¿Qué es mejor a la hora de mejorar la velocidad de aceleración?

Para mejorar su velocidad, los corredores de elite, quienes ya han optimizado su longitud de zancada, se enfocan en la mejora de la frecuencia. 

Para la mayoría de los atletas, la máxima eficacia se logra al hallar la relación óptima entre estas dos variables.

Molnar y Oros (1976), realizaron un trabajo en el que tomaron atletas de nivel mundial en la especialidad de 100 metros, y en el cual analizaron la frecuencia y longitud de zancada durante la fase de aceleración (primeros 28.5 metros). Al comparar los valores promedio de las longitudes y frecuencias de zancada durante esa distancia llegaron a la conclusión que los resultados obtenidos vienen a ser determinados ante todo por la frecuencia de paso del atleta.

Molnar y Oros (1976) también encontraron que el 80% de la diferencia de tiempo final entre los varones adultos y juveniles de alto nivel, se logra en los primeros 30 metros de carrera. Es decir, la diferencia de nivel la marca la fase de aceleración y ésta, como se analizó anteriormente, se debe a la diferencia en la frecuencia de zancada.

Otros autores (Fuchs y cols., 1990) enfatizaron la subdivisión de la fase de aceleración en una fase inicial que es dominada por la longitud de zancada del atleta (recodemos que en este análisis se considera la posición de partida baja), y una fase subsiguiente determinada por la capacidad de desarrollar una alta frecuencia de zancada. Los entrenadores se han referido a esta última fase como “fase de transición” o “fase para alcanzar velocidad”.

Si bien nuestro objetivo es el análisis en deportes sociomotores de equipo o conjunto, la evidencia científica presentada anteriormente puede justificar el objetivo principal de desarrollo de frecuencia de zancada en la velocidad de aceleración en los deportistas de las modalidades en que nos corresponda trabajar (fútbol, rugby, hockey, básquetbol, handbol, etc.).

También se manifiesta que la frecuencia de zancada es un elemento cuya mejora fundamental se centra en el periodo pre-puberal del deportista, es decir en el momento que coincide con el desarrollo y maduración de su sistema nervioso central. Pero, a pesar de ello, en los deportistas jóvenes y adultos se puede trabajar la frecuencia de zancada para optimizar los movimientos en el desarrollo de la aceleración con mejoras significativas (no comparables a las que se obtendrían en el periodo pre-puberal) (Zabala, 1998).