Velocidad de cambio dirección. Entrenamiento específico.

Publicado 19 de enero de 2013, 20:22

Velocidad de cambio dirección. Entrenamiento específico.

Uno de los tópicos con más interés en el ámbito de la preparación física en los deportes de situación de campo (en los que es necesario trasladarse a distintas velocidades en el terreno de juego), es la mejora en la velocidad de cambio de dirección.

Dentro de esta temática, uno de los puntos a considerar es el entrenamiento específico de cambio de dirección y las mejoras que éste produce.

Para comenzar citamos el trabajo de Young y cols. (2001), en el cual un grupo de deportistas entrenados recreacionalmente ejecutaron entrenamiento de velocidad lineal, y otro grupo ejecutó entrenamiento de cambio dirección en ambos casos por un periodo de seis semanas (10 a 12 sesiones totales, las cuales incluyeron cinco a ocho aceleraciones cada una). Si bien los objetivos del estudio fueron determinar si el entrenamiento de velocidad se transfirió a un rendimiento en el cambio dirección, y si el entrenamiento de cambio dirección se transfirió a un rendimiento en velocidad, para el presente documento tomaremos los datos de los que entrenaron con cambios de dirección. El entrenamiento de cambio dirección mejoró el tiempo en cambio dirección, pero no mejoró significativamente el tiempo en velocidad. La conclusión fue que el entrenamiento de velocidad y el entrenamiento de cambio dirección fueron específicos y no se transferían entre sí.

Una investigación de Little y Williams (2007), en jugadores profesionales de fútbol, también reportó bajas correlaciones entre los rendimiento en aceleración y velocidad máxima con respecto a agilidad (tomada como velocidad de cambio de dirección).

En línea con esto, un trabajo de Gabbett y cols. (2008), en el cual se analizaron las correlaciones entre aceleración lineal, velocidad de cambio de dirección y agilidad reactiva a través de distintas pruebas específicas para cada una de las variables, no encontró altas correlaciones entre los rendimientos de aceleración lineal y velocidad de cambio de dirección.

Teniendo en cuenta una importante revisión realizada por Bruguelli (2008), surge la necesidad de analizar aquellos trabajos de investigación llevados a cabo con distintos grupos de deportistas de distintas disciplinas, categorías, edades y géneros para poder llegar a tener claridad es este aspecto.

Así es que la mayoría de los estudios de entrenamiento que han reportado mejoras significativas en el rendimiento de cambio dirección han ejecutado ya sea entrenamiento de cambio dirección específico del deporte como entrenamiento de cambio dirección tradicional (aquellos trabajos en los cuales se desarrolla lo que se denomina agilidad cerrada, o programada, en los que se pauta de antemano el tipo de cambio de dirección, la cantidad de ellos, las distancias de trabajo, la angulación, etc.). Gabbett y cols. (2006), investigaron los efectos de un programa de entrenamiento específico del voleibol sobre el tiempo en la prueba T en jugadoras de voleibol femenino junior. El programa de entrenamiento incluyó entrenamiento técnico y de instrucción, junto con juegos basados en habilidades para desarrollar el pase, armado, saque, recepción y precisión del bloqueo, y técnica. El protocolo de entrenamiento duró ocho semanas y disminuyó significativamente el tiempo en la prueba T (-5,2%).

Polman y cols. (2004), encontraron resultados similares en jugadoras de fútbol de élite, al aplicar entrenamiento de cambio dirección específico. Las deportistas ejecutaron un período de entrenamiento 12 semanas (dos sesiones por semana), el cual incluyó velocidad tradicional y juego específico de fútbol, cambio dirección y ejercicio de potencia. Un grupo ejecutó ejercicios con equipamiento adicional (bandas de resistencia, vallas), y otro grupo ejecutó los ejercicios sin el equipamiento. La prueba de cambio dirección que fue utilizada involucró aceleraciones y muchos cambios dirección de 90° o 180° sobre 18 m. Ambos grupos mejoraron significativamente el rendimiento en cambio dirección (-3. 8% a -4. 2%). Los autores de este trabajo concluyeron que el entrenamiento de cambio dirección tradicional o específico del deporte puede mejorar el rendimiento en velocidad de cambio dirección en deportistas mujeres sobre un periodo de 8 a 12 semanas.

Gabbett y cols. (2006), investigaron los efectos de un entrenamiento de campo específico (que incluyó ejercicio con cambio dirección) en coordinación con un programa de acondicionamiento y fuerza tradicional sobre el rendimiento en cambio dirección en jugadores de rugby de liga de nivel mayor y junior. El entrenamiento de campo fue ejecutado dos veces a la semana durante 14 semanas. Los ejercicios de cambio dirección general es fueron ejecutados al final de la temporada, y los ejercicios de cambio dirección específicos fueron ejecutados en la pre temporada. Después del período entrenamiento de 14 semanas, el rendimiento en cambio dirección mejoró significativamente, ya que el tiempo cambio dirección disminuyó en un 17.7% para los jugadores junior y 16.2% para los jugadores mayores, respectivamente.

En otro estudio con jugadores de rugby de liga realizado por Gabbett y cols (2006), tanto el entrenamiento de cambio dirección tradicional como entrenamiento de cambio dirección basado en habilidades fueron ejecutados sobre un período de nueve semanas dentro de la temporada. El entrenamiento de cambio dirección basado en habilidades involucró ejercicios que debían mejorar las habilidades del rugby (por ejemplo pase, recepción, takle) y mejorar el rendimiento en cambio dirección. Los investigadores reportaron que ambos grupos de entrenamiento mantuvieron el tiempo de cambio dirección sobre la temporada competitiva.

Dean y cols. (1998) y Christou y cols. (2006), investigaron los efectos del entrenamiento de cambio dirección sobre atletas jóvenes (12 a 16 años) y reportaron mejoras significativas. Los atletas en el estudio Dean y cols. usaron entrenamiento de cambio dirección por cuatro semanas y reportaron una mejora significativa en el tiempo de la prueba de ir y volver de 20 yardas (-3. 2%). Christou y cols. también reportaron una mejora significativa en el tiempo de cambio dirección después de 16 semanas, tanto de entrenamiento de cambio dirección como entrenamiento de acondicionamiento y fuerza en jugadores de fútbol jóvenes (-4 a 5.4%). Los sujetos en el estudio de Christou y cols. realizaron ejercicios tradicionales y de cambio dirección específicos del fútbol sobre 16 semanas, y reportaron una disminución significativa en la prueba de y volver (10 × 5 m).

Bruguelli y cols. (2008), citan dos estudios de entrenamiento de cambio dirección que han incorporado protocolos entrenamientos no tradicionales. Cressey cols. (2007), examinaron los efectos de un programa de fuerza y acondicionamiento que incluía superficies inestables y superficies estables durante una variedad de ejercicios corporales para los miembros inferiores (estocadas, sentadillas, peso muerto). Todos los sujetos (jugadores de fútbol masculinos) también ejecutaron entrenamiento de cambio dirección específico del fútbol, y ambos grupos disminuyeron significativamente los tiempos de cambio dirección (-II% a 4.4%). Deane y cols. (2007), investigaron los efectos del entrenamiento de fuerza de extensores de cadera con bandas elásticas sobre el rendimiento en cambio dirección en sujetos no entrenados. Después de ocho semanas de trabajo, el tiempo de cambio dirección fue significativamente disminuido (-8.3% a 10%).

A partir de lo analizado hasta el momento, es importante tener en cuenta el concepto de especificidad en relación al objetivo de mejorar el rendimiento en la velocidad de cambio de dirección en los deportes de situación.

Los trabajos de investigación en su mayoría han encontrado relaciones importantes entre la especificidad del entrenamiento de velocidad de cambio de dirección y las mejoras en las distintas pruebas usadas para valorar las modificaciones luego de varias semanas de estímulos. Las mejoras en velocidad de cambio de dirección a partir de estímulos de aceleraciones lineales no han sido efectivas en todos los casos, o bien no han sido del todo claras.

Es importante considerar también las mejoras conseguidas en velocidad de cambio de dirección con trabajos que incluyan habilidades específicas del deporte en cuestión, pudiendo de esta manera integrar el desarrollo de las habilidades específicas del deporte en la mejora de la velocidad de cambio de dirección.

Lic. Mauricio Moyano

Co-Director de Equipo Physical

Editor de Sección Entrenamiento de Velocidad y Agilidad


Referencias Bibliográficas

1.Brughelli, Cronin, Levin, Chaouachi. Understanding Change of Direction Ability in Sport.

A Review of Resistance Training Studies. Sports Med 2008; 38 (12): 1045-1063.

2.Gabbett T, Georgieff B, Anderson S, et al. Changes in skill and physical fitness following training in talent identified volleyball players. J Strength Cond Res 2006; 20 (1): 29-35.

3.Gabbett TJ. Performance changes following a field conditioning program in junior and senior rugby league players. J Strength Cond Res 2006; 20 (1): 215-21.

4.Young WB, McDowell MH, Scarlett BJ, et al. Specificity of sprint and agility training methods. J Strength Cond Res 2001; 15 (3): 315-9.

5.Cressey EM, West CA, Tiberio DP, et al. The effects of ten weeks of lower-body unstable surface training on markers of athletic performance. J Strength Cond Res 2007; 21 (2): 561-7.

6.Polman R, Walsh D, Bloomfield J, et al. Effective conditioning of female soccer players. J Sports Sci 2004; 22 (2): 191-203.

7.Deane RS, Chow JWC, Tillman MD, et al. Effects of hip flexor training on sprint, shuttle run, and vertical jump performance. J Strength Cond Res 2005; 19 (3): 615-21.

8.Gabbett, Tim J; Kelly, Jason N; Sheppard, Jeremy M. Speed, Change of Direction Speed, and Reactive Agility of Rugby League Players. Journal of Strength & Conditioning Research. 22(1):174-181, January 2008.

9.Little T, Williams AG. Specificity of acceleration, maximum speed, and agility in professional soccer players. J Strength Cond Res 2005; 19 (1): 76-8.