Efectos del Entrenamiento de la Fuerza Tradicional y de la Fuerza Funcional de 6 Semanas sobre la Rigidez Arterial y la Fuerza Muscular en Hombres Jóvenes Saludables

Publicado 20 de julio de 2022, 14:25

Efectos del Entrenamiento de la Fuerza Tradicional y de la Fuerza Funcional de 6 Semanas sobre la Rigidez Arterial y la Fuerza Muscular en Hombres Jóvenes Saludables

La enfermedad cardiovascular es un importante problema de salud pública. En particular, la inactividad se asocia con el engrosamiento, la deformación o el endurecimiento de la pared arterial, todo lo cual finalmente conduce a un aumento de la rigidez arterial, la presión arterial sistólica y la presión del pulso y una disminución de la función amortiguadora arterial y el flujo sanguíneo. El aumento de la rigidez arterial relacionado con la edad también contribuye a un mayor riesgo de enfermedad cardiaca, hipertensión y enfermedad coronaria isquémica (Tanaka y cols., 1998; Liao y cols., 1999; Alan y cols., 2003). Además, la rigidez arterial es un fuerte predictor independiente de eventos cardiovasculares y mortalidad (Laurent y cols., 2001). Los estudios han identificado y caracterizado los estímulos que aceleran la rigidez arterial, como fumar (Thitiwuthikiat y cols., 2017), beber alcohol (Gonzalez-Sanchez y cols., 2020), sueño insuficiente (Chami y cols., 2016), inactividad y sedentarismo (O'Donovan y cols., 2014). Así, la prevención de eventos cardiovasculares se ha convertido en una estrategia crucial para el diagnóstico y tratamiento de las enfermedades cardiovasculares. El Colegio Estadounidense de Medicina Deportiva (ACSM) y la Asociación Estadounidense del Corazón (AHA) han recomendado el ejercicio aeróbico regular y el entrenamiento de la fuerza como métodos conservadores efectivos para la prevención y el tratamiento de las enfermedades cardiovasculares y la fragilidad relacionada con el envejecimiento (Williams y cols., 2007; ACSM 2018).

Se ha informado que el ejercicio aeróbico regular inhibe el aumento de la rigidez arterial relacionado con el envejecimiento y atenúa la incidencia de enfermedades cardiovasculares en adultos sanos (Siasos y cols., 2016; Sardeli y cols., 2018). Sin embargo, queda por determinar la relación entre el entrenamiento de la fuerza y la progresión de la rigidez arterial (Li y cols., 2015b; Evans y cols., 2018). Un estudio transversal indicó que los hombres jóvenes con experiencia en entrenamiento de la fuerza tienen arterias periféricas más rígidas que sus pares sedentarios (Miyachi y cols., 2003). Además, un estudio informó que el entrenamiento de la fuerza está asociado con una presión sistólica alta, lo que lleva a un alto estrés en las paredes arteriales y podría ser el factor principal para un aumento en la rigidez arterial (Johnson, 2001). Este hallazgo indica que el entrenamiento de la fuerza puede tener algunos efectos adversos sobre las arterias. Específicamente, algunos estudios han informado que las personas jóvenes y de mediana edad que se sometieron al entrenamiento de la fuerza tradicional (EFT; al menos tres veces por semana) demostraron niveles más altos de rigidez arterial que sus pares inactivos (Miyachi y cols., 2004; Cortez-Cooper y cols., 2005; Rakobowchuk y cols., 2005; Okamoto y cols., 2006). La evidencia también sugiere que el entrenamiento de la fuerza puede no tener ningún efecto desfavorable sobre la rigidez arterial en adultos de mediana edad (Cortez-Cooper y cols., 2008; Yoshizawa y cols., 2009). Además, un meta-análisis (Ceciliato y cols., 2020) y dos ensayos controlados aleatorios (Casey y cols., 2007; Werner y cols., 2019) informaron que el entrenamiento de la fuerza a largo plazo (un promedio de tres veces por semana) causa sin cambios en la rigidez arterial entre individuos jóvenes sanos (edad promedio, 29 años). Aunque el EFT es efectivo para mejorar la masa y la función del músculo esquelético y revertir la osteoporosis (Pollock y cols., 2000), se justifican más estudios para determinar su efecto sobre la rigidez arterial.

Por lo tanto, recientemente, un estudio de la Capital University of Physical Education and Sports (China), llevó a cabo un estudio sonde se investigó los efectos del entrenamiento de la fuerza tradicional (EFT) y el entrenamiento de la fuerza funcional (EFF) sobre la rigidez arterial y la fuerza muscular en hombres jóvenes sanos.

Métodos: este ensayo controlado aleatorizado incluyó a 29 hombres jóvenes sanos no entrenados de 18 a 29 años que se dividieron aleatoriamente en dos grupos, a saber, el grupo EFT (n = 15) y el grupo EFF (n = 14). Todos los participantes se sometieron a numerosas pruebas, como las de composición corporal, índice vascular cardio-tobillo, presión arterial, frecuencia cardíaca y fuerza máxima antes y después del programa de entrenamiento de 6 semanas. El entrenamiento físico comprendía de ejercicios de entrenamiento de la fuerza de todo el cuerpo 3 días a la semana durante 6 semanas. El volumen total de entrenamiento y el número de series (4-5 series) se mantuvieron constantemente similares en cada grupo. El grupo EFT completó 4–5 series de 8–12 repeticiones [70% de 1RM], mientras que el grupo EFF completó 4–5 series de 15–22 repeticiones (40% 1RM).

Resultados: Los grupos EFT y EFF exhibieron un aumento de la fuerza máxima igualmente significativo (dentro del grupo: ambos p <0.01). Además, el t-test independiente mostró que las diferencias entre los dos grupos en términos de cambios en la fuerza máxima no fueron significativas (entre grupos: ambos p >0.05). Además, se observaron efectos principales significativos del tiempo (pre vs post) para los índices vasculares cardio-tobillo izquierdo y derecho (p <0.05); sin embargo, no se observaron diferencias significativas entre los grupos. Para las medidas de resultado de la composición corporal, no se observaron diferencias significativas entre los grupos.

Conclusión: Seis semanas de EFT y EFF no presentan diferencias en términos de efectos sobre la rigidez arterial y la fuerza muscular.