densidad muscular significativamente más baja al igual que una fuerza muscular reducida en las extremidades inferiores, potencia muscular y calidad muscular, en comparación con las contrapartes no diabéticas y por ello sin toma de medicación específica a la DBT.

Dentro de las comparaciones entre los participantes del estudio inCHIANTI con y sin DBT, se documentó que los pacientes diabéticos con terapia farmacológica fueron significativamente más lentos tanto en las distancias de 4m como en 400m, pero también se apreció que los que estaban en tratamiento dietético nutricional tuvieron un peor desempeño de caminata solo en la prueba de 4m. Los resultados acabaron por documentar que las personas con DBT tenían 2.6 veces más probabilidad de no poder completar la prueba de caminar. Pero también se concluyó que entre los que pudieron completar el test, los que usaron agentes orales y/o insulina tuvieron un peor desempeño en comparación con las personas sin DBT.

Entre las conclusiones muy importantes a las que se arribó en el estudio inCHIANTI están las que destacan que la diferencia en la velocidad de la marcha entre personas con y sin DBT alcanzó una reducción de un 25% en la prueba de 4m y de 15% en los 400 m, sugiriendo ello un deterioro del rendimiento de la masa muscular de las extremidades inferiores que se traduce finalmente en un contribuyente importante a la limitación de la movilidad en pacientes mayores con DBT.

Otra información destacable del estudio referido es la que muestra que si bien hay evidencias de que la neuropatía diabética involucra motoneuronas que aceleran la atrofia muscular y la pérdida de fuerza, algo que también lo desencadena la enfermedad arterial periférica (EAP), complicación frecuente observada a largo plazo en la DBT tal como lo advierten McDermotty colegas (McDermott MM, et al. Impairments of muscles and nerves associated with peripheral arterial disease and their relationship with lower extremity functioning: the InCHIANTI Study. J Am Geriatr Soc 2004), en el estudio inCHIANTI las diferencias en la velocidad de marcha, la fuerza, la potencia y la CM entre personas con y sin DBT, fueron independientes de la neuropatía y de la EAP de las extremidades inferiores, lo que sugiere un efecto directo de la DBT sobre el músculo y su rendimiento. En este punto, quizás la advertencia de Volpato y colegas sea de extrema importancia como mensaje para elaborar estrategias de atención al diabético cuando se expresan afirmando que “la evaluación estandarizada de las características musculares y la función de las extremidades inferiores, con la detección temprana de la sarcopenia y la calidad muscular deteriorada, podría provocar un estilo de vida apropiado o una intervención para posponer el deterioro funcional, prevenir la discapacidad y preservar la independencia y la calidad de vida de las personas mayores con diabetes”.

Aquí cabe preguntarse si sugerir caminatas a quienes tiene dificultades y limitaciones manifiestas en la marcha, es el principio o el final de la atención por el ejercicio, porque lo que no tienen es fuerza para desplazarse y por ello mal pueden buscarse mejoras en la aptitud cardiorrespiratoria y en la calidad del músculo a través de una capacidad muscular manifiestamente deteriorada que no se recupera caminando.

Para reflexionar…