Vitaminas C y E asociadas a la crioterapia en la recuperación de la respuesta inflamatoria posterior al ejercicio de fuerza: Un ensayo clínico aleatorizado.

Publicado 2 de febrero de 2022, 13:17

Vitaminas C y E asociadas a la crioterapia en la recuperación de la respuesta inflamatoria posterior al ejercicio de fuerza: Un ensayo clínico aleatorizado.

Los programas de ejercicios de fuerza (EF) proporcionan, en particular, hipertrofia y aumento de la fuerza muscular (Hudson 2008), mejorando la condición física (Garber 2011), reduciendo los factores de riesgo de enfermedades crónicas, actuando en la promoción y mantenimiento de la salud (Haskell 2007). Sin embargo, dependiendo de las variables del entrenamiento (intensidad, duración y frecuencia), estos ejercicios pueden promover de forma aguda un estrés mecánico y metabólico que conduce a una mayor depleción de sustratos energéticos, acumulación de metabolitos y daño muscular (Schoenfeld 2010). Este daño tisular conduce a inflamación y leucocitosis (Hudson 2008, Missau 2018, Teixeira 2014), que se manifiesta clínicamente por dolor muscular de inicio tardío (DOMS) (Missau 2018, Teixeira 2014). Esta respuesta es necesaria para la resolución de cualquier daño estructural y es importante para la respuesta adaptativa del músculo esquelético al ejercicio (Tidball 2010), pero una respuesta inflamatoria excesiva interfiere en la funcionalidad de los deportistas y también puede llevar al abandono de la práctica de estos ejercicios para principiantes en esta práctica deportiva (Cheung 2003).

El estrés oxidativo (OS) está en el centro de la señalización celular de estos eventos, incluido el desequilibrio entre la producción de especies reactivas de oxígeno y nitrógeno (RONS) y la capacidad de las células para neutralizar a través de la defensa antioxidante (Bessa 2016, Jones 2006, Persson 2014). En este sentido, se están estudiando estrategias terapéuticas para minimizar el OS, que pueden reducir el daño muscular y beneficiar la recuperación y la funcionalidad (Bryer 2006, Candia-Luján 2015, Vieira 2016).

La suplementación con antioxidantes exógenos (vitaminas C y E) es una estrategia no invasiva para prevenir o reducir el OS (Candia-Luján 2015). El ácido ascórbico (vitamina C) es un antioxidante soluble en agua, por lo que es biodisponible en el citosol (Bates 2004, Levine 2011), debido a que el α-tocoferol (vitamina E) es almacenado y transportado por los lípidos del organismo y presenta su acción sobre las membranas celulares (Traber 1998). La vitamina C protege contra el daño celular inducido por el OS mediante la eliminación de las RONS, pero esta acción depende de la neutralización de las RONS realizada por la vitamina E (Traber 1998). La vitamina C atenúa el aumento de la creatina quinasa (CK) y reduce el DOMS (Bryer 2006). La vitamina E protege las células contra el OS y el daño muscular (Silva 2010). La suplementación combinada de vitaminas (C y E) juega un papel importante en los trastornos inflamatorios y la óxido nítrico sintasa (Traber 2011) y presenta mejores resultados en la reducción del DOMS (Candia-Luján 2015).

La crioterapia en forma de inmersión en agua fría también se ha utilizado para atenuar la inflamación (Lindsay 2017, Missau 2018), reducir la fatiga, favorecer la eliminación de metabolitos acumulados (1Ihsan 2016), disminuir el DOMS y mejorar la función muscular después del ejercicio (Glasgow 2014, Lindsay 2017, Machado 2016, Vieira 2016). La temperatura reducida y la disminución del metabolismo atenúan el daño oxidativo (Lindsay 2017, Mila-Kierzenkowska 2013, Missau 2018), debido a la reducción en la formación de las RONS (Allan 2016, Bleakley 2010, Ihsan 2016). Un metaanálisis reciente demostró los mejores parámetros para la aplicación de la crioterapia, sugiriendo la temperatura del agua entre 11° y 15°C y el tiempo de aplicación entre 11 y 15 minutos (Machado 2016). El fundamento de esta investigación se basa en evaluar una estrategia terapéutica dirigida a atenuar el desequilibrio del OS que ocurre durante y después del EF para reducir la respuesta inflamatoria y el daño muscular (Hudson 2008, Teixeira 2014). Por lo tanto, se plantea la hipótesis de que los efectos sobre el aumento de la capacidad antioxidante mediante la suplementación previa de vitaminas C y E (Candia-Luján 2015, Theodorou 2011) y la reducción de la formación de RONS mediante la aplicación de crioterapia (Allan 2016, Bleakley 2010, Ihsan 2016, Lindsay 2017) tienen mejores efectos sobre la respuesta inflamatoria tras la sesión de EF. Por eso, recientemente Luis Ulisses Signori, de la Universidad Federal de Santa María (Brasil), llevó a cabo un estudio cuyo objetivo fue evaluar los cambios agudos en la dinámica hematológica, marcadores inflamatorios y parámetros del OS y del DOMS en voluntarios no entrenados sometidos a suplementación previa con antioxidantes (vitaminas C y E) asociada a una crioterapia aplicada después de un EF.

Catorce sujetos (26.2±5 años, BMI 25.8±3 kgm-2) se sometieron a 4 sesiones de EF con diferentes formas de recuperación. El EF consistió en 4 series de 10 repeticiones máximas para cada ejercicio (extensión de piernas en banco, sentadilla y press de piernas). Las recuperaciones fueron aleatorizadas y comprendieron la pasiva (control), con suplementos de vitaminas C (1 g) y E (800 UI) 40 minutos antes del ejercicio, con crioterapia (inmersión en agua a 15˚C durante 10 minutos), y una combinación (asociación entre vitaminas y crioterapia). Se evaluaron hemograma, marcadores inflamatorios (proteína C reactiva y creatina quinasa [CK]) y parámetros de estrés oxidativo (peroxidación lipídica [LPO] y capacidad antioxidante frente al radical peroxilo) antes (basal) y después (0, 30 y 120 minutos) de las sesiones de EF. El dolor muscular (resultado primario) se evaluó 24 horas después del ejercicio.

La proteína C reactiva (p = 0.010) y LPO (p <0.001) aumentaron (120 minutos) sólo en la recuperación pasiva. La recuperación con crioterapia (30 minutos), con vitaminas y la combinación (0 y 30 minutos) retrasaron los aumentos de la CK (p <0.001). La capacidad antioxidante frente al radical peroxilo aumentó (30 minutos) sólo en la recuperación con la combinación (p <0.011). El dolor disminuyó en las recuperaciones con crioterapia y combinación (p <0.001).

La combinación de vitaminas (C y E) con crioterapia atenuó la respuesta inflamatoria y el dolor, favoreciendo la recuperación tras una sesión aguda de EF.

Aplicaciones prácticas

Hasta donde se sabe, este es el primer estudio que asocia formas de recuperación con la suplementación de antioxidantes exógenos (vitaminas C y E) y crioterapia (agua a 15°C durante 10 minutos) en la recuperación después de una sesión de EF de voluntarios no entrenados. Los resultados de la presente investigación demuestran que la asociación de estas formas de recuperación atenúa la respuesta inflamatoria, el daño muscular, el OS y reduce el DOMS. Estos resultados sugieren que la asociación de antioxidantes exógenos con la crioterapia puede favorecer la adaptación de los sujetos principiantes al entrenamiento de EF y mejorar la funcionalidad de los deportistas en situaciones competitivas. Sin embargo, esta intervención también puede interferir con los procesos adaptativos musculoesqueléticos derivados del EF, y su aplicación con programas de entrenamiento debe investigarse más a fondo.