Desarrollo de Control Neuromuscular en el Núcleo Corporal (core) en Distintos Ámbitos

Publicado 13 de enero de 2015, 1:56

Desarrollo de Control Neuromuscular en el Núcleo Corporal (core) en Distintos Ámbitos

Este es un fragmento de uno de los apuntes de cátedra de la asignatura "Desarrollo de Control Neuromuscular en el Núcleo Corporal (core) en Distintos Ámbitos" del módulo 2 del: Curso de Posgrado en Entrenamiento Funcional.



INTRODUCCIÓN

En la última década,el análisis del núcleo corporal como aspecto importante tanto en las ciencias aplicadas a la salud y la medicina del deporte, como en el entrenamiento y el fitness, se ha impuesto.

La particular atención que se ha depositado en esta zona corporal, corresponde a su localización central en la mayoría de las cadenas cinéticas funcionales, y por ende en su relación con la posición y función de los miembros inferiores y superiores asociados a él,como así también las posibles alteraciones o disfunciones relativas aéste y que pueden alterar estas relaciones.

Si bien se ha demostradola importancia de su abordaje enpacientes con patologías lumbares, todavía quedan muchos aspectos por estudiar de esta zona, especialmente lossustratos neurofisiológicos y mecánicos que lo componen y regulan, como su relación en el rendimiento deportivo.

En este material, intentaremos conceptualizar al core, definir sus componentes y estructuras, así como laimportancia de su estabilidadysu participación en la estabilidad corporal global.

Estos conceptos permitirán brindar los fundamentos parapoder entenderlas metodologías de entrenamiento de la estabilidad del core, que se han propuesto para el abordaje de patologías lumbares asociadas con inestabilidad segmentaria.

Finalmente brindaremos una propuesta de progresión en el entrenamiento de la estabilidad del núcleo corporal, basándonos en la literatura y la experiencia en el abordaje y tratamiento de pacientes condolor lumbar crónico, como personas con distintos niveles de requerimientos y habilidades.

CONCEPTO DE CORE

Unos de los pioneros en la ubicación, conceptualizacióny descripción del core fue Bergmark (1989), que acuñó el término core para referirse al centro del cuerpo,más específicamente a la región lumbopélvica.

A partir de allí, diversos autores comenzaron la profundización de su estudio, con foco principalmente en las relaciones de las estructuras de esta zona y las patologías de la columna vertebral a este nivel.

Pero el concepto de core va más allá de solo una localización anatómica específica,por lo que Panjabi (1992), amplió este estudio planteando que en la integración de los subsistemas activos(músculos que lo componen), pasivos (ligamentos, capsulas, articulaciones) y de control (SNC y SNP),radica la estabilidad y salud del core o región lumbopélvica.

En la última década el entendimiento y estudio de esta zona corporal se profundizó,y en este sentido tomaremos una definición muy interesante y grafica deAkuthota et al (2004), en Borghuis et al (2008),para definir al core como “un corset muscular que trabaja como una unidad para estabilizar el cuerpo y en particular la columna, tanto en losmovimientos de los miembros asociados a él,como sin ellos”.

De esta definición entonces se desprende el hecho de que el núcleo corporal no es una estructuraaislada o determinada, sino la integración de las funciones sinérgicas de diferentes grupos musculares y estructuras (tanto pasivas como nerviosas),incluso antagónicas, con el objetivo principal de estabilizar la columna tanto en situaciones dinámicas como estáticas. Destacando Akuthota et al (2004), que si bien se han asignado distintos grados de relevancia a ciertos grupos musculares del core en su estabilización, en realidad todos los componentes del core, especialmente sus músculos son necesarios para su optima estabilización y funcionamiento.

En este sentido Kibler et al (2006), destaca la importancia del core en el desarrollo de laestabilidad y fuerza local en esta zona,lo que disminuye las lesiones de las estructuras pasivas de la zona lumbar y maximiza las fuerzas de control sobre ésta.

Dentro de este panorama, parece importante destacar que el núcleo corporal, o este corset central, está compuesto tanto de estructuras pasivas como también activas de la columna vertebral y zonas relacionadas,todas ellas integradas y controladas por el SN.

Entonces en primera instancia debemoscontextualizaranatómicamenteal core, y lo haremossegún lo aportado por varios autores (Akuthota and Nadler, 2004; Borghius, et al 2008; Kibler et al, 2006; Zazulack, et al, 2007, McGill, 2009). Podríamos describirlo entoncescomo una caja,con los abdominales en el frente, los paraespinales y glúteos por atrás, el diafragma como el techo de la caja, y el piso pélvico y los músculos de la cintura pélvica como su piso (Figura 1).

Resulta importante destacar aquí, que los elementos pasivos que componen a esta zona corporal cumplen un papel destacado también. En ellos se incluye a la columna vertebral y todos sus componentes ligamentarios y discos intervertebrales, los componentes óseos y ligamentarios de la pelvis y caderas, ypara algunos también el segmento proximal del miembro inferior (Kibler et al, 2006) (Figura 1). También vale la pena destacar dentro de los elementos pasivos a la fasia toracolumbar, que formauna cinta posterioren la columna que actúacomo unión y tensor de los cuerpos vertebrales por un lado y sirve de anclaje a la columna lumbar a muchos músculos inherentes al core. La importancia de esta estructura radica también en su aporte a las aferencias propioceptivasproducidas en esta zona. (Akuthota, et al 2004).

Figura 1. Esquema de los músculos que componen el Core. Donde diaphragm= diafragma; pelvil floor= piso plevico; multifidus= multfido; Transversus abdominis= transverso abdominal.

Todos estos elementos tanto pasivos como activos, formancomo veíamos según Panjabi (1992), los subsistemas pasivos y activos, que necesariamente deben estar integrados yregulados por un subsistema de control que son el SNC y SNP.

Finalmente podemos concluir quela integración de todos estos componentes determina el funcionamiento de esta zona corporal y definen con mayor precisión al core.



Este es un fragmento de uno de los apuntes de cátedra de la asignatura "Desarrollo de Control Neuromuscular en el Núcleo Corporal (core) en Distintos Ámbitos" del módulo 2 del: Curso de Posgrado en Entrenamiento Funcional.



ESTABILIDAD DEL CORE

Establecida la definición del core y su localización más precisa, resulta determinante ahora conceptualizar y definir la estabilidad de esta zona, que en realidad ha sido el eje principal del estudio de las causas de lasafecciones relacionadas a la región lumbar y suconsecuencias,tanto como surestablecimiento en eltratamiento de dichas afecciones.

Partiendo de lo expresado en el apartado anterior,y tomando la definición de subsistemas de Panjabi, (1992), como agentes responsables de la estabilidad de esta zona,Liemohn (2005), define la estabilidad del core como “la integración funcional de la columna pasiva, los músculos espinales activos y la unidad decontrol neural, de manera que permite al individuo mantener las zonas neutralesintervertebrales dentro de los límites fisiológicos mientras realiza las actividades de la vida diaria”.

Ahora bien para entender mejor este concepto, especialmente el concepto de zonas neutrales,resulta determinante tomar como referencia el aporte de McGill y Cholewiski, (2001),que presenta el fundamento mecánicode la estabilidad del core, basados en los principios y conceptos desarrollados porBergmark en la década del 80´ sobre los “los pozos de energía”: stiffness, estabilidad e inestabilidad, tomados del concepto de energía potencial.

Este fundamento está basado,en forma pedagógica,en la relación que existe entre una pelota y la superficie sobre la cual asienta. Según estos autores en este ejemplo de la estabilidad del core, si una pelota asienta sobre una superficie cóncava o bowls, ésta estará en una situación estable ya que si se aplica una fuerza o perturbación sobre ella,esta se moverá dentro de la superficie, pero retirada la fuerza, la pelota regresa a su situación neutra o potencial en el fondo del bowl. Por lo que la energía requerida para desestabilizar este sistema (pelota-superficie cóncava),debe ser superior a la energía potencial estable de éste, que es en definitiva,altamente estable. Por lo quepara estos autores,la estabilidad del sistema dependede la altura de las paredes laterales del bowl o la profundidad de la superficie (Figura 2).

Ahora bien, si la pelota asienta sobre superficies cada vez más planas hasta llegar asuperficies convexas, la energía requerida para desestabilizar dicho sistema se torna cada vez menor y el retorno de la pelota a la zona de neutralidad es cada vez más complejo y difícil. Podemos decir aquí que la energía perturbadora supera a la energía potencial estable del sistema (Figura 2).

Figura 2. El continum de estabilidad: A) la situación más estable, D) la situación más inestable. La pelota en el bowl busca la mejor energía o el mínimo de energía potencial (m*g*h). Dependiendode la profundidad de la superficie (o la altura de las pendientes laterales) se incrementa la habilidad de resistir la perturbación, lo que incrementa la estabilidad. (Tomado de McGill, S, 2001).

Este modelo está explicado de manera gráfica,ya que la estabilidad de la columna lumbar desde el punto de vista biomecánico estricto y de las estructuras y fuerzas que interactúan en el core,es infinitamente más complejo.

McGill (2001), plantea que desde el punto de vista de las articulaciones de la columna, que pueden rotar en tres planos y trasladarse alrededor de tres ejes, se requiere un bowl de 6 dimensiones para cada articulación,por lo que los estudios matemáticos permitirían el análisis de 36 dimensiones (seis articulaciones lumbares con 6 grados de libertad de movimiento). Es decir que tomando el ejemplo anterior, si la altura del bowl disminuye en uno de los 36 lados, la pelota podría rodar fuera del sistema por esa pendiente.

En términos clínicos, según este autor, esto se traduce de manera que, si un solo musculode los pertenecientes al core y su función (subsistema activo), realiza una acción inapropiada o a destiempo (dependiente del subsistema de control), o existe un daño sobre alguna de las estructurasdel subsistema pasivo (ligamentarias, etc.),se pierde stiffness en dicha articulación, pudiendo esto causar inestabilidad en una o más de las dimensiones planteadas.

Ahora bien para poder continuar,resulta importante en este punto definir stifness, ya que tanto Bergmark, (1989), como McGill (2001)y McGill y Cholewiski (2001), establecen que mientras más grande es el stiffness articular mayor es la estabilidad articular, entonces el stiffness crea la estabilidad de las articulaciones del Core.

Por lo que stiffness puede ser definido como la relación entre fuerzaaplicada y deformación de un material,(stiffness=^carga/^deformación) (Knudson, 2003). Entoncesa mayor capacidad de las articulaciones de resistir las fuerzas que se le aplican sin deformarse,mayor será la estabilidad.

Para completar gráficamente este punto podemos decir que el stiffness articular de la columna lumbar se incrementa rápida y no-linealmente con la activación de los músculos que la rodean, por lo que una muy modesta activación muscular crea una articulación suficientemente resistentey estable ante una fuerza deformante(McGill y Cholewiski, 2001). Esta activación moderada (sub-máxima)es suficiente para generar estabilidad suficiente u optima, siendo este aporte , importante ya que plantea el hecho de que en los ejercicios destinados a mejorar la estabilidad de esta zona, no es necesario generar activaciones máximas o de alta intensidad sino activaciones suficientes y oportunas (Figura 3).

Completando este punto debemos decir también quelas articulaciones presentan en sus estructuras ligamentarias y capsulares (subsistema pasivo) otro componente de stiffness,queincrementasu tensión, y por ende su participación en el stiffness articular, principalmente al final del rango de movimiento. Parece claro entonces, que todas estas estructuras deben actuar sinérgicamente para conseguir la estabilidad (McGill y Cholewiski, 2001).

Figura 3. A) Incrementando el stiffness de los cables (músculos) se incrementa la estabilidad y se incrementa la habilidad de soportar grandes fuerzas (P) aplicadas sobre la estructura (columna),sin fallas en la misma. El stiffness de la columna se logra con una compleja interacción de estructuras a largo de la misma (B) y estas formanel core. (C). ( Tomada de McGill, S; 2001).

Entonces podemos completar también con una definición resumida propuesta por Zazulak et al (2007), en dondela estabilidad del núcleo o core es “la habilidad del cuerpo para mantener o restablecer el equilibrio del troncodurante y después de una perturbación”

Finalmente para concluir con este apartado podemos decir que la estabilidad del núcleo depende,tanto del subsistema activo, como del subsistema pasivo y fundamentalmente delsubsistema de control y regulación (según el modelo de Panjabi, 1992), paralograr incrementar el stiffness articular en cada articulación de la columna lumbar y poder mantenerasí a las mismas dentro de los limites fisiológicos neutrales, minimizando el daños que pudiera producirse enéstas y demásestructuras del núcleo si este sistema no funcionase adecuadamente (mantener la pelota dentro del bowl, según el ejemplo de Bergamark, 1989) (Figura 4).

Figura 4. Relación entre la superficie y lapelota(según ejemplo del texto) en la zona neutra y la aparición de las manifestaciones clínicas. A) sistema estabilizado donde la zona neutra está dentro de la zona libre de dolor. B) sistema desestabilizado, donde la pelota se desplaza fuer de la zona libre de dolor (zona neutra ampliada).



Este es un fragmento de uno de los apuntes de cátedra de la asignatura "Desarrollo de Control Neuromuscular en el Núcleo Corporal (core) en Distintos Ámbitos" del módulo 2 del: Curso de Posgrado en Entrenamiento Funcional.



ESTRUCTURASASOCIADAS AL CORE

Estructuras importantes en la estabilidad del core

Se ha indicado al empobrecimiento de la función de algunos de los componentes activos y pasivos que desarrollábamos en el apartado anterior, la responsabilidad enla inestabilidad lumbar y las consecuentes lesiones dentro de las estructuras del core, como por ejemploen el dolor lumbar crónico (DLC) (Borguis et al, 2008).

Tomando en cuenta este dato, resulta trascendente destacar la importancia de los músculos del core y fundamentalmente de su función (mecánica y neurofisiológica) en la estabilidad del mismo.

Como en todas las articulaciones de nuestro cuerpo, la función de co-contracción de músculos antagonistas (transformados en este momento en sinergistas), es la responsable del incremento del stiffness articular y por ende de la estabilidad articular.

La columna vertebral no escapa a este principio. Se ha demostrado que en sujetos sanos, este fenómeno de co-contracción en los músculos de la columna lumbar, se incrementa en respuesta a condiciones que amenazan la estabilidad de la misma. Y que este fenómeno es disparado por mecanoreceptores y nociceptores diseminados en las estructuras ligamentarias y musculares de las zonas implicadas. (Van Dieën, 2003).

Ahora bien este mecanismo de input sensorial y output motor (mecanismo de control motor por Feedback) propuesto como necesario para la co-contracción,no es el único presente en la regulación de la estabilidad del core.

Hodges y Richardson (1997), demostraron que la activación de los músculos del tronco con el intento de incrementar el stiffness articular en las articulaciones de la columna y por ende su estabilidad,se produce antes de la activación de los músculos de los miembros superiores (elevación de los miembros hacia delante, lateral y posterior),que en este caso actúan como las fuerzas inestabilizantes de la columna. Estos hallazgos implican que el SNC a través de mecanismos de control motor por Feedforward, se anticipa y crea las condiciones de estabilidad necesaria en la columna para el movimiento de los miembros, mediante la co-contracción anticipada de los músculos que rodean a las articulaciones potencialmente inestabilizadas de la columna por dicho movimiento de los miembros (Figura 5).

a 5.Tiempos de activación de los músculos de la pared abdominal en relación al momento de la activación del deltoides ( T=0)en los movimientos de brazos observados en la figura. Tra=Transverso; OI=Oblicuo Interno, OE= Oblicuo externo; RA= Recto Abdominal. (Hodges,P.W., and Richardson. c.a. 1997).

En el caso del trabajo de Hodges y Richardson (1997),éstese focalizo enel análisis sobre la activación de los músculos de la pared abdominal en relación a los movimientos de los brazos hacia delante,hacia el lateral y hacia atrás. Demostrando que la activación anticipada del transverso del abdomen se produce en todos los casos y que la del oblicuo interno en relación al movimiento de brazos hacia el lateral, que crearía una potencial inestabilidad lateral, contrarrestada por este musculo en su activación anticipada. (Figura 5)

Figura 5. Tiempos de activación de los músculos de la pared abdominal en relación al momento de la activación del deltoides ( T=0) en los movimientos de brazos observados en la figura. Tra=Transverso; OI=Oblicuo Interno, OE= Oblicuo externo; RA= Recto Abdominal. (Hodges,P.W., and Richardson. c.a. 1997).

Como parte interesante de este punto, vale destacar un trabajo de Allison, et al 2008, que es el primer trabajo en plantea que el transverso abdominal, ante un movimiento repentino del brazo (similar al protocolo de Hodges et al 1997) se pre-activa en forma selectiva de acuerdo a la dirección del movimiento del brazo y la inestabilidad generada en el núcleo, y no de forma bilateralmente simétrica. Es decir que se comportaría como un musculo con acción anticipatoria pero no en forma simétrica sino que en función de la dirección de la inestabilidad.

Entonces parece claro en este punto que, el control motor necesario para lograr la estabilidad del core, en este tipo de actividades de la vida diaria, requiere de ambos mecanismos de control, es decir el mecanismo por feedback, que va autoregulando la activación de los músculos del núcleo en relación a la dirección de movimiento que se producen en otros segmentos corporales y la activación de estos mecanoreceptores (movimientos desestabilizantes o potencialmente desestabilizantes del core); y el mecanismo de feedforward o de anticipación que crea las condiciones de estabilidad iníciales del core en relación a estos otros movimientos.

Sistema muscular local y global

Ahora bien, sabiendo que la co-activación de los músculos que componen el core resulta en la principal responsable de la estabilidad del mismo (esto más que la fuerza generada por estos músculos en su activación), es importante aquí describir mejor cuales son los músculos principalmente mencionados para esta función.

Bergmark (1989), propone un esquema de clasificación de los músculos que componen el core según la participación que estos tienen en la estabilidad del mismo.

Entonces este autor divide en dos grupos estos músculos, los músculos pertenecientes a Sistema de Estabilización Local (SEL), y aquellos pertenecientes al Sistema de Estabilización Global (SEG).

Los musculo del SEL, son aquellos pequeños músculos que discurren de un segmento a otro de la columna vertebral (es decir de vértebra a vértebra), y los músculos del SEG son aquellos músculos largos del tronco que saltean en sus inserciones varios segmentos vertebrales.

Estos sistemas estabilizadores son vistos, según McGill y Cholewiski (2001), como los cables de acero en la figura siguiente (Figura 6), donde los músculos del SEL unen un segmento con otro de la columna y los músculos del SEG estabilizan de manera distal y global a la columna (salteando varios segmentos vertebrales), especialmente por su orientación relativa al eje de la columna (Figura 6).

Figura 6. Gráfico que ubica y orienta los músculos del SEG y SEL, en relación a un mástil que esquematiza a la columna vertebral. Tomada de McGill and Cholewiski (2001).

Dentro del SEL podemos incluir al multífido del raquis, los intertransversos, interespinosos y rotadores. Músculos profundos e intersegmentarios de la columna lumbar. También en este grupo se incluye al transverso del abdomen por sus inserciones posteriores en la columna lumbar a través de la fascia de este músculo y sus interdigitaciones en cada una de apófisis transversas de las vértebras lumbares (Figura 7).

Figura 7. Puede observarse la localización del transverso abdominal (transversus abdominis), y el multifido del raquis (multifidus). Sacrum= sacro; Pubic Synphysis= Sínfisis Púbica.

Aunque el transverso del abdomen es clasificado como estabilizador local más por su función que por su localización anatómica estricta a la definición de los músculos del SEL. Es decir, por su activación anticipatoria y el consecuente incremento de la presión intrabdominal, la cual genera una condición de estabilidad indirecta sobre la columna lumbar, de la misma manera que el oblicuo interno (Figura 8).

Figura 8. Imagen que muestra como la activación del transverso abdominal y la coactivación del multifido, que genera el incremento de la presión abdominal y por ende el aumento del stiffness intersegmentario a este nivel en la columna lumbar. Funcionamiento del SEL. Front=frente; Back=atrás; Relaxed= relajado, Contract= contraído, Co-contract= co-contraido.

Bajo este mismo principio (el incremento de la presión intra-abdominal, la tensión de la fascia toracolumbar y el consecuente incremento del stiffness articular lumbar anterior y lateral por presión) este autor ha incluido en forma más secundaria (dentro de este SEL), al diafragma y los músculos del piso pélvico (Figura 9).

De todas maneras parece claro que existe una participación en la estabilidad lumbar de estos músculos a expensas de un aumento de la presión intra-abdominal y que el aumento de la presión intra-abdominal realmente incrementa la estabilidad lumbar. (Cholewicki, et al 1999 a, Cholewicki, et al 1999 b, Hodges, P, 1999; Hodges, et al 2003), es más, es probable que este incremento en la presión intra-abdominal conduzca a descargas en la columna lumbar ante fuerzas externas multidireccionales, es decir una mejor amortiguación de las desestabilizaciones externas sobre la columna lumbar. (Stoke et al 2010)

Podríamos graficar entonces que los músculos del SEL en su conjunto representan un continente activo que estabiliza un contenido pasivo y móvil, como son las vísceras dentro de la cavidad abdominal, en el movimiento corporal.

Figura 9. Función del multifido en el incremento de la presión intrabdominal y tensión de la fascia toracolumnbar con el consecuente incremento del stiffnes lumbar. Hodges P, 1999.

En cambio, con una participación más protagónica en relación al movimiento del tronco y secundaria en cuanto a la estabilidad del core (aunque esta aseveración se transforma en relativa como veremos en párrafos siguientes), se encuentran los músculos del SEG.

Estos músculos presentan una mayor masa que los músculos pertenecientes al SEL y brazos de palancas más largos, lo que los coloca en músculos diseñados para movimientos más poderosos y amplios del tronco (Borghuis et al, 2008).

Dentro de este grupo podemos incluir al recto del abdomen, el iliocostal, el oblicuo externo en su porción lateral, el erector espinal, el psoas mayor, etc., es decir aquellos músculos que saltean segmentos vertebrales lumbares en sus inserciones y que son más propensos a generar movimientos globales del tronco.

Aunque éstos, según Ebenbichler et al (2001), especialmente los músculos posteriores dentro de este grupo (de la espalda), actúan proporcionando una estabilidad general del tronco y amortiguación de fuerzas externas ayudando a disminuir la carga sobre los segmentos espinales.

Entonces, resulta difícil establecer un músculo o un sistema como protagonista en la estabilidad lumbar. Ya que todos tienen una relativa contribución en la misma, y ésta cambia a través de toda la actividad, especialmente en las actividades deportivas. Donde generalmente los músculos de esta región se activan en forma antagónica a la dirección dominante del movimiento en cada momento (Anderson, e t al, 1996, Gardner-Morse, et al 1995, Cholewicki y VanVliet, 2002; McGill 2001).

En este sentido es apropiado resaltar un característica de los músculos del core a la hra de estabilizar el tronco y la columna. Los músculos del core se activan en muchas oportunidades en forma de co-contración para solventar la demanda de estabilidad de la acción, generando un incremento del stiffnes segmentario y global, por lo que en muchas oportunidades estos actúan como sinergistas. (Brown et al 2008, Mc Gill et al 2010, Fenwick et al 2009)

Por lo que McGill et al (2003), plantea “la contribución relativa de cada musculo continuamente cambia a través de la tarea motriz, por lo que la discusión sobre cuál es el musculo estabilizador más importante del core, se restringe a un instante transitorio en el tiempo”. En este sentido el mismo McGill (2010) expone que estudios de medición de la estabilidad del core muestran que los estabilizadores más importantes son dependientes de la acción, o dicho de otra manera dependiendo de la dirección y sentidos de la demanda de estabilidad sobre esta zona será la activación especifica de los músculos que puedan amortiguar dicha demanda o carga.

También es interesante resaltar aquí un aporte de Willardson (2007), que plantea como un error intentar entrenar, en sujetos sanos, en forma separada a los músculos de ambos sistemas, ya estos sistemas actúan en forma combinada y sinérgica para lograr la estabilidad de la columna, durante una actividad deportiva específica. Como aporte en este punto resulta más eficiente pensar en una tarea determinada realizada con estabilidad del core ( como por ejemplo tracciones, empujes, levantamientos etc) que ejercicios específicos que intenten activar de manera aislada o poco funcional a determinados grupos musculares.

Ahora bien como veremos más adelante, en sujetos con alteración de la activación de los músculos de SEL y que presentan dolor lumbar el enfoque de entrenamiento cambia, ya que aquí sí parece indicado primero restablecer los patrones normales de activación del SEL, con actividades específicas para este fin, para luego integrarlos a actividades funcionales que requieren activaciones integradas de ambos sistemas descriptos en este apartado.

Control sensorio motor

Como establecíamos en párrafos anteriores, resulta de extrema importancia la integración y coordinación de los sistemas musculares de estabilización, especialmente su sinergia de activación en relación a lograr la estabilidad del core en las actividades o habilidades tanto deportivas, como laborales y de la vida diaria.

Resaltamos también el papel del sistema nervioso especialmente en el control motor, relativo a conseguir la estabilidad del core a través de sus sistemas de control por feedforward y feedback.

Es decir que para conseguir la estabilidad del núcleo en diferentes situaciones y movimientos que atenten contra ella, es necesaria una acción muscular precisamente coordinada para que ocurra en el momento correcto, con la duración correcta y con una correcta combinación de fuerzas (Comenford et al, 2001).

Los mismos autores integran en el concepto de control sensorio motor, el hecho de que es necesario el procesamiento de estrategias sensoriales, biomecánicas y motoras, así como respuestas aprendidas de experiencias previas y la anticipación a cambios, para conseguir un correcto ajuste postural y estabilidad del core.

Radebold et al (2001), en Borghuis et al (2008), plantea que en general, existe una combinación de tres niveles nerviosos del control motor (reflejos espinales, regulación de los núcleo de la base, y los programas cognitivos centrales) en la producción apropiada de la respuesta muscular relacionada a la estabilidad.

El primer nivel, es decir los reflejos espinales, se utiliza la información propioceptiva producida en los órganos tendinosos de Golgi y husos neuromusculares de los músculos del core, para generar la respuesta motora refleja del arco espinal. El segundo nivel, que corresponde a las vías de los núcleos de la base, donde se coordinan los inputs sensoriales vestibulares y visuales, junto con la información propioceptiva de los receptores articulares. Mientras que los programas cognitivos (tercer nivel), están basados en los pools de comandos centrales, que conducen los ajustes posturales voluntarios anticipatorios (Figura 10).

Figura 10. Gráfico del control sensorio motor del Core. Postural Adjustments= Ajustes posturales; External Loads= Cargas Externas; Lumbopelvic Región= Región Lumbopelvica; Spinal Ligament Deformación= Deformación de los Ligamentos Espinales; Muscle Spindles= Husos Musculares, Golgi Tendon Organs= Órganos Tendinosos de Golgi; Neural Feedback= Feedback Neural; Stability Requirement= Requerimientos Estabilitatorios; Muscle Activación= Activación Muscular. Tomado de Willardson J; 2007.

Estos ajustes posturales están basados en las respuestas anticipatorias que mencionábamos antes, es decir en activaciones musculares pre-programadas o mecanismos por feedforward, también llamados ajustes posturales anticipatorios.

En la figura 10, vemos un gráfico propuesto por Willardson (2007), en donde antes de la aplicación de las cargas externas sobre el core se producen las activaciones musculares anticipatorias sobre la región lumbopelvica, que condicionan en primera instancia la influencia de la carga sobre esta región. Luego a partir de allí se dispara todo el mecanismo reflejo basado en los receptores musculares y articulares que auto modulan las subsiguientes activaciones musculares estabilizadoras.

La importancia de estos ajustes posturales anticipatorios (mecanismo de feedforward), radica en crear las condiciones de estabilidad necesarias (incremento del stiffness articular) para la posterior ejecución de la tarea. Mencionamos como ejemplo la pre-activación del transverso en los movimientos del brazo, que veíamos en los trabajos de Hodges y Richardson (1997).

Es decir que el SNC mantiene en funcionamiento dos procesos en forma simultánea: el programa motor, que ejecuta la tarea; y los ajustes previos y posteriores, necesarios para mantener el equilibrio. En este sentido, Ebenbichler et al (2001), en estudios sobre el control motor del tronco, demostró que el SNC interrumpe inmediatamente un programa motor en marcha para priorizar el programa de control postural. Concluyendo que el reclutamiento apropiado de los músculos y el tiempo de activación son extremadamente importantes en el control del equilibrio de la columna y la estabilidad mecánica.

En definitiva el control sensorio motor de la estabilidad del núcleo es un intricado proceso, coordinado y auto-modulado por el SN (en sus tres niveles), mediante dos mecanismos: el control por feedforward o los ajustes posturales anticipatorios y el control por feedback, que auto-regula la acción mientras ocurre. También parece claro que no puede diferenciarse uno de otro, cuando éstos funcionan de manera normal, ya que ambos están interconectados y coordinados, y no se desarrollan en forma paralela sino interactuando e influenciándose entre sí durante la ejecución de todo el programa motor.



Este es un fragmento de uno de los apuntes de cátedra de la asignatura "Desarrollo de Control Neuromuscular en el Núcleo Corporal (core) en Distintos Ámbitos" del módulo 2 del: Curso de Posgrado en Entrenamiento Funcional.