Entrenamiento de intensidad moderada continuo vs entrenamiento por intervalos de alta intensidad sobre biomarcadores de la función inmune
Publicado 5 de marzo de 2020, 18:35
El entrenamiento de intensidad moderada continuo pero no el entrenamiento por intervalos de alta intensidad, mejora los biomarcadores de la función inmune en hombres jóvenes sanos.
El entrenamiento de la resistencia conlleva a muchos cambios fisiológicos y favorece un transporte mejor del oxígeno desde la atmósfera a la mitocondria, y así mejora el rendimiento. Las modalidades de carreras continuas e intervalos son los métodos más comunes para el entrenamiento de la resistencia. Cada modalidad confiere duraciones específicas e intensidades que se usan dependiendo diferencialmente de los objetivos de entrenamiento principalmente. El entrenamiento continuo consiste en turnos de ejercicio aeróbico realizados a intensidad de baja a moderada sin intervalos de pausa, mientras que el entrenamiento interválico consiste en períodos de ejercicio de alta intensidad alternados con períodos de pausa activos o pasivos.La comparación entre ambas modalidades de entrenamiento se ha discutido ampliamente, y sus efectos sobre parámetros fisiológicos y metabólicos han sido cuestionados y comparados. Con un enfoque particular en la capacidad aeróbica, esta comparación reveló resultados fluctuantes, con algunos autores que reportan efectos similares entre los 2 métodos de entrenamiento, algunos que favorecen el entrenamiento continuo y otros que favorecen el entrenamiento intermitente. Sin embargo, parece ser unánime que ambas modalidades (intermitente o continuo) podrían afectar los perfiles hematológicos de individuos sanos. Esto se debería esencialmente a la mejora de la capacidad de transporte de oxígeno de los individuos en la sangre, que es determinada principalmente por la concentración de hemoglobina, el número de eritrocitos circulantes y la eficiencia de sus funciones. Las mejoras en las capacidades aeróbicas y en los rendimientos también dependen de otros factores centrales como el gasto cardíaco máximo, la difusión pulmonar, y el volumen y flujo sanguíneo (Ben Abderrahman 2013).
Entre los cambios que ocurren en el perfil sanguíneo en respuesta al entrenamiento físico, la alteración de la respuesta humoral y la respuesta inmune celular ha sido documentada bien en la literatura disponible. En suma, se ha demostrado que la respuesta inmune esencialmente depende de las características del ejercicio (Said 2009). En realidad, varios estudios han demostrado que el entrenamiento moderado aumenta las funciones inmunes, mientras que los programas de entrenamientos intensos lo reducen (Gleeson 2007, Romeo 2010). Específicamente, Nieman y cols. (1990) notaron que el entrenamiento físico moderado estaba asociado con una elevada actividad de la célula natural asesina (NK) y una reducida sintomatología de infecciones respiratorias superiores. Por contraste, Gleeson y cols. (1995) demostraron que 7 meses de entrenamiento intensivo suprimieron tanto la inmunidad sistémica (reducción significativa en el número absoluto y porcentaje de células NK) como de la inmunidad mucosa (supresión significativa de la inmunoglobulina en suero (Ig)A, IgG, e IgM, y la concentración de IgA salival), lo que podría aumentar la susceptibilidad para las infecciones. Aunque los estudios previos han investigado los cambios hematológicos en respuesta al entrenamiento de la resistencia (Hasani 2014, Kehat 2013, da Silva 2009), ninguno al día de hoy, ha comparado directamente el efecto del entrenamiento interválico de alta intensidad de corta duración (HIIT) frente al entrenamiento continuo de moderada intensidad (MCT), sobre el perfil hematológico de hombres jóvenes sanos y activos. Es más, los pocos estudios disponibles que han comparado el entrenamiento intermitente y el continuo no han usado entrenamiento de cargas de trabajo similares. Así, recientemente el Dr. Marwa Khammassi, de la Université Clermont Auvergne (Francia), llevó a cabo un estudio donde el objetivo fue comparar los efectos de 2 modalidades del entrenamiento aeróbico (HIIT vs MCT) con carga de trabajo idéntica (coincidentes con la duración) sobre las capacidades aeróbicas y el perfil hematológico en hombres jóvenes activos.
Dieciséis hombres de 18–20 años de edad fueron designados al azar a un grupo HIIT o a un grupo MCT. Se evaluaron la capacidad aeróbica y los biomarcadores hematológicos antes y después de 9 semanas de intervención.
Al inicio del estudio, los parámetros aeróbicos y hematológicos eran similares para los 2 grupos. Después de la intervención, ningún cambio significativo se observó en la velocidad aeróbica máxima y en el VO2máx estimado en ambos grupos. Las cantidades de leucocitos (p <0.01), linfocitos (p <0.05), neutrófilos (p <0.05), y monocitos (p <0.01) mostraron significativas mejoras en respuesta al MCT comparado con la intervención del HIIT. La intervención del MCT favoreció un aumento en el número de células inmunes, mientras que lo contrario ocurrió como resultado de la intervención del HIIT.
Estos resultados indican que las intervenciones del MCT podrían ser superiores a los regímenes del HIIT en la mejora de la función inmune en hombres jóvenes activos.
APLICACIONES PRÁCTICAS
El entrenamiento por intervalos de alta intensidad se sostiene hoy en día como una modalidad de entrenamiento eficaz, sobre todo debido a su naturaleza de tiempo-eficiencia. Aunque están bien documentados sus efectos sobre la composición corporal y la aptitud física, su impacto en las respuestas inmunes está menos exploradas. Por consiguiente, estos resultados claramente indican que el impacto del ejercicio sobre el sistema inmunológico debe ser considerado por los practicantes y los entrenadores.
Deben advertirse a los individuos involucrados en el ejercicio regular con respecto al efecto de los programas de entrenamiento intensivosque pueden tener sobre el sistema inmunológico para impedirles experimentar cualquier complicación de salud innecesaria. Nieman (2000), propuso una serie de recomendaciones a ser respetadas (por ejemplo, mantener otros estrés de vida al mínimo; evitar el sobreentrenamiento y la fatiga crónica; y la vacunación de la influenza durante los meses invernales, etc.), y que deberían seguir los sujetos practicantes.
Para concluir, este estudio modelo fue el primero en comparar el efecto del HIIT y del MCT en forma pareja para la carga de trabajo física sobre el perfil hematológico de hombres jóvenes activos y sanos. Estos resultados sugieren que 9 semanas de MCT, a diferencia de un período de 9 semanas de HIIT, no compromete la respuesta inmune en hombres jóvenes activos y sanos. Estos resultados pueden tener implicaciones importantes para individuos que son recreativamente activos con respecto a la susceptibilidad a una infección que depende de la opción de la intensidad del entrenamiento. Sin embargo, hay que investigar más para establecer los mecanismos responsables de la respuesta inmune supresora al ejercicio prolongado (>9 semanas) intensivo (Nieman, 1997).