¿Existe una relación entre la fatiga y el torque excéntrico de los Isquiotibiales?

Publicado 5 de mayo de 2021, 11:33

Fatiga y torque excéntrico

Establecida la importancia del torque excéntrico de los isquiotibiales como la relación de torques concéntricas entre los músculos antagonistas del muslo, en relación al factor de riesgo lesional de este grupo muscular, indagar la dinámica de este torque en relación a la fatiga específica producida por estos deportes resulta, al menos, interesante.

Algunos estudios..

En este sentido, Greig (2008), evalúa la respuesta de los torques isocinéticos Q/H tanto concéntricos como excéntricos luego de un protocolo en treadmill que replica la dinámica intermitente del fútbol (105 minutos). El punto débil de este estudio puede atribuirse al hecho de que no contempla los cambios de dirección y frenos o cambios de aceleraciones que aumentan el desarrollo de la fatiga neuromuscular de un jugador. También que la adquisición del torque funcional se realiza comparando iguales velocidades tanto excéntricas como concéntricas para los grupos musculares antagónicos de las velocidades en discrepancia con otros trabajos que relacionan 30 exe H /240 con Q fundamentalmente el de Aagaard et al. (1998) precursores de este ratio.

Aunque algunos datos pueden inferirse, por ejemplo, encontraron que el pico de torque excéntrico disminuye en concordancia con el avance del ejercicio y luego del intervalo de 15 minutos del entretiempo en contraste con el torque concéntrico que se mantiene relativamente estable. Por otro lado, el ratio funcional (medido en este estudio que difiere de lo propuesto para este ratio) tiende a disminuir a velocidades de 180 y 300°/s mientras que a 60°/s se mantiene relativamente estable. El ratio a 180°/s cayó desde 1.05 en 0’ y 1.14 a los 15’ hasta 0.81 a los 105’. El ratio a los 300°/s también sufrió una significativa disminución (de 1.33 min 0 y 1.30 min 15) a (1.07 a los 45 min y 1.03 al final 105 min) así como (1.07 a los 60 min). (FIGURA 7 Y 8)

PicoTorque

Lo más relevante de este estudio es el intento de correlacionar la realidad de la fatiga específica del juego y la evolución del torque excéntrico isquiotibial, donde se muestra una tendencia a la pérdida progresiva de torque en este grupo muscular a diferencia de su antagónico.

Por otro lado, sería interesante, a partir de este estudio, realizar nuevas investigaciones respetando el ratio funcional propuesto por Aagaard et al. (1998) comparándolo con otras modalidades de evaluación de la caída de rendimiento en el fútbol, como por ejemplo test de campo con cambios de dirección como yo-yo test, así como la evolución de este ratio luego de la realización de varias series de entrenamiento específico que puede afectar directamente el torque excéntrico del cuádriceps y ser una manifestación especifica del deporte como los sprint repetidos o RSA (Habilidad de repetir sprint por sus siglas en ingles).

Como referencia a este último párrafo, existe un trabajo de Andrews, Dawson y Steward (2005) que evaluó el ratio convencional y funcional de estos grupos musculares antes y después de un test de RSA (6*40 m con 30 s de micropausa), detectando una pérdida del torque convencional del 12% como respuesta a la fatiga aguda producida por el test, pero no encontró un disminución en el torque funcional.

De este trabajo puede inferirse que la fatiga aguda producida por una sola serie de RSA (respetando el protocolo del test, 1*6 sprint de 40 m) no alcanza para graficar la realidad de la fatiga producida por la repetición de acciones de alta intensidad en el juego en donde, independiente del puesto, los metros recorridos solamente a sprint (+ de 23 km/h) en un partido se encuentra entre 200 m y 460 m, sin tener en cuenta el contexto en donde se recorren estas acciones (m totales recorridos en el juego, m a alta intensidad totales + de 19 km/h) lo que podría influir en formas diferente en el torque funcional, necesitándose un diseño diferente para poder valorar esta relación.

Recientemente avalando la suposición hecha por el autor en el párrafo anterior, Duhing et al (2016) encontraron que exponer a deportistas a volúmenes elevados de carreras de alta intensidad incrementaba el riesgo de sufrir lesiones de isquiotibiales y este aumentaba aún más cuando existían cambios brusco en estos volúmenes dentro del término de 4 semanas de entrenamiento.

Por lo tanto..

A la luz de estos resultados, y relacionándolos con lo que venimos desarrollando, podemos decir que la fatiga neural se pone en juego también en el déficit de torque excéntrico o concéntrico de los isquiotibiales y esto representa un factor de riesgo lesional en los últimos minutos del encuentro. Lo que nos lleva proponer un mayor entendimiento de la etiología de la fatiga, el nivel de fitness de nuestro futbolista y el nivel de adaptación a diferentes umbrales de carga.