Pruebas de producción energética aplicadas a los Deportes Colectivos. Laboratorio vs Campo.

Publicado 2 de septiembre de 2014, 15:12

Pruebas de producción energética aplicadas a los Deportes Colectivos. Laboratorio vs Campo.

Uno de los debates que aparece a lo hora de tratar el aspecto de la valoración física se produce en torno a qué pruebas serán “mejores”, más fiables, útiles, reales, etc. Por un lado, encontramos las pruebas de laboratorio, son aquellas que debido a su diseño y procedimiento permiten una alta confianza (validez, reproducibilidad, etc.), sin embargo tienen una baja validez ecológica. Por otro lado tenemos las pruebas “de campo”, son aquellas que por sus características implican menor confianza pero representan una alta validez ecológica. Ambos tipos de pruebas serán adecuadas dependiendo de lo que se quiera valorar. En definitiva, las pruebas deberán proporcionar un perfil físico y una descripción de las características fisiológicas, intentando al final ayudar a alcanzar el rendimiento (éxito) deportivo.

De esta forma, nos encontramos con las pruebas de laboratorio, las cuales normalmente se realizan aplicando un ejercicio de intensidad progresiva máxima, que permite conocer el consumo máximo de oxígeno (VO2máx) y la velocidad máxima aeróbica (VAM) entre otros parámetros. El posible problema de este tipo de pruebas es que se requiere de un laboratorio y un equipamiento costoso, y que además normalmente las realizan médicos o fisiólogos. Es posible que no todo el mundo disponga de estos medios.

Por otro lado, disponemos de pruebas que persiguen estimar algunos de los mismos parámetros pero que se realizan en el campo. Este tipo de pruebas se presentan como una solución cuando no se disponen de los medios necesarios para realizar las pruebas de laboratorio. También tienen la ventaja de que permiten valorar a más (o todos) los deportistas a la vez. En este caso, estas pruebas se pueden dividir en 1) pruebas continuas y 2) pruebas intermitentes.

Tomado de Torres-Ronda 2013 (http://www.lorena-torres.com/ ).

Las primeras pruebas para determinar aspectos metabólicos en deportes colectivos provienen de deportes de prestación, donde se realizan pruebas continuas, entre las que se destacan algunas como el Test De Cooper(Cooper, 1968), el Test de Montreal(L. Leger & Boucher, 1980) y el Test de Leger(LA Leger & Lambert, 1982). El resultado de estas pruebas permite estimar el VO2máx, así como la VAM. El test de Leger o test de 20-m SRT, a diferencia de los otros, introduce el concepto de cambios de dirección (180° para cada cambio de dirección). Esto, en un primer momento, apareció como algo interesante para deportes colectivos en los cuales se producen cambios de dirección. Sin embargo, su resultado final supone menor precisión a la hora de poder estimar variables como el VO2máx o la VAM.

A partir de este tipo de pruebas han ido apareciendo otras diseñadas para evaluar el rendimiento aeróbico-anaeróbico en deportes colectivos. Una de las más utilizadas es el Yo-Yo Intermittent Recovery Test (Niveles IR1 y IR2) (J Bangsbo, Iaia, & Krustrup, 2008; Krustrup et al., 2003a,2003b). Encontramos una gran cantidad de estudios y en diferentes deportes (Fútbol, Baloncesto, Rugby, Balonmano, Hockey, etc.) que utilizan esta prueba. La misma está diseñada para:

* Alcanzar la Frecuencia Cardiaca máxima (FCmáx) y estimar el VO2máx (AER).

* Medir la capacidad anaeróbica, la capacidad de recuperación entre esfuerzos y la capacidad de aceleración (asociada al estrés neuromuscular).

* Valorar las habilidades en los sprints repetidos (RSA) y los cambios de dirección (COD).

Representación esquemática del Yo-Yo de recuperación intermitente nivel 1 (Yo-Yo IR1) y nivel 2 (Yo-Yo IR2). Tomado de Bangsbo 2008.

Más recientemente, el 30-15 Intermittent Fitness Test (IFT) (Buchheit, 2008a,2008b) también está siendo utilizado para este tipo de valoración en diferentes deportes colectivos, especialmente en Fútbol, aunque también en Balonmano y más recientemente en Baloncesto. La diferencia principal con el anterior es que al finalizar este test se obtiene la Velocidad IFT (VIFT), velocidad que sirve como referencia para programar entrenamientos intermitentes/interválicos de alta intensidad de forma lineal (analítica), si el objetivo es seguir este tipo de metodología de entrenamiento.

Espacio preparado para el 30-15IFT mostrando un ejemplo de dos carreras intermitentes. Para la carrera a 8.5 km.h-1 (aproximadamente 69,2 m en 30 segundos), los sujetos comienzan en línea A, corren hasta la línea C (cruzando la línea B) y luego regresan. Después de cruzar la línea B nuevamente, se detienen a los 8,5 m y caminan hasta la línea A durante los 15-s de recuperación para estar listos para la siguiente etapa. Para la carrera en 11.5 km.h-1 (sobre 91,2 m en 30 segundos), los sujetos comienzan en la línea A, hacen una ida y vuelta completa parando después de 9,5 m cuando se va hacia la línea B, caminando a la línea B durante los 15 segundos de recuperación que tienen para el siguiente arranque. Obsérvese que el cálculo de distancias tiene en cuenta el tiempo necesario para los cambios de dirección. Tomado de Buchheit 2010.


Además de estas pruebas, podemos encontrar otras, como una muy reciente publicada por el grupo de Castagna, Impellizeri, Manzi (entre otros), 45-15 Test for Aerobic Fitness in young soccer players(Castagna, Iellamo, Impellizzeri, & Manzi, 2014), un grupo de investigadores de referencia, ya que es de los que más ha publicado sobre valoración física en Fútbol.

Uno de los inconvenientes que se asocia a este tipo de pruebas es el hecho de que “miden” varios factores físicos [la capacidad anaeróbica, la capacidad de recuperación entre esfuerzos, la capacidad de aceleración (asociada al estrés neuromuscular) y las habilidades en repetir sprints (RSA), junto con los cambios de dirección (COD)]. Esto supondría, que un jugador podría compensar el resultado de los diferentes condicionantes (por ejemplo, una pobre potencia aeróbica con una gran capacidad anaeróbica), o que dos jugadores alcanzaran un mismo resultado con perfiles fisiológicos diferentes. Simplemente, para tenerlo presente.

Aunque no es específica de los deportes colectivos (se obtiene de un test continuo y sin cambios de dirección) la velocidad máxima aeróbica (VAM) se sugiere como medida para la determinación (o reflejo) de la potencia máxima aeróbica del jugador, que además integra la economía de carrera (Di prampero, Atchou, Bruckner, & Moia, 1986). Esta medida se puede utilizar como referencia para la programación del entrenamiento de alta intensidad (Dupont, Akakpo, & Berthoin, 2004).


Lorena Torres-Ronda para Stefano Benítez Capacitaciones G-SE 2014.

La Dra. Lorena Torres Ronda dictará la asignatura Evaluación, programación y control del Entrenamiento en el Curso Internacional de Entrenamiento en Deportes Colectivos.


Referencias Bibliográficas.

Bangsbo, J., Iaia, F. M., & Krustrup, P. (2008). The Yo-Yo intermittent recovery test.Sports medicine,38(1), 37-51.

Buchheit, M. (2008a). 30-15 Intermittent Fitness Test and repeated sprint ability. Science & Sports, 23(1), 26-28. doi: 10.1016/j.scispo.2007.12.002

Buchheit, M. (2008b). The 30-15 intermittent fitness test: accuracy for individualizing interval training of young intermittent sport players. Journal of Strength and Conditioning Research, 22(2), 365-374. doi: http://dx.doi.org/10.1519/JSC.0b013e3181635b2e

Buchheit, M.(2010). The 30–15 intermittent fitness test: 10 year review.Myorobie J,1(9).

Castagna, C., Iellamo, F., Impellizzeri, F. M., & Manzi, V. (2014). Validity and Reliability of the 45-15 Test for Aerobic Fitness in Young Soccer Players. International journal of sports physiology and performance, 9(3), 525-531. doi: 10.1123/ijspp.2012-0165.

Cooper, K. H. (1968). A means of assessing maximal oxygen intake. Correlation between field and treadmill testing. JAMA, 203(3), 201-204. doi: 10.1001/jama.203.3.201.

Diprampero, P. E., Atchou, G., Bruckner, J. C., & Moia, C. (1986). The energetics of endurance running. European Journal of Applied Physiology and Occupational Physiology, 55(3), 259-266.

Dupont, G., Akakpo, K., & Berthoin, S. (2004). The effect of in-season, high-intensity interval training in soccer players. Journal of Strength and Conditioning Research, 18(3), 584-589.

Krustrup, P., Mohr, M., Amstrup, T., Rysgaard, T., Johansen, J., Steensberg, A., . . . Bangsbo, J. (2003a). The Yo-Yo intermittent recovery test is highly reproducible, sensitive, and valid. Medicine and Science in Sports and Exercise, 35(12), 2120-2120. doi: 10.1249/01.mss.0000099084.67418.d0

Krustrup, P., Mohr, M., Amstrup, T., Rysgaard, T., Johansen, J., Steensberg, A., . . . Bangsbo, J. (2003b). The Yo-Yo intermittent recovery test: Physiological response, reliability, and validity. Medicine and Science in Sports and Exercise, 35(4), 697-705. doi: 10.1249/01.mss.0000058441.94520.32

Leger, L., & Lambert, J. (1982). A maximal multistage 20-m shuttle run test to predict VO2max. European Journal of Applied Physiology and Occupational Physiology, 49(1), 1-12. doi: 10.1007/bf00428958

Leger, L., & Boucher, R. (1980). An indirect continuous running multistage field test: the Universite de Montreal track test. Canadian journal of applied sport sciences. Journal canadien des sciences appliquees au sport, 5(2), 77-84.