Fisiología de la Resistencia Aplicada: ¿Es Posible Ir desde la Célula al Entrenamiento?

Publicado 3 de julio de 2013, 22:55

Fisiología de la Resistencia Aplicada: ¿Es Posible Ir desde la Célula al Entrenamiento?

Es común leer que en una dada charla, artículo, o grupo de trabajo, lo que se busca ir desde el laboratorio al campo, o saltar la brecha que puede separar a ambos. Incluso el slogan de una reconocida asociación norteamericana es “bridging the gap between the science and field” o uniendo el vacío entre la ciencia y el campo.

En más de una oportunidad cuando hablo con colegas, y les comento los resultados de algún estudio interesante, me responden que consideran que mi enfoque es muy teórico, y que no terminan de encontrar aplicaciones al leer un estudio científico. Esto realmente me sorprende, porque salvo algunas excepciones, encuentre realmente muchas aplicaciones de los trabajos de la literatura, incluso de los trabajos en donde a simple vista no hay una aplicaciones al entrenamiento. Pero además hay un aspecto clave a destacar, y es que los estudios científicos tienen mucho de práctico, ya que efectivamente para llevarlos adelante hay que realizar un experimento, y el mismo es práctico no teórico.

Para avanzar sobre el tema considero apropiado ir directamente a ejemplos concretos.

Metabolismo de Sustratos Energéticos durante el Ejercicio

Recientemente estudié un trabajo que me pareció realmente interesante. En el mismo lo autores (Weltman et al., 1998) tuvieron como objetivo principal investigar el efecto del contenido del glucógeno muscular sobre la utilización de sustratos durante el ejercicio de larga duración e intensidad moderada.

Para esto trabajaron con 4 grupos de sujetos entrenados en resistencia (Grupo 1 de bajo contenido de glucógeno y euglucémico, Grupo 2: de bajo contenido de glucógeno, euglucémico e hiperinsulinémico, Grupo 3: de contenido normal de glucógeno, y Grupo 4: bajo contenido de glucógeno e hiperglucémico). Todos los grupos pedalearon durante 145 minutos a una intensidad correspondiente al 70% de su VO2 máx.

Se concluyó que:

1) El agotamiento del glucógeno antes del ejercicio resultó en un incremento de la oxidación de grasas, tanto en reposo como durante el ejercicio, pero no tuvo un efecto sobre la tasa de oxidación de glucosa cuando fue mantenida la euglucemia por infusión de la misma.

2) La infusión de insulina en los sujetos con un bajo contenido de glucógeno muscular incrementó la oxidación de glucosa y disminuyó la concentración de ácidos grasos libres y la oxidación de grasas.

3) La oxidación de glucosa no fue mayor en los sujetos con un bajo contenido de glucógeno en comparación con los sujetos que tenían un contenido normal del mismo, cuando se mantuvo la euglucemia sin hiperinsulinemia.

4) El cambio hacia un mayor metabolismo de lípidos tanto en reposo como durante el ejercicio en los sujetos con un bajo contenido de glucógeno puede haber sido mediado por una vía muscular aferente a través de la norepinefrina o la insulina.

Podemos así preguntarnos que aplicaciones prácticas podemos tomar de este estudio.

Yo pienso que hay varias:

1) Si queremos que un deportista alcanza tasas máximas de utilización de lípidos, más allá de saber que hay una intensidad a la cual la tasa de utilización de los mismos es máxima, y tocamos ese tema en un blog antiguo, tenemos que comprender que es importante que su reserva de glucógeno muscular disminuya para que esto pueda producirse. Notablemente en el trabajo de Weltamn (1998), el grupo que tenía contenido de glucógeno normal se va haciendo “más parecido” al grupo que arranca el esfuerzo con bajo contenido de glucógeno a medida que transcurre el tiempo y su reserva de glucógeno disminuye.

2) Así, si desea que su deportista oxide muchas grasas, además de controlar cuidadosamente su alimentación pre-esfuerzo, se debe comprender que deberá ejercitarse durante al menos 120 minutos de modo que su concentración de glucógeno muscular (el regulador de la tasa de oxidación de lípidos) disminuya significativamente. Para recién ahí entrar a trabajar en su zona Fat Max.

3) Se podría ir más allá, y proponer un entreno solo agua (only water ride), y hemos hablado de ello ya en alguna discusión, con el objetivo de maximizar la oxidación de grasas, y de las adaptaciones al entrenamiento.

Entrenamiento Intervalado

Al parecer, uno de los grandes fisiólogos del ejercicio del siglo pasado, Per Olaf Astrand se planteó una vez la siguiente pregunta: ¿Es una cuestión interesante e irresuelta que tipo de entrenamiento es más efectivo, mantener un nivel que represente el 90% del VO2 máx. durante 40 min, o alcanzar el 100% durante 16 min?.

Con el objetivo de dilucidar que intensidad es la más apropiada para el entrenamiento intervalado, el científico Steven Seiler y sus colaboradores realizaron recientemente una investigación con ciclistas master (VO2 máx. entre 50 y 60 mL/kg/min).

Trabajaron con 4 grupos (3 experimentales y uno de control) cuyos parámetros de la carga se indican abajo. Solo destacar que la intensidad que debían sostener en cada repetición era la máxima sostenible para el tiempo, esto es, la mayor intensidad que se pudiera sostener de manera constante a lo largo de cada repetición.

Intensidad (% de la FC máx.): G1: 88±2, G2: 90±2, G3: 94±2.

Duración: G1: 16 min (tot: 54 min), G2: 8 min (tot:32 min), G3: 4 min (tot: 16 min)

Repeticiones: G1: 4, G2: 4, G3: 4.

Pausa: G1: 3 min, G2: 2 min, G3: 2 min.

Duración: 2 sesiones por semana durante 7 semanas

Los investigadores estudiaron el efecto de los diferentes programas de entrenamiento valorando antes y después de las 7 semanas de entrenamiento intervalado el VO2 máx., la producción de potencia asociada al mismo, la producción de potencia a un concentración de lactato plasmático de 4 mM, y el tiempo hasta el agotamiento al 80% del VO2 máx. Y lo que encontraron es que en forma global el protocolo que mayores beneficios produjo fue el que realizó el grupo 2.

Por lo tanto, a la hora de diseñar un entrenamiento intervalado para ciclistas de nivel medio, y dependiendo del caso particular que se esté analizando, probablemente la intensidad más apropiada sea la que permite sostener el ritmo durante un tiempo de aprox. 8 min, para alcanzar un volumen total de aprox. 30 min, respecto a intensidades más bajas o más altas.

En este escenario, considero que la literatura científica tiene muchísimo para aportarle a los entrenadores del campo puro y duro, y que los mismos deben animarse a buscar, procesar, analizar y aplicar todo lo que los estudios de la literatura tienen para brindar.

Lic. Facundo Ahumada

Capacitaciones Relacionadas

http://g-se.com/es/entrenamiento-de-la-resistencia/f-ahumada-entrenamiento-o/capacitacion/curso-de-preparacion-fisica-integral-en-el-ciclismo-de-ruta-y-montana

http://g-se.com/es/entrenamiento-de-la-resistencia/f-ahumada-entrenamiento-o/capacitacion/webinar-de-la-fisiologia-del-ciclismo_4483

Servicios Relacionados

http://www.facundoahumada.com/servicios

Referencias y Lecturas de Interés

Seiler S. et al. Adaptations to aerobic interval training: interactive effects of exercise intensity and total work duration. Scand j Med Sci Sports; 1-9, 2011.

Weltman et al. Influence of muscle glycogen content on metabolic regulation. Am. J. Physiol., 274 (Endocrinol. Metab. 37): E72-E82, 1998.

http://www.facundoahumada.com/articulos/la-fisiolog%C3%ADa-del-ciclismo