Predicción de Comportamiento: El entrenamiento alcanza otro nivel

Publicado 10 de noviembre de 2016, 11:49

Predicción de Comportamiento: El entrenamiento alcanza otro nivel

PREDICCIÓN DE COMPORTAMIENTOS

Siguiendo nuestra línea de Innovación en Ejercicio Físico y Salud para lograr profesionales formados en competencias profesionales transversales, os acercamos una nueva propuesta formativa orientada a diseñar entrenamientos más eficientes a partir de conocer las bases del comportamiento predictivo.

¿Influye nuestra personalidad en el Rendimiento? ¿podemos diseñar entrenamientos más eficaces y de mayor impacto?

Vivimos en una sociedad obsesionada por el cambio personal, sin embargo, los rasgos de personalidad permanecen, según la biología y evidencia científica, estables a lo largo de la vida de una persona. En este sentido, el debate entre lo que la herencia-el ambiente puede influir en la forma de comportarse de una persona sigue aún vigente. Los profesionales del ejercicio físico y la salud deben no solo interiorizar estas bases biológicas del comportamiento humano, también deben aprender a utilizarlas de forma orientada hacia el diseño de dinámicas y entrenamientos. En definitiva, la psicología clínica nos aporta competencias profesionales de aplicación múltiple en el trabajo con y para personas.

La personalidad es «nuestra forma de ser». Es el mejor predictor de nuestro comportamiento. Está compuesta por «rasgos». Los rasgos son la predisposición a comportarnos de una forma relativamente consistente (en diversas situaciones y lugares) y relativamente estable (en distintas ocasiones). El estado sin embargo, es pasajero. Se da en un momento determinado y luego desaparece, es sustituido por otro. Nos lleva a confusión pensar que los estados emocionales, que son variables, repercuten en nuestra estructura de personalidad.

G. W. Allport (1966) definía el rasgo de esta manera: «Sistema neuropsíquico generalizado (común a todos los individuos) y focalizado (particular), que tiene la propiedad de volver funcionalmente equivalentes gran número de estímulos y desencadenar y guiar formas equivalentes de comportamiento adaptable y expresivo».

Es muy interesante la posibilidad de predecir la conducta de un individuo a partir del conocimiento de sus principales rasgos. Este «por qué» tiene que ver con que entran en juego motivaciones, presiones momentáneas, influencias específicas, el estado de ánimo del sujeto, el rango de edad, el sexo, las vivencias del pasado, etc. Si enmarcamos todas estas variables teniendo en cuenta la genética del individuo, entonces afinaremos nuestra predicción hasta límites insospechados.

Pero no somos solo genética, los científicos genetistas no han podido todavía identificar los rasgos de personalidad en el genoma, y es que el producto final de lo que somos se compone de muchos factores, somos organismos complejos. Como si de una orquesta se tratase, podemos identificar a todos sus miembros, pero si los aisláramos, serían instrumentos solitarios y el resultado dejaría de ser una orquesta. En definitiva, tanto el aprendizaje como la genética, juegan un papel fundamental e inseparable.

Si es cierto que nuestro sistema cerebral refleja signos de especialización innata dos hermanos educados en una misma familia se parecen por los genes que comparten. (Steven Pinker ,2002)

Veamos qué dicen los estudios sobre el tema:

La correlación entre personalidades si tomamos como ejemplo dos hermanos uno de ellos biológico y el otro adoptado la correlación entre sus personalidades es de 0,es decir, ambos niños no se parecerán entre sí a pesar de haber vivido en la misma familia .

Sin embargo la correlación entre personalidades de los gemelos idénticos criados por separado ronda el... 90%. Es decir, ambos niños se parecerán enormemente entre sí a pesar de haber vivido en familias distintas (Bouchard et al., 1988). Por tanto ¿Tiene sentido diseñar entrenamientos sin tener en cuenta la predisposición genética del individuo, ya no solo fisiológica, sino también psicológica?

Por tanto podemos concluir sobre el debate Herencia VS Ambiente que un 50% de nuestra forma de ser depende de los genes, un 0% depende de la experiencia compartida ( aunque suene sorprendente, no influye en tu forma de ser que te críes en una u otra familia), y un 50% depende de la experiencia privada. (Juan Espinosa, M., y García Rodríguez, L. 2004).

Esta «experiencia privada» son nuestros genes en interacción con lo que nos pasa. Este concepto de experiencia privada es muy importante. La sociedad atribuye a la experiencia compartida el moldeamiento de la personalidad (por ejemplo, dos hermanos que comparten el mismo ambiente familiar, el mismo colegio, etc.) La evidencia que viven los padres es que un hermano se adapta mejor que otro a los diferentes ambientes y que sus hijos, de hecho, son diferentes. Pero lo importante es la experiencia privada de cada hermano en cada situación. Su personalidad interactuando con el ambiente. Mi hermano y yo podemos haber ido al mismo colegio y, sin embargo, yo puedo tener un maravilloso recuerdo de mi paso por él y mi hermano aborrecer esa etapa de su vida.

Toda experiencia está mediatizada por nuestra personalidad. Es la personalidad la que manda, la que le da un sentido u otro a la experiencia vivida. Soy «yo niño», con mis genes, mi personalidad, el que modulo lo que el ambiente me ofrece, el que elijo unas experiencias sí y otras no, el que vivo de forma agradable o desagradable una situación.

Bases Biológicas de la Personalidad

El Modelo PEN

Hans Jürgen Eysenck (1916-1997) hipotetizó las bases biológicas de la personalidad. Propuso tres grandes rasgos: Psicoticismo, Extroversión y Neuroticismo

(Modelo PEN) que tienen una base biológica ya demostrada, un fuerte componente genético y que no son modificables por el ambiente. Este es el origen del nuevo paradigma que Eysenck definió en los años 70.Veamos una pequeña descripción de las bases biológicas de estos tres grandes rasgos. (Eysenck, H. J. 1989).

  • Extroversión

Ser más o menos extrovertido depende de la activación cortical. La activación cortical es la energía que produce nuestro cerebro. Es como el «ralentí» del cerebro. En el tronco del encéfalo (donde termina el cerebro y comienza la columna vertebral) hay unos sistemas que regulan la activación cortical. En concreto esta depende del Sistema Activador Reticular Ascendente (SARA). Esta activación se puede medir y ver con técnicas de neuroimagen.

El funcionamiento de estos sistemas tiene una base genética que da lugar a personas más o menos extrovertidas. Las personas con poca activación cortical son extrovertidas. Si se tratara de un coche diríamos que Tienen un «ralentí bajo», «se calan», se aburren. Como la activación cortical sube si introducimos estimulación externa, los extrovertidos buscan constantemente estimulación hasta alcanzar niveles en los que se encuentren bien.

Alcanzamos nuestros máximos de extroversión en la adolescencia y en la primera parte de la juventud y luego vamos «introvertiéndonos». Sin embargo, mantenemos nuestra puntuación respecto a la curva normal de nuestra edad y sexo, es decir, si yo era el más extrovertido del instituto, seré el más extrovertido de la residencia para mayores, aunque seré mucho más introvertido a los cincuenta que a los dieciocho años.

  • Neuroticismo/ Reactividad Emocional

Ser más o menos reactivo emocionalmente depende del Sistema Nervioso Autónomo (SNA). Tenemos dos sistemas, el Sistema Nervioso Central (SNC), compuesto por el encéfalo y la médula, y el Sistema Nervioso Autónomo (SNA), más difuso y que regula todos nuestros órganos y funciones como la digestión, la circulación, etc. El SNA se divide a su vez en dos sistemas, el Simpático y el Parasimpático. Son dos sistemas que regulan nuestra activación. Cuando uno se activa, el otro se inhibe. Por ejemplo, cuando hacemos deporte se activa el Simpático transformándose en el hígado el glucógeno en glucosa que es enviada a los músculos que la consumen produciendo energía. Cuando se pone en marcha el Parasimpático nos relajamos, nos dormimos, disminuye la frecuencia cardíaca, la tensión arterial,… Podemos percibir la puesta en marcha del Sistema Parasimpático cuando asistimos a una conferencia aburrida después de una copiosa comida ,es difícil mantenerse despierto.

La reactividad emocional (Neuroticismo) se regula a través de nuestro Sistema Simpático. Si nuestro Simpático es muy sensible y se dispara rápido, entonces es que somos más reactivos emocionalmente que aquellos a los que no se les dispara. El reactivo siente más, se enfada más, se altera más, llora más, ríe más, disfruta y siente más. Si soy estable (poco reactivo) será difícil que me altere, y si soy muy muy estable, me dirán que «no tengo sangre en las venas».

Los máximos de reactividad emocional se alcanzan otra vez durante la adolescencia. Estadísticamente las mujeres son más reactivas por lo que, en general tienen una riqueza emocional y una gestión de las emociones mucho mayor y mejor que la de los hombres, que son menos reactivos . Recordemos que los rasgos se distribuyen en curva normal, por lo que también hay hombres muy reactivos y mujeres muy estables.

  • Independencia emocional

Este es el rasgo del que más se ha tardado en demostrar su base biológica (finales de los años 90). Ser más o menos «emocionalmente independiente» depende de la amígdala cerebral. La amígdala es un núcleo nervioso (grupo de neuronas) que está en el centro del cerebro y regula la gestión de las emociones (y que no tiene nada que ver con las amígdalas de la garganta). Tampoco hay que confundirla con la cantidad de emoción sentida, que tiene que ver con la reactividad emocional.

La independencia emocional está regulada por el circuito córtico-amigdalar. En concreto, con como se relaciona la amígdala con la corteza cerebral. A este circuito se le llama el «Fight-Flight System» (FFS) (literalmente «Sistema de Lucha-Huida»). Cuando este sistema es sobrerreactivo (reacciona mucho y rápido), las personas son temerosas y huyen ante una amenaza. Cuando el FFS es infrarreactivo (apenas reacciona), las personas son temerarias, atacan ante una amenaza y no tienen miedo.

Este sistema explica muchos matices de nuestro comportamiento que tienen que ver con como nos relacionamos. Por ejemplo, en los dependientes emocionales resuenan mucho las emociones de los demás. Son más empáticos de una forma natural.

Así pues, existen tres grandes rasgos de personalidad: Extroversión, Reactividad emocional e Independencia emocional con base biológica demostrada que pueden ayudarnos de forma muy certera a diseñar entrenamientos que sean tanto en su forma como en su contenido mucho más eficientes. ¿Cómo utilizar esta potente herramienta en el ámbito del ejercicio físico y la salud? ¿Y en el Rendimiento Deportivo?

Para profundizar en el poder de la predicción de comportamiento para el diseño de dinámicas de entrenamiento cada vez más eficientes, individualizadas e innovadoras, os invitamos a participar en el próximo webminar que impartirá la Psicóloga Clínica Mara Aznar: http://iicefs.org/es/capacitacion/prediccion-compo...

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Referencias Bibliográficas

Allport, G. W. (1966). Traits revisited. American psychologist, 21 (1), 1.

Cain, S. (2012). El poder de los introvertidos. Barcelona: RBA Libros

Cattell, R. B. (1963). Theory of fluid and crystalized intelligence: a critical experiment. Journal of Educational Psychology, 54, 1- 22. Costa Jr, P. T., y McRae, R. R. (1992). Revised NEO Personality

Inventory (NEO-PI-R) and NEO Five-Factor Inventory (NEO-FFI) professional manual. Odessa, Florida: Psychological Assessment Resources

De Juan Espinosa, M., y García Rodríguez, L. (2004). Nuestra personalidad: En qué y por qué somos diferentes. Madrid: Editorial Biblioteca Nueva.

Eysenck, H. J. (1989). El lugar de las diferencias indivi - duales en la psicología científica. Estudios de Psicología, 10 (39-40), 159-206.

Pinker, S. (2002). La tabla rasa. La negación moder - na de la naturaleza humana. Barcelona: Paidós Ibéri - ca.

Bouchard, T. J., Lykken, D.T., Rich, S., Segal, N. L., Tellegen, A. y Wilcox, K. J. (1988). Personality similarity in twins reared apart and together. Journal of personality an Social Psychology, 54 (6), 1031-1039

Doin, G. y Guzzo, V. (2012, Agosto). La educación prohibida [Archivo de video]. Recuperado de: https://archive. org/details/LaEducacionProhibida

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Harris, J. R., (2002). El mito de la educación. Barcelona: Random House Mondadori.

Darwin, C. (2009). Autobiografía. Pamplona: Laetoli.

Jung, C.G. (1968). Psychology and Alchemy, Collected Works of C.G. Jung, Volume 12. Princeton, N.J.: Prince - ton University Press


Autora: Mara Aznar Briones

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