El estiramiento estático agudo da como resultado alteraciones específicas musculares entre los músculos isquiotibiales
Publicado 19 de enero de 2021, 13:41
Es bien sabido que el estiramiento estático altera el sistema musculotendinoso y produce aumentos significativos en la flexibilidad [Bandy 1994]. Por el contrario, cuando se presenta dentro de un calentamiento, el estiramiento estático podría inducir de forma aguda varios efectos negativos, incluidos los posibles deterioros de la función contráctil, como lo demuestran las disminuciones de la fuerza voluntaria [Kokkonen 2007, Herda 2008]. Estas disminuciones se deben principalmente a alteraciones de (i) propiedades neuromusculares y (ii) propiedades elásticas de la unidad músculo-tendinosa. Más particularmente, se han observado disminuciones de la rigidez musculotendinosa como resultado de la disminución del torque pasivo y/o alteraciones dentro de los fascículos musculares, aponeurosis y tendones [Mizuno 2013, Kubo 2001].
Los estudios han demostrado que los efectos agudos del estiramiento sobre el sistema musculotendinoso dependen de varios factores. Entre ellos, estudios recientes han demostrado que los efectos inducidos por el estiramiento dependen de la rigidez intrínseca del sistema musculotendinoso [Bouvier 2017]. Por ejemplo, los autores propusieron que la variabilidad interindividual en la alteración de la fuerza después del estiramiento estaba relacionada con la flexibilidad inicial [Babault 2010]. Puede deberse en parte a la diferente tensión de los músculos o tendones durante el estiramiento en función de la conformidad relativa de los individuos [Abellaneda 2009]. Además de las diferencias individuales, se han observado diferencias entre los músculos [Hirata 2016]. Por ejemplo, se han observado diferencias inducidas por el estiramiento entre los músculos tríceps sural y cuádriceps [Bouvier 2017]. Los autores plantearon la hipótesis de que la arquitectura del sistema musculotendinoso era un parámetro crucial. De hecho, se ha demostrado que la longitud del tendón-músculo y, más particularmente, la relación entre la longitud del fascículo y el tejido del tendón aponeurótico influyen en las alteraciones de la rigidez [Bouvier 2017, Nakamura 2011].
Se ha demostrado que la relación tendón-fascículo refleja la distensibilidad de la unidad músculo-tendón y el grado de acortamiento fascículo/sarcómero durante el estiramiento [Lieber 1992]. Además, se ha demostrado que una relación mayor corresponde a tendones adaptables [Winter 2010]. Sin embargo, en un estudio que comparó los efectos del estiramiento agudo sobre los músculos con diversas relaciones de longitud de tendón a fascículo (músculos del tríceps sural vs cuádriceps), los autores reconocieron que las diferentes amplitudes del estiramiento podrían influir en sus resultados [Bouvier 2017]. Este sesgo experimental podría evitarse investigando los músculos dentro del mismo grupo de músculos. Este análisis se ha realizado previamente en los músculos tríceps sural [Hirata 2016]. Sin embargo, debido a que los músculos isquiotibiales tienen grandes variaciones intra e intermusculares [Kellis 2009, Le Sant 2015] y a menudo están implicados en las rutinas de estiramiento, los estudios que exploran este grupo de músculos son de gran interés. Hasta la fecha, estudios previos que utilizan diversas técnicas han investigado los efectos del estiramiento en los músculos isquiotibiales, pero han revelado conclusiones contradictorias sobre las alteraciones de la rigidez músculo-tendinosa [Kellis 2016]. Por lo tanto, recientemente Nicolas Babault de la University of Burgundy Franch-Comte (Francia), llevó a cabo un estudio al respecto, cuyo objetivo fue explorar los efectos agudos del estiramiento sobre las propiedades musculotendinosas de dos músculos del grupo de músculos isquiotibiales. Específicamente, se centró en el desplazamiento de la unión miotendinosa (MTJ) de la porción larga del bíceps femoral y del semitendinoso. Con respecto a la longitud de los tendones (tendones más largos en el músculo semitendinoso en comparación con la porción larga del bíceps femoral), se plantea la hipótesis de que las alteraciones serían mayores en el semitendinoso en comparación con el músculo bíceps femoral.
Doce voluntarios varones se sometieron a dos sesiones de prueba. Una sesión se dedicó a la evaluación del músculo semitendinoso antes (PRE) y después (POST) del estiramiento estático (cinco series de estiramientos de 30 seg), y la otra sesión exploró de manera similar la porción larga del músculo bíceps femoral. Además del desplazamiento de la unión miotendinosa (MTJ), se evaluaron el torque pasivo y el torque isométrico voluntario máximo (MVIT).
El MVIT (-8.3±10.2%, p = 0.0036, d = 0.497) y el torque pasivo (-28.4±16.9%, p = 0.0003, d = 1.017) disminuyeron significativamente en el POST estiramiento. En PRE estiramiento, el desplazamiento de la MTJ fue significativamente mayor para el músculo semitendinoso que para el bíceps femoral (27.0±5.2 vs 18.6±3.6, p = 0.0011, d = 1.975). Después del procedimiento de estiramiento, se observaron mayores cambios relativos de desplazamiento de la MTJ para el músculo bíceps femoral en comparación con el músculo semitendinoso (22.4±31.6 vs -8.4±17.9, p = 0.0167, d = 1.252). Debido al PRE estiramiento con desplazamiento de la MTJ más pequeño y al POST estiramiento de mayor alteración en los músculos del bíceps femoral, el presente estudio demostró respuestas agudas específicas musculares de los músculos isquiotibiales durante el estiramiento. Aunque el estiramiento perjudica gravemente la producción de torque, la reducción pasiva del torque y la alteración del desplazamiento de la MTJ podrían afectar la prevención de lesiones de los isquiotibiales.
Se observaron mayores efectos de estiramiento agudo en los tejidos más rígidos, es decir, el músculo bíceps femoral. Los estudios que exploran las propiedades musculotendinosas deben prestar atención a la historia del músculo (ya sea un sólo estiramiento aislado o después de un estiramiento repetitivo). Aunque el estiramiento perjudica gravemente la producción de torque, estos resultados justifican el uso de estiramiento estático en los músculos isquiotibiales para la prevención de lesiones.