Capacidad de cambio de dirección, velocidad de sprint lineal y el ‘impulso’ de sprint en atletas femeninas de élite: diferencias entre tres diferentes deportes de equipo.

Publicado 9 de febrero de 2022, 19:16

Capacidad de cambio de dirección, velocidad de sprint lineal y el ‘impulso’ de sprint en atletas femeninas de élite: diferencias entre tres diferentes deportes de equipo.

El rendimiento del cambio de dirección (COD) es particularmente importante en la mayoría de los deportes de equipo porque durante las competencias, los atletas de élite cambian con frecuencia la velocidad y la dirección del movimiento como una forma de evitar el contacto con los jugadores contrarios u obtener ventajas posicionales que pueden conducir a un try o gol (Bloomfield 2007, Karcher 2014, Ross 2014). Por lo tanto, a pesar de la naturaleza impredecible de las acciones de COD en el juego (Nimphius 2018, Young 2015), los científicos del deporte han estado interesados durante mucho tiempo en la investigación de una multiplicidad de pruebas de COD planificadas previamente. Estas evaluaciones permiten una mejor comprensión de las bases fisiológicas y mecánicas que sustentan esta capacidad compleja y multifacética (por ej., determinantes cinéticos y cinemáticos del COD, aspectos biomecánicos y técnicos específicos o cualidades de fuerza-potencia de los mejores deportistas) (Chaouachi 2012, Dos’Santos 2020, Hewit 2013, Paul 2016). Además, una visión más profunda del conjunto principal de habilidades relacionadas con el COD en atletas de deportes de equipo puede ser útil para propósitos de prescripción del entrenamiento.

Tradicionalmente, la capacidad de COD se ha evaluado a través del tiempo de finalización en diferentes ejercicios multidireccionales. No obstante, en los últimos años, con el propósito de evaluar el COD como una ‘habilidad separada’, enfoques alternativos como el ‘cálculo del déficit de COD’ (es decir, la diferencia en tiempo o velocidad entre un sprint lineal y una acción de COD de igual distancia) han surgido (Cuthbert 2019, Dos’Santos 2019, Loturco 2018, Nimphius 2016, Pereira 2018). Curiosamente, los estudios en atletas de deportes de equipo han encontrado que los jugadores más fuertes, más rápidos y más potentes tienden a presentar mayores déficits del COD, lo que indica que son menos eficientes para cambiar de dirección en relación con su velocidad máxima de sprint (Freitas 2019, Loturco 2018, Pereira 2018). Aunque este fenómeno parece ser común entre jugadores de la misma disciplina (por ej., los jugadores de fútbol más rápidos son menos eficientes que sus compañeros más lentos) (Freitas 2019, Loturco 2018, Pereira 2018), un estudio reciente (Loturco 2020) que compara la magnitud de los déficits de COD entre atletas masculinos de diferentes deportes de equipo (fútbol, rugby, fútbol sala y balonmano) revelaron nuevos e intrigantes hallazgos: (a) los jugadores de fútbol fueron los menos eficientes para cambiar de dirección, aunque no fueron más rápidos durante los sprints lineales y (b) los jugadores de fútbol sala, balonmano y rugby exhibieron niveles similares de déficit de COD; sin embargo, los jugadores de rugby se desempeñaron mejor en la prueba Zigzag COD. Según los autores, estos hallazgos podrían deberse, entre otros aspectos, al diferente volumen, frecuencia y tipo de entrenamiento neuromuscular realizado por los jugadores de diferentes deportes durante su desarrollo prospectivo (es decir, historial del entrenamiento) y carreras profesionales (es decir, rutinas típicas de entrenamiento) (Loturco 2020).

A la luz de esta evidencia reciente que sugiere que los aspectos asociados con la capacidad de cambiar de dirección pueden diferir entre jugadores masculinos de diferentes deportes (Loturco 2020), es imperativo investigar estas características en poblaciones femeninas. Estudios previos han informado que los atletas masculinos y femeninos muestran cinemáticas de la parte inferior del cuerpo, fuerzas de reacción verticales del suelo y variables de impulso diferentes durante tareas que involucran cambios direccionales rápidos (Spiteri 2014). Además, se han observado diferencias en los perfiles mecánicos de sprint entre deportes en atletas femeninas de élite (Hartmann 2015). Por estas razones, una mayor investigación sobre la capacidad de COD en las mujeres de diferentes disciplinas deportivas puede ayudar a los entrenadores a desarrollar estrategias de entrenamiento más eficientes y personalizadas, de acuerdo con las necesidades específicas de las atletas profesionales. En este contexto, es de particular interés investigar modalidades en las que los perfiles de actividad de juego difieren, pero las maniobras de sprint y de COD de alta intensidad se realizan con frecuencia y suelen preceder a situaciones de juego decisivas (por ejemplo, marcar goles), como el fútbol (Bloomfield 2007, Faude 2012), rugby (Ross 2014) y balonmano (Karcher 2014). Recientemente, Irineu Loturco, de la Universidad Federal de San Pablo (Brasil) llevó a cabo un estudio cuyo objetivo fue comparar el rendimiento obtenido por jugadoras de élite de rugby, fútbol y balonmano en pruebas de velocidad lineal y de COD. Además, para examinar su eficiencia en el cambio de dirección, se calculó y se comparó el déficit del COD y el ‘impulso’ de sprint (es decir, el producto de la masa corporal y la velocidad de sprint) de las mujeres.

Ciento cincuenta y cuatro jugadoras de élite (rugby, n = 40, integrantes de la selección nacional; fútbol, n = 57 y balonmano = 57, jugadoras de primera división de los respectivos Campeonatos Nacionales de Brasil) fueron evaluadas en una carrera de 20 m lineales y en Pruebas ZigZag de COD. Se utilizó un análisis de varianza unidireccional con Tukey post hoc para detectar diferencias entre deportes.

Las jugadoras de rugby Seven lograron velocidades de sprint más rápidas que las de balonmano (20 m: 6.21±0.24 mseg-1; 6.07±0.27 mseg-1, respectivamente; p <0.05) y que las jugadoras de fútbol (5 m: 4.71±0.26 mseg-1 vs. 4.51±0.20 mseg-1; y 20 m: 6.08±0.19 mseg-1; p <0.05) presentaron los mayores déficits de COD (2.95±0.25 mseg-1; 2.69±0.19 mseg-1; 2.82±0.17 mseg-1, para rugby, balonmano y fútbol, respectivamente; p <0.05). Las jugadoras de balonmano superaron a todos los demás atletas en la prueba de Zigzag (3.38±0.15 mseg-1; 3.26±0.10 mseg-1; 3.26±0.10 mseg-1, para balonmano, rugby y fútbol, respectivamente; p <0.05) pero presentaron menor déficit de COD (p <0.05). Además, las jugadoras de fútbol mostraron un impulso de sprint inferior en comparación con los otros deportes (p <0.05).

El sprint lineal y la capacidad de COD difieren significativamente entre las atletas de élite de diferentes deportes de equipo, y las jugadoras de balonmano exhiben una mayor velocidad de COD y eficiencia para cambiar de dirección, con respecto a su velocidad máxima de sprint. Las diferencias observadas entre deportes sugieren que las demandas específicas de entrenamiento y de juego pueden afectar tanto el rendimiento de sprint como el rendimiento del COD.

Aplicaciones prácticas

Las diferencias entre deportes observadas en este estudio indican que las demandas del juego y los modelos de entrenamiento específicos del deporte pueden afectar el rendimiento del sprint lineal y del COD. Como tal, parece que los regímenes de entrenamiento centrados en el desarrollo de la fuerza-potencia y la velocidad pueden no ser suficientes para garantizar velocidades del COD más rápidas y déficits más bajos si los atletas no están expuestos regularmente a estrategias de entrenamiento de COD. Para aumentar la capacidad de tolerar altas velocidades de entrada en maniobras de COD, se pueden requerir métodos de entrenamiento complementarios, especialmente en mujeres de rugby Seven y jugadoras de fútbol. Además, dada la importancia de la aceleración, la desaceleración y los cambios de dirección en el fútbol, las jugadoras de fútbol aparentemente se beneficiarían de esquemas de entrenamiento personalizados, centrados específicamente en el desarrollo de cualidades relacionadas con el COD.