Glucógeno

Publicado 7 de diciembre de 2013, 16:24

Los hidratos de carbono, compuestos por carbono, hidrógeno y oxígeno, representan la principal fuente de energía para la célula, y también son constituyentes estructurales importantes de la pared celular y de las sustancias intercelulares. Se clasifican de acuerdo con el número de monómeros que contienen, en monosacáridos, disacáridos, oligosacáridos y polisacáridos (De Robertis, Hib y Ponzio, 2003).

Los monosacáridos son azúcares simples con una fórmula general Cn(H2O)n, donde n puede ser igual a 3 (triosas), 5 (pentosas) y 6 (hexosas). La glucosa (Figura 1) es una hexosa que constituye la fuente principal de energía para la célula.

Figura 1. Estructura química de la glucosa, en la reacción de activación que implica su transformación en glucosa-6-fosfato. Datos de Robergs et al. (2004).

Los polisacáridos resultan de la combinación de muchos monómeros de hexosas (glucosa), con la correspondiente pérdida de moléculas de agua (hidrólisis). Su fórmula general es (C6H10O5)n. Los polisacáridos más importantes son el almidón y el glucógeno, que representan sustancias de reserva alimenticia en células vegetales y animales, respectivamente (De Robertis, Hib y Ponzio, 2003). En la Figura 2 se aprecia cómo se unen las moléculas de glucosa (monómeros) para formar el glucógeno (polímero) a través de dos tipos de enlaces químicos diferentes (α 1-4, y α 1-6), lo que implica que la estructura química del glucógeno sea ramificada. En la Figura 3 se aprecia la estructura con dos grados de acercamiento diferentes.

Figura 2. Uniones químicas entre monómeros (glucosa) en el glucógeno.


Figura 3. Estructura química del glucógeno con dos grados de acercamiento diferentes, que permiten apreciar el origen de las ramificaciones en la macromolécula, así como los dos tipos diferentes de enlaces (α 1-4, y α 1-6) en la misma.

Es para destacar que tal como se aprecia en la Figura 4, a medida que se incrementa la intensidad del ejercicio menor es la contribución de las grasas como combustible y mayor es la de los carbohidratos. Así, a intensidades por encima del 80% del VO2 máx. el combustible principal es el glucógeno (muscular y hepático).

Figura 4. Variación de la oxidación absoluta (g/min) de grasas en función de la intensidad del esfuerzo (% del VO2 máx.) en sujetos entrenados y desentrenados. Datos de Del Coso et al. (2010).

En la actualidad sabemos que tanto el entrenamiento de baja (LIT), como de alta intensidad (HIT) puede inducir un incremento de la reserva de glucógeno muscular.

En relación al entrenamiento, cierto tipo de entrenamiento intervalado, como el entrenamiento intervalado de esprints (SIT) puede inducir en forma aguda una disminución dramática de la reserva de glucógeno muscular. Y la evidencia experimental muestra como este tipo de entrenamiento puede inducir también un incremento crónico significativo de la reserva de glucógeno muscular.

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Referencias y Lecturas de Interés

De Robertis Eduardo M. F., José Hib, Roberto Ponzio. Biología Celular y Molecular de De Robertis. Ed. El Ateneo, 2003.

Del Coso J, Hamouti N, Ortega JF, Mora-Rodriguez R. Aerobic fitness determines whole-body fat oxidation rate during exercise in the heat. Appl Physiol Nutr Metab, 35 (6): 741-8, 2010.

J. Duncan MacDougall, Audrey L. Hicks, Jay R. MacDonald, Robert S. McKelvie, Howard J. Green, y Kelly M. Smith. Muscle performance and enzymatic adaptations to sprint interval training. J Appl Physiol 84 (6): 2138-2142, 1998.

Robergs Robert, Farzenah Ghiasvand, and Daryl Parker. Biochemistry of exercise - induced metabolic acidosis. American Journal of Physiology; 287, R502-516, 2004.

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