El timing proteico en la vejez según la pérdida proteica
Publicado 5 de septiembre de 2017, 8:56
Si alguna duda no cabe es que el contenido total de proteína (PROT) del cuerpo, así como la masa muscular, disminuyen con el envejecimiento. El problema que esto trae es de tal gravedad que se buscan maneras de atacar esta condición dado que su descontrol hacia la pérdida del referido macronutriente tiene un vínculo con cambios en la composición corporal que aumentan el riesgo de enfermedad crónica, discapacidad y finalmente la muerte. Así entonces, considerar el aporte de PROT en todas las edades y prácticamente bajo cualquier condición es incuestionable. El tema en este punto es ponderar cuál es la cantidad a consumir así como el mejor momento para hacerlo según ciertos aspectos que deciden sobre ello.
A pesar de ciertas afirmaciones sobre la inexistencia de la ventana anabólica (Aragon A, Schoenfeld B, Nutrient timing revisited: is there a post-exercise anabolic window? Journal of the International Society of Sports Nutrition 2013),
diversos estudios han dado evidencia (y continúan haciéndolo) que cuando estas se consumen inmediatamente luego del ejercicio, hay un mayor potencial para la acumulación de PROT en el cuerpo (Esmarck B, et al. Timing of postexercise protein intake is important for muscle hypertrophy with resistance training in elderly humans. J Physiol. 2001); (Holm L, et al. Protein-containing nutrient supplementation following strength training enhances the effect on muscle mass, strength, and bone formation in postmenopausal women. J Appl Physiol. 2008); (Jordan L, et al. Nitrogen Balance in Older Individuals in Energy Balance Depends on Timing of Protein Intake. Journal of Gerontology: BIOLOGICAL SCIENCES. Published by Oxford University Press on behalf of The Gerontological Society of America. Cite journal as: J Gerontol A Biol Sci Med Sci. 2010). Y esto no es un detalle más porque, si de patologías se trata, aprovechar el mejor momento para ingerirlas debe ser una decisión a no menospreciar. Todo esto, especialmente, porque el efecto anabólico del ejercicio y la subsiguiente nutrición proteica puede jugar un papel importante en los tratamientos terapéuticos en las personas mayores para preservar la masa muscular como luego veremos.
No siempre se ha considerado la cantidad de PROT a suministrar, tan solo se tuvo en cuenta que ellas se consuman. Y en este punto deben ser analizados varios aspectos, entre los que se destacan: 1) lo que cada sujeto necesita en función a lo que pierde catabólicamente de proteínas en un momento dado, 2) la cantidad de leucina que estará presente en dicha dosis ya que al menos debe dicho aminoácido alcanzar el umbral anabólico proteico y, también, y no menos relevante, 3) que esté el suficiente nitrógeno (NTG) para que se garantice la síntesis proteica adecuada. Respecto de esto último, es de destacarse que dado que las PROT son el principal compuesto nitrogenado del organismo, la variación de NTG acaba por expresar la variación de la PROT total del cuerpo (WHO. Protein and Amino Acid Requirements in Human Nutrition. Vol. 935. Geneva, Switzerland: WHO Press; 2007).
Ya hace unos años Friedlander y colegas dieron evidencia que si la ingesta de energía es insuficiente y existe además un balance nitrogenado (NBAL) negativo, la pérdida de masa corporal magra será el resultado final (Friedlander AL, et al. Three weeks of caloric restriction alters protein metabolism in normal-weight, young men. Am J Physiol Endocrinol Metab. 2005). Merece una especial consideración aquí justamente el hecho de que la síntesis proteica es costosa desde un punto de vista energético, por lo que si existiera al momento del consumo de este nutriente un aporte disminuido de carbohidratos (CHO), en esta fase de anabolismo proteico el aporte energético extra provendrá de la oxidación de AA para garantizar la producción de ATP (Buttgereit F, Brand MD. A hierarchy of ATP-consuming processes in mammalian cells. Biochem J. 1995). En este aspecto y muy importante para ser atendido, hace ya más de 50 años Calloway había documentado que cuando el balance energético es positivo, las pérdidas de NTG se atenúan (Calloway DH, Spector H. Nitrogen balance as related to caloric and protein intake in active young men. Am J Clin Nutr. 1954).
Analizar la merma de PROT por ejercicio justifica conocer datos vinculados a la de NTG ya que ello advertirá la magnitud de la pérdida de PROT y, a partir de ello, cuantificar la reposición. Hace ya más de 3 décadas Todd y colegas mostraron que sujetos jóvenes realizando un esfuerzo aeróbico de 1 hora de duración generaron en pérdida de NTG sustancial (Todd KS, et al. Nitrogen balance in men with adequate and deficient energy intake at three levels of work. J Nutr. 1984). Contemporáneamente, también se dio evidencia de que la síntesis de PROT aumenta de forma aguda después ese tipo de ejercitación de características intensas (Devlin JT, Brodsky I, Scrimgeour A, Fuller S, Bier DM. Amino acid metabolism after intense exercise. Am J Physiol. 1990). Pero también documentaron que el consumo de una bebida que contiene PROT puede aumentar este efecto anabólico más que una bebida isocalórica conteniendo tan solo CHO. Y a todo esto un dato más, como es el que aporta Holm y colaboradores al mostrar que la suplementación de proteínas después del ejercicio incrementan la fuerza, la masa muscular y la ganancia de tejido óseo en mujeres mayores luego de un entrenamiento de levantamiento de pesas durante un tiempo prolongado (Holm L, Olesen JL, Matsumoto K, et al. Protein-containing nutrient supplementation following strength training enhances the effect on muscle mass, strength, and bone formation in postmenopausal women. J Appl Physiol. 2008).
El efecto del ejercicio y la carga proteica adecuada optimizan la situación anabólica corporal, y ello en virtud al estímulo generado por la propia actividad así como el aporte primario básico que representan las PROT para la síntesis, tal como lo destaca Miller (Miller BF. Human muscle protein synthesis after physical activity and feeding. Exerc Sport Sci Rev. 2007). En todo esto, vuelve a comprobarse la existencia, y por ello la valoración, del timing proteico óptimo, esa ventana anabólica en su consideración primaria, ahora en adultos mayores.
Pero hay más. Las pérdidas diarias de NTG en reposo se estiman en alrededor de 1g para una persona de alrededor de 70kg (7mg/kgPC/día por orina y sudor y 500mg en materia fecal). Considerar que las pérdidas de entre 20 y 30g de NTG equivalen a 1kg de músculo podría no ser preocupante para un sujeto joven y saludable y bien nutrido, ya que ello es propio del territorio patológico y se puede ver en individuos hospitalizados en la UCI, ya que se tiene muy en cuenta que la pérdida del 40% de la masa muscular del paciente es incompatible con la vida.
Pero en el entrenamiento deportivo o en el control de la masa muscular en viejos, por caso, conocer que 6,25g de PROT aportan (o se pierden si no se repone lo suficiente) 1g de NTG, es un dato a tener en cuenta. Porque el efecto es acumulativo. En este punto, y como muestran Esmarck y Holm en otros tantos trabajos independientes y citados anteriormente, hay un mayor potencial para la acumulación de PROT cuando la ingestión se concreta inmediatamente después del ejercicio. Incluso Holm demuestra que existe un mayor potencial para permanecer positivo un balance nitrogenado cuando la proteína se consume inmediatamente después del ejercicio. Así y en apoyo a esto, una investigación con mujeres mayores que ingirieron PROT luego de entrenamiento de fuerza durante 6 meses, mostraron incrementos de la masa muscular de 0,9kg.
Finalmente y como un aporte más a lo que un adulto mayor debe ingerir en el post esfuerzo, Katsanos y colegas (Katsanos CS, et al. Aging is associated with diminished accretion of muscle proteins after the ingestion of a small bolus of essential amino acids. Am J Clin Nutr. 2005) y también Paddon-Jones y colaboradores (Paddon-Jones D, et al. Amino acid ingestion improves muscle protein synthesis in the young and elderly. Am J Physiol. 2004) documentan que incluso 7g de AA esenciales no logran favorecer una síntesis proteica adecuada. Pero el hecho de que ella se asocie a PROT puede significar incrementar el aporte de leucina contenida en ellas.
Finalizando y tomando literalmente la conclusión de Jordan en el trabajo de investigación citado aquí, los autores sostienen que….. “Debido al potencial de equilibrio positivo a largo plazo de las PROT y al mantenimiento de la masa muscular, el momento de una fuente proteica de alta calidad después del ejercicio debe incluirse como parte de las guías de proteínas actuales para los ancianos”.