Sobre las incompatibilidades del entrenamiento de la técnica y la resistencia

Publicado 27 de febrero de 2014, 19:09

Sobre las incompatibilidades del entrenamiento de la técnica y la resistencia

Para las especialidades de resistencia, el entrenamiento de técnica debería tener un tratamiento específico.

La técnica deportiva como elemento de optimización del rendimiento, está íntimamente relacionada con la eficacia y la eficiencia. No obstante, estos aspectos tienen unas características particulares en estas especialidades.

En la bibliografía aparece mucha información al respecto. No obstante no toda puede resultar de utilidad para el entrenador de estas especialidades ya que no toda está enfocadas hacia el rendimiento deportivo en éstas.

Bases de la técnica deportiva.

Para una rápida comprensión de esta capacidad se ha tomado como base el modelo de Le Boulch (Le Boulch, 1978). Este modelo está basado en los tres niveles del sistema nervioso: Reflejo, automático y consciente. De una forma un tanto elemental, cada uno de estos tres niveles reúne las siguientes características (figura 1):

Nivel 1 o reflejo:

  • Es el más corto de todos en duración y recorrido.
  • Es el que consume menos cantidad de energía.
  • No interviene la consciencia.

Nivel 2 o automático:

  • Es muy corto en duración y recorrido.
  • Consume poca cantidad de energía.
  • No interviene la consciencia.

Nivel 3 o consciente:

  • Es el de mayor duración y recorrido.
  • Es el que consume más energía.
  • Necesita elaborar las respuestas de forma consciente.

Figura 1 .- Reperesntación esquemática de los tres niveles del SNC (García-Verdugo, 2013). Basado en el modelo de Le Boulch (1978).

Para explicarlo de forma sencilla, valga el siguiente ejemplo:

Un individuo que va a sacar el carnet de conducir, el primer día que entra en el coche, tiene que hacertodos sus movimientos de forma consciente (actuar sobre el freno, el acelerador, el volante, los cambios de marchas, etc.). Esto le crea grandes problemas para atender a lo que sucede en el exterior del coche (semáforos, curvas, pasos de cebra, peatones que se cruzan, etc.). Cuando ha pasado media hora y termina su práctica, sale del coche, sudando y extremadamente fatigado ya que el gasto de nervioso y energético ha resultado muy alto.

En cambio, cuando ya ha conducido un número grande de kilómetros, es totalmente capaz de actuar (sin pensar) sobre todos los mandos del automóvil y, al mismo tiempo, es capaz de mantener una conversación y actuar con respuestas válidas ante las situaciones cambiantes que se producen en el exterior (se detiene ante un semáforo rojo, es capaz de esquivar una situación de peligro, frena, gira, etc.). Ahora, está en condiciones de conducir varias horas seguidas saliendo menos fatigado que el primer día que entró en el coche.

La explicación elemental de este proceso es que, el primer día, todas las actuaciones que debía hacer sobre el coche, eran reguladas desde el tercer nivel, es decir, eran conscientes. Esto le ocupaba la mente y le impedía tenerla liberada para resolver los problemas que provenían del exterior. A su vez, el gasto energético y nervioso era muy alto y, por ello, le producía una importante fatiga. Luego, tras muchas repeticiones, todas las acciones dentro del coche fueron filtradas desde el tálamo que las desvió al centro motor del segundo nivel (nivel automático), impidiendo que pasasen al nivel consciente convirtiéndolas en automáticas. Esto le permitió una mayor eficacia (movimientos más exactos), mayor eficiencia (un gran ahorro de energías) y la posibilidad de resolver los problemas provenientes del exterior, al tener liberada su mente para poder atenderlos.Todo este mecanismo se produjo a través de la formación de engramas (Nitdh, et al, 2002).

Así pues la manera de consolidar la técnica es convertir los movimientos en los que interviene la consciencia, mediante gran número de repeticiones, entre otros procedimientos, en movimientos automáticos (figura 2).

Figura 2 .- Modelo simplificado sobre el proceso de automatización de la técnica deportiva. García-Verdugo (2013).

El problema de la intereferencia de la fatiga.

En la práctica se puede comprobar cómo transcurrido un tiempo de esfuerzo, se cometen errores (los del conductor cuando lleva varias horas conduciendo, los del jugador de fútbol en la última parte de un partido, los del corredor de resistencia en las últimas vueltas, etc.). Todos esos fallos, se traducen en pérdida de rendimiento achacables a algunas de estas razones, todas ellas relacionadas con la fatiga:

  • A la pérdida de soporte de la condición física (disminución de velocidad, de fuerza, de resistencia o de flexibilidad).
  • A la bajada de la intencionalidad para mantener el esfuerzo.
  • Al deterioro de la técnica en sí. Técnica que al principio de la actividad, podía estar perfectamente ajustada pero con la fatiga se acaba desajustando.

Con respecto a esto último, el resultado es que esos engramas que estaban consolidados mediante una serie de conexiones sinápticas se deterioran cuando aparece la fatiga, lo que origina la aparición de sinapsis sustitutorias (Nitdh et al, 2002) que no están entrenadas con lo que la técnica adquirida sin fatiga puede no resultar del todo útil.

El problema, en ocasiones, trata de remediarse a base de correcciones “in voche” sobre los defectos que se producen cuando aparece la fatiga. Entonces puede resultar lo siguiente:

  • Que por falta de esa condición física, el atleta no sea capaz de reproducir el modelo.
  • Que si le responde la condición física y los errores son producto del deterioro de los automatismos, vuelva a poner en funcionamiento los mecanismos del nivel superior del SNC (nivel consciente), lo que le producirá mayor gasto energético y nervioso con el consiguente descenso del rendimiento.

Por otra parte, existe una corriente de autores (Nitdh, et al. 2002), (García, et al, 1997), (Martin, et al, 2001), etc. que sostienen que los engramas necesitan un tiempo para consolidarse, durante el cual no se debe hacer ejercicio o, en el peor de los casos, que estos ejercicios no sean similares al gesto deportivo que se ha pretendido adquirir.

Incluso nuestra experiencia nos ha permitido peresenciar sesiones técnicas con entrenadores de muy alto nivel que tras una sesión técnica, al no haber quedados satisfechos con la ejecución, exigían a sus atletas, al finalizar, a la ejecución de tareas provocadoras de alto estrés (resistencia o fuerza) para evitar que se consolidasen los errores cometidos mediante engramas no deseados.

Figura 3. Representación del proceso de aprendizaje y automatización seguido de los problemas que aparecen con la aparición de la fatiga y de la propuesta de soluciones para especialidades de resistencia (García-Verdugo, 2013).

Propuesta

Ante todo esto, cabe hacer una propuesta concreta para que la técnica realmente optimice el rendimiento en especialidades de resistencia, traduciéndolos en resistencia a la técnica con dos procedimientos:

  1. Aumentando el tiempo y número de repeticiones con el gesto deportivo adquirido, provocando la fatiga mediante esta tarea.
  2. Provocando primero la fatiga y luego realizar los ejercicios técnicos en ese estado.

Sea cual sea la metodología utilizada, la técnica debe realizarse al final de la sesión y luego dejar descansar al deportista para que se produzcan los ajustes pertinentes.

Por todo ello, se podría hablar de dos nieveles de técnica en especialidades de resistencia:

Técnica básica: Realizada con objetivos de consolidación del gesto mediante repeticiones en estado de relativo descanso. En este nivel se procede a las correcciones y asentamiento del gesto deportivo. No obstante y, pese a que no se produzca la fatiga, el estímulo debe ir a la implicación del sistema nervioso, tipo de fibras, etc. que se reclamen en mayor medida en competición.

Técnica específica o resistencia de técnica: En la que se busca el rendimiento en estas especialidades. Para ello, deben realizarse todas las tareas en el estado de fatiga, que corresponden a las necesidades del periodo de preparación en el que se encuentra el atleta.

Figura 4.- Secuenciación del entrenamiento de técnica en función de los objetivos para especialidades de resistencia cíclicos. Al principio debe adquirirse la técnica básica y luego mantenerse, al tiempo que se trabaja la resistencia de técnica. (García-Verdugo, 2013).

Este artículo es un breve resumen del Módulo 8 del Curso on-line sobre metodología del entrenamiento de resistencia basado en el modelo DIPER. http://www.garciaverdugo.com

Bibliografía

  • Aguado, X. (1993).: Eficacia y técnica deportiva. Análisis del movimiento humano. INDE. Zaragoza.
  • Boullosa, D; Tuimil, J. (2007).: Economía de carrera. Un parámetro multifactorial. G-SE. Premium. g-se.com/a/827.
  • García-Verdugo, M. (2007).: Resistencia y entrenamiento. Una metodología práctica. Barcelona. Paidotribo.
  • García-Verdugo, M. (2013).: Curso on-line sobre metodología del entrenamiento de resistencia basado en el modelo DIPER. Módulo 8. Documento sin publicar. http://www.garciaverdugo.com.
  • Grosser, M; Hermann, H; Tusker, F; Zintl, F. (1991).: El movimiento deportivo. Bases anatómicas y biomecánicas.
  • Le Bolulch, J. (1978).: Hacia una ciencia del movimiento humano. Paidós. Buenos Aires.
  • Martin, D; Carl, K; Lenhertz, K. (2001).: Manual de metodología del entrenamiento deportivo. Paidotribo, Barcelona.
  • Millet, P; Jaouen, B; Borrani, F; Candau, R. (2005).: Efectos de los Entrenamientos de Resistencia y Fuerza Concurrentes sobre la Economía de Carrera y la Cinética del VO2. Grupo Sobre Entrenamiento. PubliCE Premium.
  • Nitdh, J; Neumaier, A; Marées, H; Mester, J (2002).: Entrenamiento de la técnica. Barcelona. Paidotribo.
  • Ruiz, L; Sánche B, F. (1997).:Rendimiento deportivo.Claves para la optimización de los aprendizajes. Gymnos. Madrid.
  • Tseh, W; Caputo, J; Morgan, D. (2011).: Influencia de la manipulación de la marcha sobre la economía de carrera en corredoras de distancia. G-SE. G-SE.com/a/883.