Cáncer, Obesidad y Ejercicio.

Publicado 26 de febrero de 2013, 8:35

Cáncer, Obesidad y Ejercicio.

En la entrada anterior señalamos la importancia de analizar a la enfermedad como un continuo a lo largo del tiempo para lograr determinar de forma lógica y eficaz los objetivos del ejercicio físico [1]. Abordando esta sucesión de momentos tenemos que comenzar por establecer qué papel desempeña el ejercicio en la prevención del cáncer. La prevención primaria contempla el conjunto de acciones encaminadas a modificar los hábitos poco saludables de la población hacia otros más adecuados. Con esto se consigue evitar que los factores de riesgo actúen sobre un órgano concreto y causen en él alteraciones que puedan generar un cáncer [2].



El US Departament of Healt and Human Service [3], el American Institute for Cancer Research [4] y el ACSM [5], señalan el incremento de la evidencia científica sobre la disminución del riesgo de desarrollar muchos de los cánceres por la práctica de ejercicio físico.

El ejercicio físico por tanto es uno de estos hábitos a inculcar en la prevención primaria, pero, ¿por qué?: La British Association of Sport and Exercise Sciences y otras numerosas entidades y organismos (entre ellas la OMS) determinan como factor de riesgo directo al sedentarismo. Éste conlleva una serie de alteraciones que determinan muchas circunstancias pre-patológicas, entre ellas el cáncer. Es decir, en este caso el ejercicio contribuye de forma indirecta a la prevención del cáncer, evitando o contrarrestando estas alteraciones que incrementan el riesgo de padecerlo.


Por ello algunos estudios señalan que la actividad física actúa disminuyendo el grado de obesidad y la adiposidad central, y ambos son factores de riesgo en el cáncer de colon, pecho (en la posmenopausia), endometrio, riñón y esófago [6, 7]. El sobrepeso y obesidad conllevan un cambio en el balance hormonal y metabólico en el organismo y facilitan unnúmero de factores implicados en la resistencia a la insulinae inflamación, que inician y promueven la carcinogénesis [6, 7].

El sedentarismo se ha relacionado directamente con el adenocarcinoma esofágico, cáncer de colon y recto, riñón, páncreas, endometrio y mama [8].

Resulta enormemente interesante comprender cómo la obesidad puede desencadenar una carcinogénesis. Tomando como ejemplo al cáncer endometrial (cáncer que se forma en el tejido que reviste el útero, donde la mayoría son cánceres que comienzan en las células que elaboran y liberan mucosidad y otros líquidos) [9], podemos observar en el gráfico el conjunto de respuestas hormonales y observar las diferentes vías que pueden favorecer la aparición de este tipo de cáncer [10].

Aunque estas relaciones necesitan ser mejor estudiadas y comprendidas, los recientes estudios epidemiológicos muestran que la relación entre cáncer, sobrepeso y obesidad es cada vez es más clara [11].

Según la SEEDO [12], en España los datos surgidos del estudio ENRICA en 2011, aportan una prevalencia de obesidad del 22,9% y de sobrepeso del 39,4%. Los datos epidemiológicos en edad infantil española (estudio ALADINO) muestran una elevada prevalencia, presentando un 45,2% exceso de peso del cual el 26,1% corresponde a sobrepeso y el 19,1% a obesidad.

Estos datos muestran un futuro nada prometedor para lograr una adecuada prevención contra el cáncer, y la incorporación del ejercicio físico dentro del conjunto de medidas preventivas parece de vital importancia para lograr las sinergias adecuadas. Uno de los objetivos del ejercicio será por tanto constituirse como una de las medidas para prevenir de forma efectiva el sobrepeso y la obesidad.

Pero, ¿cómo contribuye el ejercicio a reducir los riesgos de que se desencadene un cáncer? De nuevo para poder abordar el tema con claridad debemos aproximarnos de forma específica, pues es difícil establecer generalidades debido a la cantidad de posibilidades derivadas de los muchísimos tipos de cáncer y sus diferentes mecanismos y vías de progresión. En el caso del cáncer de mama, también se observan en los estudios epidemiológicos cómo la actividad física se asocia con una disminución de los riesgos, en ese caso, en mujeres postmenopáusicas [13]. Los mecanismos por los cuales esto se produce no se han establecido todavía de forma definitiva [6]. Entre el conjunto de mecanismos interrelacionados se señalan su influencia para provocar cambios en el metabolismo y hormonas sexuales, factores de crecimiento, adiposidad y posiblemente función inmune [14].

Friedenreichet al [13] realizaron un interesante trabajo donde compararon a dos grupos de mujeres posmenopáusicas y sedentarias, aplicando un programa de ejercicio a uno de los grupos durante un año. Realizaron controles de estradiol y globulina fijadora de hormonas sexuales (SHBG) -entre otras- al inicio, a los seis meses y al finalizar el año donde comparaban sus niveles. Concluyeron que la actividad física puede influir en los estrógenos circulantes –disminuyendo sus niveles- a través de la reducción de la adiposidad, y que también incrementa los niveles de SHBG.



Las conclusiones son importantes porque los niveles elevados de estradiol están relacionados con un mayor riesgo de cáncer de mama [15]. El riesgo puede incrementarse un 29% si la tasa de estradiol se duplica en mujeres posmenopáusicas [13]. Por el contrario, un aumento de la SHBG se relaciona con una disminución de este riesgo [15].
Por tanto si el ejercicio contribuye a reducir el tejido adiposo, contribuirá también- junto con el conjunto de medidas destinadas a lograrlo en los planes de prevención primaria (como la alimentación)- a reducir el riesgo de cáncer.

Pero además, aparte de esta reducción del tejido adiposo, el ejercicio físico podría también tener beneficios independientes, como una reducción de los niveles de insulina, logrando esta reducción incrementar los niveles de SHBG y disminuyendo la biodisponibilidad de estradiol [16]. Si volvemos a la figura anterior donde apreciábamos las relaciones a nivel hormonal en el caso del cáncer de endometrio, podemos establecer relaciones muy interesantes.

El ejercicio físico, ya sea como medida preventiva de la obesidad y sobrepeso, como medida terapéutica de los mismos, o como generador de cambios positivos hormonales o inmunológicos -aún por determinar de forma definitiva- [11], desempeña un papel determinante en la prevención del cáncer.

Manuel Martín

IICEFS

Creative Commons License

This work is licensed under a Creative Commons Attribution-NonCommercial-NoDerivs 3.0 Unported License.


REFERENCIAS BIBLIOGRAFCAS

1. Courneya KS, Friedenreich CM. Physical activity and cancer control. Semin Oncol Nurs 2007; 23(4):242–52.

2. Aecc[internet]. España. Prevención; 2012Jun6. [citado 2013 Febrero]. Disponible en: https://www.aecc.es/SobreElCancer/Prevencion/Paginas/prevencion.aspx

3. Physical Activities Guidelines Advisory Committee. Physical Activity Guidelines Advisory Committee Report. Washington(DC): US Department of Health and Human Services; 2008.

4. World Cancer Research Fund/American Institute for Cancer Research. Food, Nutrition, Physical Activity, and the Prevention of Cancer: A Global Perspective. Physical Activity. Washington (DC): American Institute for Cancer Research; 2007. p.198–209.

5. Schmitz KH, Courneya KS, Matthews C, et al. American College of Sports Medicine roundtable on exercise guidelines for cancer survivors. Med Sci Sports Exerc. 2010;42(7):1409–26.

6. McTiernan A. Mechanisms linking physical activity with cancer. Nat Rev Cancer 2008; 8(3):205-11.

7. Wolin KY, Carson K, Colditz GA. Obesity and cancer. Oncologist 2010; 15(6):556-65.

8. Jemal A, Simard EP, Dorell C, Noone AM, Markowitz LE, Kohler B, Eheman C, Saraiya M, Bandi P, Saslow D, Cronin KA, Watson M, Schiffman M, Henley SJ, Schymura MJ, Anderson RN, Yankey D, and Edwards BK. Annual Report to the Nation on the Status of Cancer, 1975–2009, Featuring the Burden and Trends in HPV-Associated Cancers and HPV Vaccination Coverage Levels. Journal of the National Cancer Institute; publicado en Internet el 7 de enero de 2013; impreso en febrero de 2013, vol. 105, núm. 3. DOI: 10.1093/jnci/djs491.

9. Instituto Nacional del Cáncer [Internet]. EE.UU: NIH…Transformación de Descubrimientos en Salud; cáncer de endometrio; 2013 [citado 2013 Febrero]. disponible en: http://www.cancer.gov/espanol/tipos/endometrio

10. Calle E, Kaaks R. Overweight, obesity and cancer: epidemiological evidence and proposed mechanisms. Nature Reviews Cancer 2004; 4: 579-591.

11. Sirin O, Kolonin MG. Treatment of obesity as potencial complementary approach to cancer therapy. Drug Discov Today 2012 May. [Epub ahead of print]. Disponible en: URL:http://www.sciencedirect.com/science/article/pii/S1359644612001845.

12. SEEDO: Sociedad Española para el Estudio de la Obesidad [internet]. España: E-Intelligent; c2007-2012. ¿Quiénes somos?; 2012 [citado 2013 Febrero]. disponible en: http://www.seedo.es/Quienessomos/tabid/58/Default.aspx

13. Friedenreich M, Woolcott C,McTiernan A, Ballard-Barbash R,Brant R, Stanczyk F, et al. Alberta Physical Activity and Breast Cancer Prevention Trial: Sex Hormone Changues in a Year-Long Exercise Intervention Among Postmenopausal Women. J Clin Oncol 2010 March; 28(9).

14. Eliassen AH,Missmer SA, Tworoger SS, Spiegelman D, Barbieri RL, Dowsett M, et al. Endogenous steroid hormone concentrations and risk of breast cancer among premenopausal women. J Natl Cancer Inst 2006; 98:1406-1415.

15. Neilson HK, Friedenreich CM, Brockton NT, et al. Physical activity and postmenopausal breast cancer: Proposed biologic mechanisms and areas for future research. Cancer Epidemiol Biomarkers Prev 2009; 18:11-27.

16. Neilson HK, Friedenreich CM, Brockton NT, Millican RC. Physical activity and postmenopausal breast cancer: Proposed biologic mechanisms and areas for future research. Cancer Epidemiol Biomarkers Prev 2009; 18:11-27.