Suplementos Nutritivos en el Ejercicio Intenso - Inmunodepresión
Publicado 15 de noviembre de 2014, 23:58
Se han llevado a cabo estudios con agentes nutricionales para evitar la inmunodepresión causada por el ejercicio intenso [1][2] (Ver Influencia de la Actividad Física sobre el Sistema Inmunitario ). En atletas se ha estudiado el efecto de suplementos de Zinc, AGPI Ω3, esteroles, antioxidantes, L-glutamina, calostro bovino y carbohidratos.
Un déficit de carbohidratos en atletas está asociado a un incremento de inmunodepresión asociada al ejercicio [3]. Estudios clínicos realizados con carbohidratos ingeridos a través del agua de bebida, atenúan los incrementos en el recuento de neutrófilos y monocitos y también el incremento de citocinas inflamatorias como IL-6 e IL-10, pero no afectan la funcionalidad de linfocitos T ni de células NK. En todo caso, se ha considerado que la ingestión de carbohidratos puede contrarrestar algunas alteraciones del sistema inmunitario durante el ejercicio físico intenso pero no se ha demostrado hasta ahora que disminuya las infecciones del tracto respiratorio superior.
El ejercicio físico intenso produce un desequilibrio entre los ROS y las defensas antioxidantes, comportando estrés oxidativo que causa peroxidación lipídica y oxidación proteica. Por ello se ha postulado que los suplementos con antioxidantes pueden ejercer efectos beneficiosos, pero no se ha podido establecer hasta ahora una conclusión definitiva que enmarque de manera general a la actividad física. Se han realizado estudios que demuestran que la vitamina C (pero no vitamina E ni beta-caroteno), administrada a razón de 600 mg/día durante 3 semanas en corredores de maratón, se asocia a una menor incidencia de infecciones respiratorias, y dosis de 1000 mg/día o superiores atenúan el incremento de citocinas proinflamatorias [4]. Sin embargo, no siempre se han reproducido estos resultados [5]. En general, los suplementos con antioxidantes no se recomiendan ya que la mayoría de investigaciones no han hallado efectos beneficiosos y elevadas dosis de vitamina E pueden incluso exacerbar el estrés oxidativo y el proceso inflamatorio durante el ejercicio prolongado. Igualmente, un exceso de vitamina C puede causar daños en el DNA, inducir la formación de litiasis renal, déficit de absorción de cobre y exceso de absorción de hierro.
Otro nutriente que se ha evaluado durante el ejercicio físico es la L-Glutamina ya que entre otras razones, disminuye en plasma durante el ejercicio prolongado e intenso. Ello ha inducido a pensar que la restauración de las concentraciones de glutamina después de un ejercicio prolongado puede ayudar al sistema inmunitario a resistir infecciones. Aunque en nadadores con un entrenamiento intenso durante 4 semanas, la glutamina aumenta la respuesta Th1 y otros estudios puntuales demuestra una reducción de los síntomas de infecciones respiratorias superiores, existen algunos estudios contradictorios. Recientemente, se han ratificado efectos tras la ingesta de glutamina (por ejemplo, éste año Koo y col. demostraron que la suplementación con glutamina en atletas de remo - 6 gramos al día - es útil para mejorar la función inmune y la reacción inflamatoria defensiva tras el ejercicio [6] Tabla 1 y 2.) y además ha surgido un nuevo rol tras la suplementación, el cual consiste básicamente en la reducción de la permeabilidad gastrointestinal inducida por el ejercicio (ver las investigaciones del Dr. Zuhl y colaboradores - Zuhl M, et al. (2014). Cell Stress Chaperones. Jul 26. [Epub ahead of print] & Zuhl MN, et al. (2014). J App Phys 116(2): 183 - 191).
Por otro lado, se han llevado a cabo estudios con otros nutrientes no convencionales y su posible papel inmunopotenciador en el entrenamiento intenso.
Se ha estudiado el suplemento con β-glucanos, polisacáridos presentes en el salvado de cereales como avena y cebada, la pared celular de levaduras, ciertos tipos de hongos y muchos tipos de setas. Estudios en animales han demostrado que la ingestión de β-glucanos estimula la inmunidad innata e incrementa la resistencia a infecciones. Los β-glucanos pueden activar células fagocíticas y su función citotóxica a través de diferentes receptores de membrana [7]. Sin embargo, los pocos estudios llevados a cabo en atletas no han podido demostrar su efecto beneficioso y se requiere profundizar más en éste tema.
Otro ingrediente alimentario considerado ha sido la curcumina, pigmento derivado de las raíces de la cúrcuma (Curcuma longais), que se encuentra a menudo en el polvo de curri. La curcumina es un polifenol responsable del color de la cúrcuma y se le han atribuido actividades como antioxidante, antitumoral, antiinflamatorio, antibacteriano, antifúngico, antiviral y anticoagulante. Se ha observado experimentalmente que la curcumina inhibe la sintesis de eicosanoides y la transcripción de la ciclooxigenasa 2, la sintasa inducible de óxido nítrico y el NF-kB; asimismo, actúa como antioxidante e inhibe la peroxidación lipídica y la oxidación del DNA. En los últimos años se ha establecido el papel de la curcumina sobre el sistema inmunitario, ejerciendo un efecto modulador de la activación de linfocitos T y B, macrófagos, neutrófilos, células NK y células dendríticas, también reduce citocinas proinflamatorias como TNF-alfa, IL-1, IL-2, IL-6, IL-8 e IL-12 [8]. Estos datos han permitido postular su posible papel en prevenir las lesiones inmunitarias del ejercicio físico, pero hasta ahora no existen estudios clínicos que lo demuestren.
De forma similar a la curcumina, se ha postulado el papel protector de la quercetina sobre el sistema inmunitario. La quercetina es un flavonoide abundante en productos vegetales como manzana, cebolla y arándanos. La quercetina tiene propiedades antioxidantes y antiinflamatorias, inhibiendo la señalización mediada por NF-kB. También es capaz de aumentar la quimiotaxis, la fagocitosis, la actividad de las células NK y la proliferación linfocítica. Se han llevado a cabo estudios clínicos en ciclistas (1 g/día de quercetina durante 3 semanas) que han mostrado una menor incidencia de infecciones respiratorias durante dos semanas después de 3 días de ejercicio extenuante. Sin embargo, en estos sujetos no se pudo observar cambios en el sistema inmunitario, por lo que se piensa que la quercetina tuvo un efecto directo antiviral.
Figura 1. Modelo representativo de los mecanismos actuales de investigación sobre suplementos antioxidantes, específicamente Saúco (Sambucus). (Centro) No existen estudios del efecto de suplementos de Saúco sobre la función inmune en atletas, pero dada su papel inmunomodulador, antioxidante y antiviral éste podría ser beneficioso para atletas como jugadores de fútbol americano. (Arriba Izquierda) Interacciones entre los componentes de los suplementos de Saúco y el virus influenza. (Arriba Derecha) Efectos del Saúco sobre la actividad de macrófagos y basófilos. Tomado de: Senchina DS, et al. (2013). Front Biol 8(1); 78-100
"El ejercicio físico extenuante o intenso comporta una inmunodeficiencia transitoria pero clínicamente importante. Aunque algunos estudios demuestra la eficacia del suplemento con carbohidratos o vitamina C, actualmente se considera a la L-glutamina como un suplemento nutritivo adecuado en la práctica del entrenamiento extenuante. Las propiedades de los β-glucanos, la curcumina y la quercetina permiten postular su posible utilidad en atletas".
Margarida Castell Escuer & Franciso J. Pérez Cano
Referencias
1. LeMura LM & von Duvillard SP. (2004). Clinical Exercise Physiology - Applications and Physiological Principles. Ed Lippincot Williams & Wilkins.
2. Pedersen BK, Bruunsgaard H, Jensen M, Toft AD, Hansen H & Ostrowski K. (1999). Exercise and the immune system - Influence of nutrition and ageing. Journal of Science and Medicine in Sport 2 (3): 234-252.
3. Nieman DC. (1998). Influence of Carbohydrate on the Immune Response to Intensive, Prolongoed Exercise. Exerc Immunol Rev 4: 64-76
4. Gleeson M, Nieman DC & Pedersen BK. (2004). Exercise, Nutrition and Immune Function. J Sports Sci 22(1); 115-125
5. Nieman DC, Henson DA, McAnulty SR, McAnulty L, Swick NS, Utter AC, Vinci DM, Opiela SJ & Morrow JD. (2002). Influence of Vitamin C Supplementation on Oxidative and Immune Changes After an Ultramarathon. J Appl Physiol 92: 1970-1977
6. Koo GH, Woo J, Kang S & Shin KO. (2014). Effects of Supplementation with BCAA and L-glutamine on Blood Fatigue Factors and Cytokines in Juvenile Athletes Submitted to Maximal Intensity Rowing Performance. J PhysTherSci 26: 1241-1246
7. Bobovčák M1, Kuniaková R, Gabriž J & Majtán J. (2010). Effect of Pleuran (β-glucan from Pleurotus ostreatus) Supplementation on Cellular Immune Response after Intensive Exercise in Elite Athletes. Appl Physiol Nutr Metab. 35(6):755-762
8. Davis JM, Murphy EA, Carmichael MD, Zielinski MR, Groschwitz CM, Brown AS, Gangemi JD, Ghaffar A & Mayer EP. (2007). Curcumin Effects on Inflammation and Performance Recovery Following Eccentric Exercise-Induced Muscle Damage. Am J Physiol Regul Integr Comp Physiol 292: R2168–R2173
9. Senchina DS, Hallam JE & Cheney DJ. (2013). Multidisciplinary Perspectives on Mechanisms of Activity of Popular Immune-Enhancing Herbal Supplements used by Athletes. Front Biol 8(1); 78-100