Importancia de la posición corporal durante el nado a crol
Publicado 8 de marzo de 2016, 17:00
En una evaluación a través de hojas de observación de la técnica de crol, se establecen diferentes ítems o apartados que el entrenador debe evaluar y catalogar sobre el cumplimiento o no de estos por parte del nadador (ver ejemplo de herramienta “hoja de observación del estilo crol”, proporcionada en Excel sobre el nado estilo crol). Dichos apartados pueden ser más o menos concretos, si bien todos se pueden agrupar en 5 grandes categorías:
- Evaluación de la brazada subacuática
- Evaluación de la posición corporal
- Evaluación de la coordinación
- Evaluación del batido
- Evaluación del recobro
Estos grandes bloques tienen en su conjunto una relevancia relativa respecto a la “eficiencia” total del nado a crol , lo que nos permite establecer una puntuación subjetiva, siendo el 100% un acercamiento a la técnica “optima”. Como vemos en la Figura 1, esta propuesta de Arellano (2010), refiere a la brazada subacuática y a la posición corporal, más de un 60% de la responsabilidad de dicha relevancia, y si profundizamos en este planteamiento, observamos un único ítem, es responsable de un 10% , que hace referencia a la resistencia hidrodinámica general y que corresponde a la necesidad de que el cuerpo se mantenga extendido, alineado y horizontal en todas las fases del nado, permaneciendo las piernas “escondidas” detrás del cuerpo.
Figura 1: Relevancia de las ejecuciones técnicas del estilo a crol (Ortega J., 2015. Adaptado de Arellano 2010).
Y es este punto al que según Arellano (2010), debemos insistir por encima de otros factores, aspecto que normalmente no ocurre, centrándonos sobre manera en la brazada subacuática, “olvidando” la posición de la cabeza, el cuerpo, el “zigzagueo”, la patada en tijera, el hundimiento de la cadera….
¿Y en qué influye el equilibrio o posicionamiento corporal de cara al desplazamiento de nado?. Para comprenderlo debemos de recurrir a la a hidrodinámica o dinámica de fluidos aplicada a la natación, que es la ciencia que estudia los fenómenos que se producen cuando un cuerpo está sumergido en un medio líquido y adquiere movimiento y los factores que afectan a este. Según esto podemos considerar al nadador en el agua como un sistema de fuerzas: resistencia, propulsión, peso, flotación o empuje (Figura 2).
No es objetivo de este escrito el profundizar sobre este aspecto, si bien si es necesario comprender que según como se conjuguen estas fuerzas obtendremos un resultado u otro; y es aquí donde surge los conceptos de equilibrio y linealidad corporal durante el desplazamiento, pues según nuestra posición de las piernas, cadera, entrada de la mano y cabeza, tendrá un efecto sobre el incremento de la resistencia a la forma (Figura 3) y por ende, repercutirá en la velocidad de desplazamiento del nadador.
Figura 3: Efecto de la desalineación lateral sobre la resistencia de forma (Costill et al, 1992)
Llegado a este punto cabe preguntarse, ¿qué consejos podemos dar para mejorar nuestro posicionamiento corporal?.
La clave es que el cuerpo permanezca completamente alineado, vertical y horizontalmente, con las caderas elevadas y sin que las piernas desciendan en exceso. Debemos imaginar una vara de acero que atraviesa firme desde la cabeza por la columna. El cuerpo (cadera y tronco) rotará durante el rolido, alcanzando su punto máximo en el inicio del recobro del brazo, punto donde se produce la respiración de forma que así se mantenga la correcta alineación. Atención especial requiere por un lado la entrada de la mano en el agua, pues si la realizamos muy cerrada, o muy abierta, repercutirá en la linealidad lateral, tal y como se ve en la Figura 3. Y por otro lado, la posición de la cabeza, pues nos puede servir y es reflejo, de la modulación del resto del cuerpo. La cabeza debe situarse en posición natural en línea con los hombros y alineada horizontalmente con el tronco, sin modificaciones sobre el plano y manteniéndose durante la respiración, la cual debe realizarse por rotación del cuerpo y no por giro de la cabeza, este es un punto importante. Como curiosidad del valor que supone la posición de la cabeza, añadir que en la actualidad se están desarrollando prometedores dispositivos que se colocan en la cabeza bajo el gorro, que aportan feedback durante el nado sobre diferentes aspectos técnicos referentes a la linealidad corporal, respiración, etc. (ver http://swimbot.net/en). En la Figura 4 se trata de manera gráfica alguno de los aspectos recién comentados:
Figura 4: Aspectos importantes para una correcta posición corporal (Ortega J. , 2015)
Respecto a los errores que como entrenadores o deportistas podemos encontrarnos en esta parcela, derivan todos los referidos a la no consecución de los ítems anteriormente comentados, esto es, posición de la cabeza excesivamente hundida y/o mirando hacia abajo (1), caderas caídas (2) (aspecto muy común y grave por el incremento de la resistencia que origina, y que ocurre cuando se produce una respiración incorrecta con cabeza erguida, común por ejemplo en triatletas que buscan la orientación de la boya ), una pobre o excesiva rotación (3-4), lo que origina un nado plano o un excesivo giro y consecuente retraso en la rotación hacia el lado contrario, retrasando en la respiración, pérdida del equilibrio y pausa en el batido (Figura 5).
Controlar la entrada de la mano en el agua que no se cruce por la línea del hombro, no abusar del nado con el pull – boy, ser conscientes y “jugar” con la posición de la cabeza , mejorar el batido, mejorar el equilibrio tanto dorsal, lateral como ventral, giros controlados 360º, contrastes nadando “hacia abajo” o “avestruz” (escondiendo la cabeza), “sacando el trasero”, … son algunos de los ejercicios que podemos realizar para hacernos conscientes de este importante y muy a menudo descuidado aspecto técnico del nado.
AUTOR:
Jorge Ortega Díez
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