Capacidad de Fuerza Rápida Isquiotibial/Cuádriceps en Jugadores Profesionales de Fútbol con Diferentes Índices Convencionales de Fuerza Isocinética

Benedito S Denadai, Camila C Greco, Wendell L. Da Silva y Sérgio R.A. Camarda

Human Performance Laboratory, Rio Claro, UNESP, Brazil.

Artículo publicado en el journal PubliCE, Volumen 0 del año 2012.

Publicado 6 de noviembre de 2012

Resumen

Los disbalances en la fuerza muscular pueden ser un importante factor de impacto para los músculos isquiotibiales. Tradicionalmente se han utilizado índices de fuerza isquiotibial/cuádriceps (H/Q) que se basan en los valores pico del torque concéntrico (HCON:QCON) para describir la posible desestabilización de la articulación de la rodilla. Debido a que ciertas acciones estándar en el fútbol son de carácter explosivo, el análisis de los índices de fuerza H/Q basados en la tasa de desarrollo del torque (HRTD:QRTD) podrían también ser de utilidad para la evaluación de la estabilidad articular. El objetivo del presente estudio fue comparar el índice HRTD:QRTD entre jugadores de fútbol profesionales con valores heterogéneos de HCON:QCON. Treinta y nueve jugadores profesionales de fútbol participaron en los siguientes procedimientos en días separados: (1) Sesión de familiarización con el dinamómetro isocinético, y (2) dos acciones isométricas máximas y cinco contracciones concéntricas máximas a 60º·s-1 para los isquiotibiales (H) y los cuádriceps (Q). Los participantes fueron clasificados de acuerdo a su índice HCON:QCON. La muestra fue dividida en tres tercios y el grupo que cuyos valores de torque se encontraban en el segundo tercio fue excluido para formar dos grupos: un grupo con altos valores de torque (HTG) y un grupo con bajos valores de torque (LTG). Los valores del torque isométrico pico (H), del torque concéntrico (H y Q) y de la tasa de desarrollo de torque (H) fueron significativamente mayores en el grupo HTG. Similarmente, los índices HCON:QCON (0.68 ± 0.02 vs. 0.52 ± 0.03) and HRTD:QRTD (0.54 ± 0.12 vs. 0.43 ± 0.16) fueron significativamente mayores en el grupo HTG que en el grupo LTG. No se hallaron correlaciones significativas entre los índices HCON:QCON  y HRTD:QRTD. En conclusión, los índices HCON:QCON  y HRTD:QRTD son determinados, pero no completamente definidos, por mecanismos fisiológicos putativos compartidos. Por lo tanto, la significancia clínica y fisiológica de los índices HCON:QCON  y HRTD:QRTD para la evaluación de un atleta puede ser diferente.

Palabras clave: torque muscular, acción isométrica, lesión

INTRODUCCIÓN

Si bien el metabolismo aeróbico predomina como mecanismo de utilización de glucosa durante la mayor parte de los partidos de fútbol, las maniobras anaeróbicas explosivas (sprints, saltos, tackles) son con frecuencia los eventos decisivos que llevan a marcar goles. Durante un partido, los jugadores de élite característicamente cubren una distancia total de 9-12 km, cambiando su actividad o cambiando de dirección cada 4-6 s (Mohr et al., 2003; Stølen et al., 2005). La naturaleza constante y dinámica de los patrones de actividad explica, hasta cierto punto, las tasas relativamente altas de lesiones entre jugadores profesionales de fútbol en comparación con otros deportes y ocupaciones (Hawkins et al., 1999). Los estudios epidemiológicos han demostrado que las contracturas musculares son una de las principales lesiones en el fútbol profesional. En efecto, Woods et al. (2004), observaron que las contracturas de los músculos isquiotibiales daba cuenta del 12% de todas las lesiones registradas sobre dos temporadas, resultando en que los jugadores perdieran en promedio 15 partidos y 90 días de entrenamiento por temporada. Además, la tasa de recurrencia respecto de las lesiones isquiotibiales (12%) es significativamente mayor que la tasa de recurrencia para todas las otras lesiones (7%). Por lo tanto, diversos investigadores (Hawkins et al., 2001; Hewett et al., 1999; Small et al., 2009), asociaciones (Woods et al., 2004) y clubes han propuesto la inclusión de programas de prevención y rehabilitación de lesiones, con el objetivo de minimizar el impacto de las lesiones tanto sobre la salud como sobre el rendimiento de los jugadores de fútbol.

Si bien las lesiones isquiotibiales con frecuencia tienen un origen multifactorial, la evidencia epidemiológica sugiere que los bajos valores de fuerza excéntrica y los disbalances musculares desempeñan un papel central en las lesiones musculares focales agudas (Croisier et al., 2008). Croisier et al. (2008) observaron que los jugadores que presentaban disbalances musculares eran unas 4-5 veces más propensos a sufrir lesiones isquiotibiales en comparación con el grupo control. Tradicionalmente, los disbalances en la fuerza han sido valorados mediante la determinación del índice convencional de la fuerza concéntrica de los isquiotibiales/cuádriceps (HCON:QCON) y el índice funcional excéntrico isquiotibial/cuádriceps (HECC:QCON) utilizando los valores pico del torque medido durante una contracción voluntaria máxima (MVC) (Camarda and Denadai, 2012; Kannus, 1994). Sin embargo, el tiempo característico (50-250 ms) de las acciones explosivas (e.g., saltos y carreras de sprint) puede no permitir que se alcance la máxima fuerza muscular (Aagaard et al., 2002). Además,  el tiempo para estabilizar la articulación de la rodilla durante situaciones rápidas de juego suele ser muy corto (< 50 ms) (Krosshaug et al., 2007). Por lo tanto, Zebis et al. (2011) han recientemente hipotetizado que los índices HCON:QCON  y HECC/QCON pueden no reflejar el potencial para estabilizar la articulación de la rodilla durante movimientos explosivos.

La tasa de desarrollo de torque (RTD) ha sido utilizada para describir la capacidad para genera fuerza explosiva, lo cual podría ser esencial para el rendimiento deportivo y para la realización de tareas funcionales (Aagaard et al., 2002). La RTD es la pendiente de la curva no linear entre el torque y el tiempo (∆torque/∆time), y sus valores máximos se alcanzan en una ventana temporal de 80-120 ms (Corvino et al., 2009). En base a esto, Zebis et al. (2011) han recientemente introducido el índice RTD para isquiotibiales/cuádriceps (HRTD:QRTD) para valorar el potencial de estabilización de la articulación de la rodilla durante movimientos explosivos en jugadores de fútbol de elite. Sin embargo, la validez de este método como herramienta de valoración clínica no ha sido extensivamente estudiada.

Considerando que (1) el índice HCON:QCON  ha sido utilizado como un indicador de disbalances musculares (Heiser et al., 1984; Kim and Hong, 2011) y que (2) la correlación entre la fase temprana del RTD (< 100 ms a partir del comienzo de la contracción) durante una MVC y la máxima fuerza de contracción es moderada (r = 0.45 – 0.60) (Andersen and Aagaard, 2006), es razonable hipotetizar que puede existir una relación directa entre los índices HCON:QCON  y HRTD:QRTD. Por lo tanto, los objetivos del presente estudio fueron: (a) comparar los índices HRTD:QRTD en jugadores de fútbol con valores heterogéneos de HCON:QCON, y (b) determinar si existe una correlación entre los índices HCON:QCON  y HRTD:QRTD.

MÉTODOS

Treinta y nueve jugadores profesionales de fútbol (24.2 ± 3.5 años, 74.3 ± 7.8 kg, 1.78 ± 0.8 m), con al menos 5 años de experiencia en el deporte (4 prácticas y 1-2 partidos por semana) se ofrecieron como voluntarios para el estudio. De acuerdo con el equipo médico del equipo, todos los jugadores incluidos en la presente investigación estaban libres de lesiones al momento de las evaluaciones. Además, se utilizó un reporte de lesiones para determinar la historia de cada jugador respecto de las lesiones en cualquiera de las estructuras de la rodilla (hueso, ligamentos, músculos, tendones), y aquellos con historia de lesiones musculares en el muslo fueron excluidos del estudio. Antes del comienzo del estudio los jugadores fueron informados acerca de los riesgos asociados con los procedimientos experimentales y cada jugador completó una forma de consentimiento informado. Los experimentos fueron llevados a cabo de acuerdo con la Declaración de Helsinki y fueron aprobados por el comité local de ética.

Diseño Experimental

Los participantes fueron instruidos para reportarse al laboratorio a la misma hora (± 2 h) en dos días separados dentro de un período de 1-2 semanas. Se requirió que cada participante asistirá a una sesión de orientación en el laboratorio para reducir los efectos del aprendizaje en las subsiguientes evaluaciones de la fuerza. Durante esta sesión, cada participante completó 2 acciones isométricas máximas y 5 acciones concéntricas máximas para los extensores (KE) y los flexores (KF) de la rodilla en un dinamómetro Biodex (Biodex System 3, Biodex Medical Systems, Shirley, N.Y.) a 60º·s-1. En la segunda visita, los deportistas realizaron acciones concéntricas máximas (a 60º·s-1) y acciones isométricas máximas en el dinamómetro isocinético Biodex. Luego de completar el estudio, los participantes fueron clasificados de acuerdo a su índice HCON:QCON, que fue utilizado como principal indicador de disbalances musculares en la fuerza (Heiser et al., 1984; Kim and Hong, 2011). La muestra total fue dividida en tres tercios y el segundo tercio fue excluido para conformar un grupo con altos valores de torque (HTG, n = 13) y un grupo con bajos valores de torque (LTG, n = 13). No hubo superposición de los valores del índice HCON:QCON  entre los grupos.

Procedimientos

Evaluación Isocinética e Isométrica

Los participantes se ubicaron en posición de sentados y fueron sujetados al sillón del dinamómetro mediante correas. Cualquier movimiento extraño del tren superior se limitó mediante la utilización de un arnés cruzado y de un cinturón para el abdomen. El ángulo del tronco/muslo fue establecido a 85º. El eje del dinamómetro fue alineado con el eje de flexión-extensión de la rodilla derecha, y el brazo de palanca fue ajustado a la tibia de los participantes con una correa. Se les pidió a los participantes que relajaran su pierna para que se pudieran medir los efectos de la gravedad sobre la extremidad pasiva y sobre el brazo de palanca. El rango de movimiento (ROM) para la evaluación fue de 70º [desde 90º a 20º para la flexión de rodillas (0º = extensión completa)]. Para asegurar la completa extensión de la rodilla, se identificó la posición anatómica a 90º mediante una medición manual y utilizando un goniómetro. Las mediciones concéntricas incluyeron cinco extensiones-flexiones continuas y recíprocas (máximas), las cuales fueron completadas a 60º·s-1. Los tests isométricos fueron llevados a cabo utilizando el mismo equipamiento y posicionamiento, y los participantes fueron instruidos para que mantuvieran las acciones isométricas máximas durante 5 segundos para la KE y KF a una posición angular fija de la rodilla de 70º (Zebis et al., 2011). Para cada tipo de acción muscular (i.e., flexión y extensión isométrica de la rodilla), se realizaron dos pruebas máximas separadas por un período de recuperación de 60 segundos. Estos tests (i.e., isométricos y concéntricos) fueron llevados a cabo en orden aleatorio, utilizando solo la extremidad dominante y con un período de recuperación de cinco minutos entre los tests. Se les pidió a los sujetos que realizaran todas las acciones lo más rápido y fuertemente posible apra obtener tanto el torque máximo o  la máxima RTD.

Procesamiento de los Datos

Acciones Isocinéticas

Los datos isocinéticos fueron analizados utilizando algoritmos específicos creados en software MatLab Environment (The MathWorks, Natick, Massachusetts, USA). Las curvas del torque fueron suavizadas a 10 Hz utilizando un filtro Butterworth de cuarto orden y cero retraso. La acción que produjo el mayor valor de torque en 5 esfuerzos individuales fue utilizada para los posteriores análisis. El torque pico fue calculado como el torque promedio alcanzado sobre el rango de 10º alrededor del ángulo al cual se alcanzó el mayor valor de torque (Oliveira et al., 2010). Se obtuvieron los siguientes parámetros: torque pico de los cuádriceps y los isquiotibiales y el índice HCON:QCON  para la extremidad dominante.

Acciones Isométricas

Las curvas del torque fueron suavizadas a 10 Hz utilizando un filtro Butterworth de cuarto orden y cero retraso. El mayor torque alcanzado en las dos acciones isométricas fue considerado el torque pico. El torque pico fue calculado como el torque promedio en el período de 1 s alrededor del punto de estabilización del torque. La RTD (Nm/s) fue definida como la pendiente de la curva torque-tiempo (i.e., ∆torque/∆tiempo) en intervalos de tiempo incrementales de 0-50 ms, comenzando desde el inicio de la contracción (Aagaard et al., 2002). Se consideró que la acción muscular había comenzado una vez que el torque excediera el valor basal de reposo en > 7.5 N·m.

Análisis Estadísticos

Los datos se presentan como valores medios ± DE. La distribución de las variables dependientes fue examinada utilizando la prueba de Shapiro-Wilk. Se utilizó la prueba t para evaluar la hipótesis nula de que los grupos HTG y LTG eran similares. La magnitud de la diferencia entre los índices HCON:QCON  y HRTD:QRTD fue determinada calculando los tamaños del efecto (ES) (Cohen, 1988). Se calculó el coeficiente de correlación producto-momento de Pearson para valorar la asociación entre los índices HCON:QCON  y HRTD:QRTD. La significancia estadística fue establecida a p≤0.05.

RESULTADOS

La Tabla 1 presenta los valores medios ± DE de las variables obtenidas durante los tests isométricos e isocinéticos de los H y Q.


Tabla 1. Valores medios (±DE) de las variables obtenidas durante la evaluación isométrica e isocinética de los isquiotibiales y cuádriceps para el grupo con mayores (HTG) y menores (LTG) valores del índice HCON:QCON. Hisom, torque isométrico pico de los isquiotibiales; Qisom, torque isométrico pico de los cuádriceps; Hcon, torque concéntrico pico de los isquiotibiales; Qcon, torque concéntrico pico de los cuádriceps; Hrtd, tasa de desarrollo del torque de los isquiotibiales; Qrtd, tasa de desarrollo del torque de los cuádriceps; ES, tamaño del efecto. *p<0.05 en relación con el grupo HTG.

El torque isométrico pico (H), el torque concéntrico pico (H y Q) y la RTD (H) fueron significativamente mayores en el grupo HTG que en el grupo LTG (p < 0.05). El ángulo al torque pico de los H (34.6 ± 2.7° vs. 34.1 ± 2.1°) y Q (71.5 ± 4.5° vs. 70.7 ± 4.1°) no fue significativo entre los grupos HTG y LTG respectivamente (p > 0.05).

La Figura 1 presenta los valores medios ± DE de los índices HCON:QCON  y HRTD:QRTD para los grupos HTG y LTG. El valor medio del índice HCON:QCON  fue significativamente mayor en el grupo HTG (p < 0.05, ES = 6.2). Similarmente, el valor medio del índice HRTD:QRTD fue significativamente mayor en el grupo HTG (p < 0.05, ES = 0.77).


Figura 1. Valores medios ± DE del índice concéntrico isquiotibial:cuádriceps (HCON:QCON) y del índice de la RTD entre isquiotibiales:cuádriceps (HRTD:QRTD) para los grupos con mayores índices de fuerza (HTG) y menores (LTG) índices de fuerza (HCON:QCON). RTD, tasa de desarrollo del torque. *p<0.01 en relación con el grupo LTG.

Las correlaciones entre los índices HCON:QCON  y HRTD:QRTD en el grupo HTG (r = - 0.45) y el grupo LTG (r = 0.22) y en la muestra total (r = 0.29) no fueron estadísticamente significativas (p > 0.05) (Figura 2).

DISCUSIÓN

El principal objetivo de este estudio fue comparar el índice HRTD:QRTD entre jugadores de fútbol profesionales con valores heterogéneos de HCON:QCON. Debido a que la fuerza/torque y la RTD probablemente comparten mecanismos subyacentes comunes (Andersen and Aagaard, 2006), nuestra hipótesis fue que los índices HCON:QCON  y HRTD:QRTD exhibirían una relación directa en un grupo de jugadores con valores heterogéneos de HCON:QCON. En efecto, hemos hallado que los índices HCON:QCON  y HRTD:QRTD fueron significativamente menores en el grupo LTG en comparación con el grupo HTG. Sin embargo, la correlación entre estos índices en ambos grupos no fue estadísticamente significativa, lo cual hasta cierto punto debilita nuestra hipótesis inicial. Por lo tanto, es posible que el significado fisiológico y clínico de los índices HCON:QCON  y HRTD:QRTD para la evaluación de jugadores de fútbol sea diferente.


Figura 2. Correlación entre el índice concéntrico isquiotibial/cuádriceps (HCON:QCON) y del índice de la RTD entre isquiotibiales:cuádriceps (HRTD:QRTD) para los grupos con mayores índices de fuerza (HTG) y menores (LTG) índices de fuerza (HCON:QCON). RTD, tasa de desarrollo del torque.

El entrenamiento para el fútbol parece incrementar la fuerza de los músculos de la articulación de la rodilla. En efecto, Gür et al. (1999) y Lehence et al. (2009) han observado mayores valores de torque pico concéntrico y excéntrico de los flexores de la rodilla y mayores valores de torque pico concéntrico de los extensores de la rodilla en jugadores de fútbol adultos comparados con jugadores de fútbol júniors. Debido a la naturaleza repetitiva de las actividades específicas del fútbol, la magnitud de desarrollo de la fuerza muscular puede favorecer el mayor desarrollo de los músculos del cuádriceps en comparación con los isquiotibiales, alterando los índices HCON:QCON  y HRTD:QRTD. Sin embargo, Gür et al. (1999) observaron que el índice HECC:QCON era mayor en los jugadores adultos (> 21 años) que en los jugadores adolescentes (< 21 años) solo en la rodilla de la extremidad dominante. Además, Lehence et al. (2009) han observado un mayor porcentaje de disbalances musculares en las extremidades inferiores de futbolistas de categoría júnior (< 17 años – 61%; < 21 años – 58%) que en jugadores adultos (50%). Por esta razón, parece que los antecedentes de entrenamiento reduce los disbalances musculares y, consecuentemente, los riesgos de lesión. Además, no se han hallado correlaciones significativas entre el balance muscular (i.e., HCON:QCON  y HECC/QCON) y el rendimiento en el salto vertical o el tiempo en un sprint de 10 m, los cuales son componentes importantes del rendimiento físico durante un partido de fútbol (Lehence et al., 2009). Por lo tanto, es posible que las mediciones de los índices relativos al torque pico tengan una mayor importancia para la evaluación clínica que para el rendimiento en el fútbol.

El índice HCON:QCON ha sido tradicionalmente utilizado para valorar disbalances entre los músculos de la región anterior y posterior del muslo, para estimar el riesgo de contractura de los músculos isquiotibiales y para valorar la eficacia de diferentes programas de rehabilitación (Coombs et al., 2002). En efecto, Croisier et al. (2008) han observado que los jugadores con disbalances en la fuerza eran 4 a 5 veces más propensos a sufrir lesiones isquiotibiales en comparación con jugadores que no exhibían disbalances musculares. Además, la restauración del balance entre los grupos musculares agonistas y antagonistas reduce el riesgo de lesión. Dado el tiempo de los movimientos explosivos (50-250 ms) y el tiempo que requiere la estabilización de la rodilla durante acciones rápidas de juego (Krosshaug et al., 2007), es posible que la fuerza máxima no se alcance en estas instancias (Aagaard et al., 2002). En base a estos hallazgos, Zebis et al. (2011) sugirieron que el índice HRTD:QRTD podría reflejar con mayor precisión el potencial para la estabilización dinámica de la articulación de la rodilla durante situaciones rápidas de juego. En efecto, estos autores hallaron que dos atletas sufrieron la lesión del ligamento cruzado anterior dentro del período de un año posterior a haber realizado evaluaciones neuromusculares. Interesantemente los índices H:Q, basados en los torques isométricos pico producidos por estos atletas, habían sido similares a la media grupal al momento de la evaluación, pero sus valores del índice HRTD:QRTD durante la fase inicial de la acción (< 50 ms) eran marcadamente menores (~40%). Los autores indicaron que la fase temprana del índice HRTD:QRTD (< 50 ms) podría ser de utilidad para identificar jugadores que tuvieran un riesgo potencialmente mayor de lesión.

En la muestra del presente estudio (atletas profesionales con valores heterogéneos del índice HCON:QCON), el valor medio del índice HRTD:QRTD para el grupo HTG fue significativamente mayor que para el grupo LTG. En este sentido, Andersen y Aagaard (2006) han observado una correlación moderada y positiva (r = 0.45-0.60) entre la RTD y la fase temprana de la contracción (< 100 ms) y el torque máximo. Esta correlación sugiere que el máximo torque muscular y la RTD en la fase temprana de la contracción (< 100 ms) pueden compartir algunos mecanismos fisiológicos subyacentes (e.g., impulso neural). Sin embargo, en el presente estudio se halló que la correlación entre los índices HCON:QCON  y HRTD:QRTD en el grupo HTG (r = - 0.45), en el grupo LTG (r = 0.22) y en la muestra total (r = 0.29) no fue estadísticamente significativa. Estos resultados podrían explicarse por tres aspectos de la dinámica muscular. Primero, el tipo de ejercicio utilizado para determinar los índices HCON:QCON  (isocinético) y HRTD:QRTD (isométrico) son diferentes, lo que podría complicar los esfuerzos por realizar comparaciones directas entre los índices (Corvino et al., 2009). Básicamente, las acciones musculares isométricas e isocinéticas implican diferentes estrategias de control motor que modulan la producción de torque. En efecto, Coburn et al. (2005) han sugerido que la producción de torque isométrico es modulada tanto por el reclutamiento de unidades motoras como por la frecuencia de disparo, mientras que el torque pico isocinético concéntrico es modulado principalmente por el reclutamiento de unidades motoras. Además, algunos estudios con diferentes aproximaciones experimentales (i.e., entrenamiento de la fuerza, daño muscular, estiramiento previo) (Holtermann et al.,2007; Molina and Denadai, 2012; Oliveira et al., 2012) han demostrado que los cambios en el torque máximo no siempre son acompañados por cambios similares en la RTD. Finalmente, se debe enfatizar que, a diferencia del torque máximo y la RTD, los índices HCON:QCON  y HRTD:QRTD comparan acciones de dos grupos musculares diferentes, lo cual incrementa el número de factores y combinaciones de factores que pueden influenciar estos índices.

Por lo tanto, los significados fisiológicos y clínicos de los índices HCON:QCON  y HRTD:QRTD para la valoración y el monitoreo longitudinal del esfuerzo puede ser diferentes. Se deberían llevar a cabo estudios prospectivos para analizar en forma aislada y asociada los índices HCON:QCON  y HRTD:QRTD para la estimación de los riesgos de lesión en las extremidades inferiores en jugadores de fútbol. No obstante, los programas de rehabilitación que busquen normalizar los índices HCON:QCON  y HRTD:QRTD deberían inclinarse más específicamente hacia la valoración del índice H:Q que es más sensible para un determinado disbalance muscular.

CONCLUSIÓN

En base a nuestros hallazgos, se puede concluir que los jugadores profesionales de fútbol con mayores o menores índices HCON:QCON  tienden a exhibir tendencias similares en sus índices HRTD:QRTD. Sin embargo, la falta de significancia estadística de las correlaciones entre los índices HCON:QCON  y HRTD:QRTD sugiere que los significados fisiológico y clínico de estos índices en la evaluación de un atleta pueden ser diferentes.

Puntos Clave

Los jugadores de fútbol con valores altos (0.66-0.70) y bajos (0.50-0.54) del índice convencional de la fuerza concéntrica de los isquiotibiales/cuádriceps (HCON:QCON) tienden a demostrar similares perfiles (i.e., altos y bajos, respectivamente) en el índice de la tasa de desarrollo de torque H/Q (HRTD:QRTD)
La falta de una asociación significativa entre los índices HCON:QCON  y HRTD:QRTD sugiere que estos están determinados, pero no completamente definidos, por mecanismos fisiológicos compartidos.
Los programas para la valoración y el monitoreo de los índices de fuerza entre isquiotibiales y cuádriceps, deben reconocer que la significancia fisiológica y clínica HCON:QCON  y HRTD:QRTD para la evaluación individual de un atleta puede ser diferente.

Agradecimientos

Los autores agradecen a los sujetos por su participación en este estudio y la FAPESP, FUNDUNESP y al CNPq por su soporte financiero.

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