Entrenamiento de fuerza y función endotelial
Publicado 27 de octubre de 2021, 21:35
El entrenamiento dinámico e isométrico de la fuerza (ojo a este último, cada vez adquiere más importancia y posee muchas ventajas) mejora la función endotelial tanto en personas sanas como en aquellas con enfermedades cardiovasculares y metabólicas. Por cada aumento del 1% en la FMD (dilatación mediada por flujo: indicador de la función vascular), el riesgo cardiovascular se reduce en un 9-17%.
Es decir, el endotelio posee funciones protectoras en la pared de las arterias, propiedades antiinflamatorias, vasodilatadoras y antitrombóticas (por poner un ejemplo, muy interesante el entrenamiento isométrico y dinámico de la fuerza en personas con Neoplasias mieloproliferativas, gracias a que favorece el mejor control de los factores de riesgo cardiovascular, y contribuye a reducir el riesgo de complicaciones trombóticas, propio de estas enfermedades).
Así también, patologías en si mismas como la hipertensión arterial (HTA), puede estar asociada con disfunción endotelial = mayor riesgo de eventos cardiovasculares.
Es importante integrar todos los conocimientos que posteriormente nos permitan justificar nuestras intervenciones en lo que se refiere al ejercicio físico (qué tipo y cómo llevarlo a cabo REGULARMENTE), adaptado al contexto individual.