​Envejecimiento muscular, vitamina D y macronutrientes

Publicado 20 de septiembre de 2019, 19:41

​Envejecimiento muscular, vitamina D y macronutrientes

Si hay algo que se conoce suficientemente es que la persona que envejece tiene un deterioro creciente de su masa muscular, proceso que, casi inevitablemente, termina en sarcopenia. En esta involución del tejido tiene mucho que ver lo que se conoce como inflamación crónica de bajo grado (ICBG), manifestado con un incremento sustancial de las denominadas interleuquinas proinflamatorias. Esta alteración es el producto de un lento, progresivo y complejo fenómeno de deterioro a lo largo de la vida, lo que contribuye a recorrer el camino de la fragilidad física, factor central en la pérdida de calidad y reducción de la expectativa de vida (Cruz-Jentoft AJ, et al. Sarcopenia: revised European consensus on definition and diagnosis. Age Ageing. 2019). Transitar esta afectación conduce a padecer, muy probablemente, el sindrome de fragilidad, lo que genera diferentes grados de discapacidades, hospitalización y mortalidad (Vermeiren S, et al. Frailty and the prediction of negative health outcomes: a meta-analysis. J Am Med Dir Assoc. 2016).

Es sabido que la manera de evitar perder músculo está linealmente asociado al consumo suficiente de proteínas, algo que infelizmente es poco probable que acontezca en las poblaciones de edad avanzada, por diferentes razones. Asociado a esto y que últimamente ha merecido el estudio más detenido en lo que a mantención de la masa muscular se refiere, tiene que ver con la vitamina D (VD). Al respecto, hay evidencia de que la circulación de la VD está inversamente relacionada con dos moléculas altamente inflamatorias, la IL-6 y la proteína C reactiva (PCR). Lo relevante de ello es que esta vitamina tiene un efecto antiinflamatorio al contribuir a la regulación de las células inmunes, tal como lo destacan De Vita y colegas (De Vita F, et al. Relationship between vitamin D and inflammatory markers in older individuals. Age (Dordr) 2014). Manios y colegas destacan que hay déficit de VD en el adulto mayor, no solo por una menor exposición a la luz ultravioleta sino también por la disminución en la síntesis y alteración del metabolismo de la misma. Ello, sostienen los investigadores, advierte sobre la necesidad de indicar la suplementación de VD a las personas en edad avanzada (Manios Y, et al. Associations of vitamin D status with dietary intakes and physical activity levels among adults from seven European countries: the Food4Me study. Eur J Nutr. 2018).
Resulta de interés traer acá lo documentado recientemente por Bauer y su equipo de trabajo, los que sostienen que en el estudio PROVIDE, concretado durante 13 semanas suministrando VD asociada a whey protein enriquecida con leucina, mejoraron la masa muscular así como la función de las extremidades inferiores entre los adultos mayores sarcopénicos (Bauer JM, et al. Effects of a vitamin D and leucine-enriched whey protein nutritional supplement on measures of sarcopenia in older adults, the PROVIDE study: a randomized, double-blind, placebo-controlled trial. J Am Med Dir Assoc. 2015). Y sobre ello también Verlaan y colegas se expresaron en igual línea admitiendo que el estudio PROVIDE demostró que los participantes sarcopénicos con concentraciones de VD circulantes basales más altas y una mayor ingesta de proteínas en la dieta, obtuvieron mayores ganancias en la masa muscular después de 13 semanas de intervención (Verlaan S, et al. Sufficient levels of 25-hydroxyvitamin D and protein intake required to increase muscle mass in sarcopenic older adults—The PROVIDE study. Clin Nutr. 2018).
Al presente son varios los trabajos que encuentran una relación estrecha entre la ICBG y el déficit de proteínas en la ingesta, y esto asociado a una menor cantidad de VD circulante, documentándose que esta alteración se mejora con el aporte exógeno de ambas sustancias.
En un reciente trabajo publicado por Rondanelli y colegas, los autores advierten del efecto favorable de la suplementación nutricional oral combinando VD y proteína de suero de leche en los cambios inducidos en la PCR en personas mayores sarcopénicas. Ellos documentan que luego de 3 meses de intervención con suplementos, y esto asociado a ejercicio físico, se apreció una tendencia a que la PCR aumente en el grupo placebo pero que se atenuó en el grupo de intervención (Rondanelli M, et al. Whey protein, amino acids, and vitamin D supplementation with physical activity increases fat-free mass and strength, functionality, and quality of life and decreases inflammation in sarcopenic elderly. Am J Clin Nutr. 2016).
Diferentes estudios advierten que son varias las vías por las cuales las proteínas junto a la VD pueden atenuar la ICBG. Al respecto, Guillot y su equipo sostienen que la VD, entre otros procesos, inhibe la proliferación de células T, limitando así las respuestas proinflamatorias y estimulando la respuesta antiinflamatorias, lo que resulta finalmente en una disminución del perfil inflamatorio (Guillot X, et al. Vitamin D and inflammation. Jt Bone Spine. 2010).
En cuanto a las proteínas, ellas son fundamentales para el anabolismo muscular siendo relevantes por ello en el combate de la ICBG y la consecuente sarcopenia. Sobre ello varios investigadores se han expresado, como es el caso de Paddon-Jones y colegas (Paddon-Jones D, et al. Protein and healthy aging. Am J Clin Nutr. 2015).
De interés también acá es que la leucina tiene fuerte efecto anabólico al estimular la síntesis de proteínas en músculo, proceso que concreta a través de la mTOR, lo que además reduce el catabolismo proteico y puede inducir efectos antiinflamatorios, como lo documentan largamente Xia y su equipo (Xia Z, et al. Targeting inflammation and downstream protein metabolism in sarcopenia: a brief up-dated description of concurrent exercise and leucine-based multimodal intervention. Front Physiol. 2017)
Y dentro de estas ayudas ergogénicas y antiinflamatorias, últimamente es muy estudiado y propuesto como recurso de intervención el β-hidroxi β-metilbutirato (HMB), un metabolito de la leucina. Al mismo se le reconocen, como lo expresan Arazi y colegas, efectos antiinflamatorios y anabólicos en las personas mayores (Arazi H, Taati B, Suzuki K. A review of the effects of leucine metabolite (beta-hydroxy-beta-methylbutyrate) supplementation and resistance training on inflammatory markers: a new approach to oxidative stress and cardiovascular risk factors. Antioxidants (Basel) 2018).
Como puede apreciarse, el envejecimiento natural es un proceso que puede ser debidamente controlado y sostenido en el marco de la salud, actuando con el ejercicio adecuado y estrategias nutricionales correctas. El aporte de proteína de suero de leche y VD son de gran relevancia, y ellas a su vez cuando están asociadas a leucina y HMB, su metabolito, muestran mejoras aun mayores, las que alejan a las personas de edad avanzada del sindrome de fragilidad, la sarcopenia y de la ICBG.
Mientras tanto se pregona sol para activar la VD orgánica a quien termorregula muy deficientemente por envejecimiento y por ello se arropa mucho ocultando piel a febo al quitarle el cuerpo a la intemperie. Y también se advierte que “con la comida alcanza” para incorporar lo que el organismo necesita, menudo desconocimiento se tiene acá sobre las dificultades que hay para absorber y procesar al alimento en las etapas avanzadas de la vida, en la disminución del centro de saciedad asociada a la vejez que lo lleva a comer menos, de la resistencia anabólica para sintetizar proteínas, de las alteraciones hormonales para ayudar al proceso anabólico proteico y, muy especialmente además, de no poder controlar debidamente el catabolismo de las proteínas.