Caminar no es lo mismo que hacer rehabilitación cardiovascular
Publicado 21 de enero de 2013, 17:30
La RHCV es una práctica cardiológica terapéutica que se encuentra en la mayoría de los países del mundo, totalmente sub utilizada.
Quienes somos efectores de la RHCV, escuchamos frecuentemente que los pacientes nos comentan que sus cardiólogos de cabecera les indicaron caminar, incluso algunos nos informan que fueron estimulados a caminar sin ningún tipo de control, pocas semanas después de sufrir un infarto o intervención de revascularización miocárdica, para luego si comenzar un Plan de RHCV semanas o meses después, incluso años…
Está claro que quienes escuchamos estas cosas en nuestros consultorios durante la entrevista de admisión, no podemos exteriorizar totalmente lo que pensamos, ya que no es de buena praxis para lograr el objetivo final, que es que el paciente finamente ingrese a un plan de RHCV decirle los riesgos innecesarios que ha padecido, ni recordarle todas las incertidumbres que sin duda tuvo la necesidad de sortear como pudo, solo, sin ningún asesoramiento profesional, en aspectos tan esenciales que van desde la alimentación, el manejo del stress, la angustia, el miedo y otros incluso cuando reiniciar la actividad sexual, entre otras importantes cuestiones que hacen a la vida de cualquier mortal, y especialmente al grupo etario que se ve afectado por enfermedades cardiovasculares, en su gran mayoría coronarios y de mediana edad.
Y justamente es en esta patología principalmente en que vemos con demasiada frecuencia estos errores, como si caminar… fuera un sinónimo de hacer RHCV…
Desde ya que caminar es bueno para la salud, de hecho en nuestras guías de prevención y rehabilitación cardiovascular de la Federación Argentina de Cardiología, de las cuales soy coautor, recomendamos, como la mayoría de las guías americanas y europeas caminar “al menos” 30 minutos diarios, cinco o mejor siete días a la semana…
Claro, cuando pensamos en las guías, se recomienda, a una población mayormente sedentaria y aparentemente sana, como medida de prevención primaria, un objetivo de mínima y que sea posible para esa población específica. Abundan en la literatura, estudios ya clásicos que muestran que aquellas personas sanas, incluso adultos mayores que caminan habitualmente, tienen una significativa disminución de la mortalidad, no solo de causa cardiovascular, sino de cualquier otra causa. Recuerdo el ya mítico estudio del The Honolulu Heart Program publicado en la revista Circulation en el año 1999 (lo pueden descargar gratis desde este link:http://circ.ahajournals.org/content/100/1/9.full.pdf+html ) en el, hombres ancianos de 71 a 93 años, divididos en tres grupos según la distancia de caminata que hacían diariamente, mostraba que aquellos que caminaban menos, tenían el doble de riesgo de padecer una enfermedad coronaria que aquellos que caminaban mas.
Y es natural, quien camina diariamente esta menos expuesto a tener sobre peso u obesidad, diabetes tipo II, hipertensión arterial, hipercolesterolemia, grasa inter visceral, stress, depresión y toda la constelación dañina para la salud que trae aparejado el sedentarismo, puede que este conocimiento, produzca mucha confusión en los médicos, está claro caminar es bueno para la salud, pero es suficiente para tratar la enfermedad una enfermedad tan compleja como la enfermedad coronaria?
La respuesta es no, cuando hablamos de prevención secundaria, es decir hablamos de RHCV, caminar es insuficiente…
Es necesario aun aclarar que la RHCV no es solo hacer ejercicio… y si lo fuera, aun debemos aclarar que para que el ejercicio tenga algún efecto terapéutico debe tener una intensidad, una forma, un tipo, una duración y una frecuencia determinada…
Si, parece que aun debemos seguir insistiendo que quien ya es portador de un evento cardiovascular, debe recibir como parte de su tratamiento un Programa Integral de Rehabilitación Cardiovascular, que el mismo consta de tres herramientas, todas importantes, educación sanitaria control médico y ejercicio físico, que tal vez este último sea la herramienta efectora del cambio, pero sin la existencia de las otras dos sería imposible obtener los resultados buscados…
La RHCV debe indicarse como se indica cualquier otro tratamiento, nadie en su sano juicio le indicaría a un paciente coronario una droga para modificar su colesterol como las estatinas, sin indicarle la dosis correcta, mucho menos enviaría a su paciente a que se realice una angioplastia, si quiere o le gusta el equipo de hemodinamia recomendado, sería una verdadera locura…
Imaginen indicarle a un paciente hipertenso un medicamento anti hipertensivo por tres meses, y luego decirle al paciente que siga el tratamiento por si solo, con la dosis que el quiera, sin control ni seguimiento, no sería esto una mala praxis…
La RHCV es un tratamiento convencional dentro del arsenal terapéutico actualmente existente para las enfermedades cardiovasculares y del mismo modo debe ser indicado y supervisado, no tengo duda que algún día llegaremos a lograrlo…
Los pacientes lo agradecerán…
Dr. Alejandro M. Gómez Monroy
Especialista Consultor en Cardiología
Ex. Presidente del Comité de Cardiología del Ejercicio FAC
Ex. Jefe del área de RHCV del HIEA y C. San Juan de Dios de La Plata
Director medico de los Institutos de Prevención y Rehabilitación Cardiovascular “Asistencia Cardiológico Integral” La Plata y City Bell. www.cardioactivo.com.ar