Entrevista Ciencia y Práctica: sus protagonistas. Dr. Juan Martín-Hernández "Hipertrofia inducida mediante oclusión vascular"

Publicado 20 de agosto de 2013, 11:33

Entrevista Ciencia y Práctica: sus protagonistas. Dr. Juan Martín-Hernández  "Hipertrofia inducida mediante oclusión vascular"

El profesor D. Juan Martín-Hernández es Doctor Europeo en Ciencias de la Actividad Física y el Deporte por la Universidad de León (España), y actualmente profesor de los grados de Fisioterapia y Ciencias de la Actividad Física y el Deporte de la Universidad Europea Miguel de Cervantes (Valladolid, España). Autor de 7 publicaciones con índice de impacto indexadas en el JCR e investigador Invitado del Centro de Investigación en Actividad Física y Deportiva de la Universidad de Coimbra (Portugal), es también Entrenador Personal Certificado NSCA-CPT y Máster en Investigación e Innovación en las Ciencias de la Actividad Física y el Deporte.

Tenemos el gusto de anunciarles que el profesor Martín impartirá el próximo 4 de septiembre un brillante Webinar que recopilará y presentará de forma organizada las evidencias científicas más actuales y destacadas sobre entrenamiento oclusivo que han sido publicadas hasta la fecha, a la vez que pretenderá proporcionar a los asistentes una gran cantidad de información desde un enfoque sencillo y práctico (http://g-se.com/es/salud-y-fitness/capacitacion/webinar-de-entrenamiento-oclusivo-un-metodo-para-producir-hipertrofia-muscular). Y es que para nosotros el haber podido contar con un experto e investigador tan audaz y preparado para compartir su conocimiento sobre una temática tan “vanguardista” es un gran privilegio y satisfacción. Queremos con esta entrevista que nos adelante y contextualice alguna información concerniente a la hipertrofia inducida mediante el entrenamiento oclusivo.

Profesor Martín, permítanos que le hagamos unas pocas preguntas que arrojen luz sobre esta modalidad de entrenamiento tan peculiar e intrigante como desconocida para muchos de nosotros:

1. ¿Qué diferencia realmente al entrenamiento mediante restricción del flujo sanguíneo del resto de métodos o “modalidades” tradicionales de entrenamiento de la fuerza?

Sin adentrarme en la respuesta fisiológica al entrenamiento, las diferencias más destacables entre el entrenamiento oclusivo y el entrenamiento tradicional con resistencias de alta intensidad considero que son las siguientes. En primer lugar, el entrenamiento tradicional emplea cargas de alta intensidad, que oscilan entre el 70% 1RM y el 85% 1RM, cuando el entrenamiento está orientado a la hipertrofia muscular. En cambio, el entrenamiento oclusivo o entrenamiento con restricción del flujo sanguíneo, emplea cargas que oscilan entre el 20% 1RM y el 40% 1RM. Además, el entrenamiento oclusivo y el entrenamiento tradicional se diferencian entre sí en el volumen por sesión. Mientras que la sesión de entrenamiento tradicional –una sesión tipo– se organiza en 3 series de 8-12 repeticiones, las sesiones de entrenamiento oclusivo suelen organizarse en series simétricas (4-5 series de 15 repeticiones) ó asimétricas (1 serie de 30 repeticiones seguida de 3 series de 15 repeticiones). Existen muchas más diferencias entre ambos, sin entrar en sutilezas, que consumirían toda la entrevista, enunciaré otras dos. La primera de ellas es evidente y es que, para entrenar con oclusión, es necesario emplear un dispositivo que genere cierto grado de presión en la parte proximal de la extremidad que se desee entrenar. De este modo, el retorno venoso se bloquea y el influjo arterial de oxígeno se reduce levemente. La segunda de ellas está relacionada con el paradigma de adaptación al entrenamiento; es decir, ¿a qué ritmo se producen las adaptaciones musculares empleando uno u otro método de entrenamiento? Hay un modelo clásico de adaptación al entrenamiento, enunciado por Sale en 1988, que establece que las adaptaciones neurológicas al entrenamiento se producen durante las primeras cuatro semanas y que éstas son, entonces, las únicas responsables de las adaptaciones de fuerza hasta ese momento. Una vez superadas las cuatro semanas de entrenamiento el músculo comienza a modificar su estructura y es entonces cuando las adaptaciones estructurales comienzan a tener influencia en el desarrollo de la fuerza. Se ha propuesto en el año 2012 que el entrenamiento oclusivo podría seguir un paradigma de adaptación inverso; o sea, un paradigma en el que las adaptaciones estructurales fuesen las primeras en aparecer y que, semanas después, siguiesen a éstas las adaptaciones neurales. Hay trabajos, como los de Takashi Abe, en los que se ha observado que el entrenamiento oclusivo produce hipertrofia desde la primera semana de entrenamiento. En estos trabajos se midió el área del músculo con resonancia magnética, aunque es probable que procesos inflamatorios o edematosos contribuyesen al incremento del tamaño muscular.

2. ¿Con qué fin podemos utilizar el entrenamiento oclusivo? ¿Existen evidencias científicas concluyentes respecto de dicha/s aplicación/es?

El entrenamiento oclusivo es un método especialmente útil para producir hipertrofia muscular, ya que la literatura ha establecido que no produce las mismas adaptaciones de fuerza que el entrenamiento tradicional orientado a la hipertrofia. Puede aventurarse entonces, aunque no se ha contrastado en la literatura científica, que el entrenamiento oclusivo produce adaptaciones de fuerza mucho menores que el entrenamiento tradicional de fuerza (90-100% 1RM). En cambio, hay 6 trabajos científicos que han establecido unilateralmente que el entrenamiento oclusivo produce adaptaciones de la estructura muscular similares a las del entrenamiento tradicional. Por tanto, pienso que el entrenamiento oclusivo es una alternativa muy interesante para todas aquellas personas cuyo objetivo sea la hipertrofia muscular. Además, la característica que lo hace más atractivo es la baja carga mecánica necesaria para producir estas adaptaciones estructurales. Esto abre un campo de aplicación interesante para aquellas personas con condiciones físicas que interactúen negativamente con las cargas de alta intensidad.

El entrenamiento oclusivo ha demostrado potenciar los efectos de programas de ejercicio de baja intensidad. Así, hay trabajos científicos que han constatado que los ejercicios con el peso corporal, los ejercicios con resistencias de baja intensidad y los ejercicios cíclicos, como la marcha o la carrera, son capaces de producir hipertrofia muscular –y mayores incrementos de fuerza– si se suplementan con oclusión vascular. Estos estudios han aplicado la oclusión a poblaciones de ancianos y pacientes en períodos de recuperación tras una operación del ligamento cruzado anterior.

Finalmente, hay evidencias científicas que han constatado que la hipoxia tiene, por sí sola, la capacidad de prevenir la atrofia muscular por desuso. La aplicación de períodos de hipoxia muscular intermitentes durante un período de reposo en cama parece prevenir hasta un 50% de la atrofia muscular inducida por la descarga del peso corporal.

Estos son los campos en los que se ha contrastado la eficacia del entrenamiento oclusivo, que nos hablan sobre su potencial como método de entrenamiento. Más allá, dejo a la imaginación y a la experiencia de los profesionales que lean esta entrevista cómo enfocar este potencial. Autores de la literatura científica han propuesto que podría ser un método interesante para introducir nuevos estímulos de entrenamiento o para facilitar la incorporación al trabajo de alta intensidad de deportistas lesionados.

3. ¿Qué ventajas puede tener la aplicación del entrenamiento oclusivo con respecto al entrenamiento convencional de entrenamiento de la fuerza?

Creo que las ventajas que el entrenamiento oclusivo pueda tener sobre el entrenamiento de fuerza dependen, en buena parte, de la situación específica de cada cliente o deportista. El entrenamiento oclusivo permite entrenar con cargas muy bajas, e induce hipertrofia muscular más rápidamente que el entrenamiento tradicional. Además, puede emplearse como suplemento a ejercicios con autocargas y a ejercicios cíclicos que, de otro modo, no producirían adaptaciones del tamaño muscular. Más allá de esto, no debe perderse de vista que el entrenamiento oclusivo produce el mismo nivel de hipertrofia muscular, pero menos adaptaciones de fuerza. Dejando a un lado los efectos fisiológicos del entrenamiento, el cambio de estímulo y la variedad en la rutina de ejercicios son un aliciente para la motivación por el entrenamiento, y el uso de nuevos métodos de entrenamiento son siempre un valor de cara al cliente. En este sentido, el entrenamiento oclusivo ofrece al cliente una nueva experiencia de entrenamiento, aunque también todas estas son consideraciones y valoraciones que cada entrenador sopesará en su medida.

4. ¿Es seguro entrenar con oclusión para todo tipo de poblaciones y patologías cardiovasculares? ¿Qué contraindicaciones o precauciones se deben conocer/tomar?

No. No pienso que sea seguro aplicarlo a poblaciones de riesgo cardiovascular. No hay evidencias científicas que lo contraindiquen, pero tampoco las hay que garanticen su seguridad, por lo que no animo a ninguno de los lectores a que sea el primero en hacerlo. Considero que el entrenamiento oclusivo tiene un gran potencial en el ámbito de la rehabilitación; así surgió, de hecho, en Japón. En cambio, es difícil saber cómo puede interactuar el entrenamiento oclusivo con las condiciones cardiovasculares de cada patología, no sólo por el bloqueo venoso, que agravaría, por ejemplo, una variz, sino también por la disminución del flujo arterial y, sobre todo, por la reperfusión tras el entrenamiento. Por lo tanto, mi recomendación es la prudencia y desaconsejo su aplicación a poblaciones de riesgo cardiovascular.

Con respecto a la población cardiovascularmente sana, el entrenamiento oclusivo es seguro y no se han propuesto contraindicaciones. Hay multitud de estudios que han evaluado la respuesta cardiovascular al entrenamiento oclusivo, constatando que no produce incrementos en la rigidez arterial, ni tampoco elevaciones de la presión arterial y la frecuencia cardíaca por encima de los niveles alcanzados durante un entrenamiento tradicional. También se ha evaluado el riesgo de coagulación y creación de trombos a través de marcadores plasmáticos, como el D-dimmer o el fibrinógeno, sin que se hayan constatado incrementos de sus valores.

Finalmente, se ha llevado a cabo un trabajo mediante encuestas de campo en el año 2006 que mostró resultados muy interesantes sobre los efectos adversos del entrenamiento oclusivo. Nakajima y sus colaboradores visitaron 105 de las 195 instalaciones en las que, por aquel entonces, se aplicaba el entrenamiento oclusivo en Japón. Estas instalaciones estaban enfocadas a muy diversos objetivos en el campo de la salud, entre los que se encontraban la mejora del rendimiento deportivo, la mejora de la salud general, la recuperación de accidentes cardiovasculares y cerebrovasculares, el tratamiento de la diabetes y la obesidad, fallos renales, atrofias musculares, etc. Muchos lectores habrán apreciado que estas aplicaciones se contradicen con lo que he mencionado en el primer párrafo. En cambio, a pesar de que estas personas lo apliquen de este modo, no hay ningún trabajo publicado en revistas científicas de calidad que lo respalde, por lo que me reitero en mi afirmación previa. En cualquier caso, regresando a las encuestas, estos autores recogieron la incidencia –en una muestra de 12642 personas– de algunas reacciones adversas al entrenamiento en oclusión, entre las que destacan una incidencia de trombosis venosas del 0.05%, de embolias pulmonares del 0.008% y rabdomiolisis en un 0.008% de los casos. La incidencia de estos cuadros tan dramáticos está, curiosamente, por debajo de la incidencia de la media general asiática, probablemente porque el hecho de ir al gimnasio reduce la probabilidad de sufrir este tipo de accidentes.

En conclusión, el entrenamiento oclusivo se ha aplicado, sin reacciones adversas, a personas cardiovascularmente sanas de todas las edades. Se recomienda, en cualquier caso, que la aplicación de hipoxia no sobrepase los 15 minutos de duración y que se entrene siempre con un nivel de presión moderado-bajo y nunca en oclusión arterial total.

5. ¿Qué limitaciones podemos encontrar en el entrenamiento oclusivo?: ¿Para qué puede no ser efectivo y útil?

Como he mencionado con anterioridad, el entrenamiento oclusivo es especialmente eficaz para producir hipertrofia muscular, no así para incrementar la fuerza máxima. Por lo tanto, no es un método de entrenamiento recomendable para deportistas o clientes cuyo objetivo sea incrementar su fuerza.

Otra de las limitaciones del entrenamiento oclusivo es que se necesita de un equipo adecuado para aplicarlo, que en España no está aún disponible en gimnasios y centros de salud.

Finalmente, otra de las contraindicaciones del entrenamiento oclusivo es que no puede–sobre todo no debe– aplicarse a todos los músculos del cuerpo, sino sólo a los músculos de las extremidades.

6. ¿Cuál es la dosis de ejercicio oclusivo (volumen, intensidad, densidad, etc.) más efectiva para optimizar la hipertrofia muscular a la luz de los estudios publicados?

Las primeras investigaciones científicas sobre entrenamiento oclusivo datan del año 2000. Por lo tanto, las recomendaciones para el entrenamiento no están tan desarrolladas como las del entrenamiento tradicional. Normalmente suele aplicarse en series hasta un total de unas 60-75 repeticiones por sesión con una intensidad del 20-40%1RM. El nivel de oclusión debe ser parcial y la oclusión no se retira durante los descansos, que oscilan entre los 30 y los 90 segundos. La frecuencia semanal de entrenamiento oscila entre las 2-3 sesiones semanales hasta las 14 sesiones semanales, aunque no se ha demostrado que protocolos con una frecuencia tan alta de entrenamiento tengan mayor eficacia que los primeros.

7. ¿Podría explicarnos brevemente cuál era el objetivo de la investigación de su Tesis doctoral sobre Entrenamiento oclusivo y cuáles han sido los resultados/hallazgos más destacados y/o sorprendentes de la misma?

El objetivo de mi tesis doctoral fue doble. Por una parte se estudió la respuesta de la arquitectura muscular una sola sesión de entrenamiento oclusivo. La arquitectura muscular comprendió, en mi trabajo, el ángulo de penneación fascicular y el grosor muscular. Por otra parte, se estudiaron las adaptaciones de la fuerza y el tamaño musculares a dos volúmenes diferentes de entrenamiento oclusivo. Estos resultados fueron también comparados con los de un grupo de entrenamiento tradicional de alta intensidad. Me centraré exclusivamente en el segundo objetivo, que estimo que es el que mayor aplicación práctica tiene y el que resultará más atractivo para los lectores.

El objetivo de la tesis surgió, por un lado, de la importancia que tiene conocer la influencia de una determinada dosis de entrenamiento sobre las posteriores adaptaciones al mismo y, por otro lado, de la necesidad de comparar los efectos del entrenamiento oclusivo con los del entrenamiento de referencia para producir hipertrofia muscular que, hasta la fecha, es el entrenamiento con resistencias de alta intensidad.

Participaron en la tesis doctoral 39 alumnos de ciencias del deporte, que se dividieron en 4 grupos: un grupo de entrenamiento oclusivo de bajo volumen, un grupo de entrenamiento oclusivo de alto volumen, un grupo de entrenamiento tradicional y un grupo de control. El grupo de entrenamiento oclusivo de bajo volumen llevó a cabo un protocolo de 75 repeticiones por sesión y el grupo de alto volumen realizó 150 repeticiones por sesión. Ambos grupos entrenaron con una intensidad del 20% 1RM. El grupo de entrenamiento tradicional entrenó 3 series de 8 repeticiones con el 85%1RM y, finalmente, el grupo de control no realizó ninguna actividad. Todos los grupos, a excepción del control, entrenaron 2 días por semana en la máquina de leg extension.

Los resultados del estudio demostraron que las adaptaciones de la fuerza y de la masa muscular eran independientes del volumen de entrenamiento oclusivo empleado. Esto significa que el volumen óptimo de entrenamiento podría estar comprendido entre un volumen inferior a las 75 repeticiones por sesión y las 150 repeticiones por sesión. La existencia de un umbral de eficacia ya ha sido demostrada también para el entrenamiento con resistencias de alta intensidad; concretamente, González Badillo publicó en 2005 un estudio en este sentido.

Finalmente, los grupos de entrenamiento oclusivo produjeron un incremento de los grosores musculares del recto femoral y del vasto lateral similares a los del entrenamiento tradicional. En cambio, las mejoras de la fuerza 1RM del grupo de alta intensidad fueron superiores a las de los grupos de entrenamiento oclusivo.

Para aquellos lectores interesados en ampliar esta información, los resultados de estas investigaciones han sido publicados en las siguientes revistas. Los resultados del estudio de arquitectura muscular se publicarán próximamente en la revista Acta Physiologica Hungarica. Los resultados comentados en esta entrevista han sido publicados en:

Martín-Hernández, J., Marín, P. J., Menéndez, H., Ferrero, C., Loenneke, J. P., Herrero, J. A. Muscular adaptations after two different volumes of blood-flow restricted training. Scand J Med Sci Sports. 23(2):e114-20, 2012.

8. Algunas consideraciones finales.

Me gustaría hacer algunas consideraciones finales a esta entrevista. En primer lugar, me gustaría agradecer su atención y su buen hacer al Grupo Sobre Entrenamiento y al Instituto Internacional de Ciencias del Ejercicio Físico y de la Salud. También quisiera dar las gracias a los valientes lectores a los que su interés los ha traído hasta estas últimas líneas de la entrevista.

En segundo lugar, y para concluir, me gustaría que los lectores tuvieran en cuenta que, a pesar de que el entrenamiento oclusivo ha mostrado ser un método seguro, la seguridad de su aplicación depende de la experiencia y los conocimientos del profesional que lo gestione. Quisiera hacer constar que los contenidos de esta entrevista proveen al lector de un primer contacto y atienden a una parte muy pequeña de los conocimientos necesarios para aplicar el entrenamiento oclusivo. Resulta ilustrativo, en este punto, el ejemplo de la electroestimulación neuromuscular. También éste ha demostrado ser un método seguro de entrenamiento, que puede resultar catastrófico si se desconocen cuáles son las corrientes, frecuencias, intensidades y aparatos de estimulación apropiados. La clave de la seguridad se encuentra en poseer la formación y la información adecuadas, que invito adquirir a los lectores bien a través de la conferencia del webinar, bien a través de artículos de revisión que han sido publicados en revistas nacionales de acceso abierto, artículos de revisión de revistas internacionales ó a través del contacto personal en mi correo electrónico. Será un placer atender las cuestiones que les surjan, bien sea antes o durante su experiencia práctica con el entrenamiento en oclusión.

Muchas gracias Dr. Martín, ha sido una entrevista especialmente interesante. Sin duda no nos perderemos la oportunidad de asistir a la conferencia de su Webinar anunciada para el próximo 4 de septiembre: http://g-se.com/es/salud-y-fitness/capacitacion/webinar-de-entrenamiento-oclusivo-un-metodo-para-producir-hipertrofia-muscular