​Consideraciones en la dosificación proteica. Desde los 0,8g hasta un límite máximo de aporte de proteínas

Publicado 29 de enero de 2022, 21:52

​Consideraciones en la dosificación proteica. Desde los 0,8g  hasta un límite máximo de aporte de proteínas

Aún hoy se sigue escuchando a varios profesionales continuar indicando los ya conocidos 0,8g de proteínas por kg de peso corporal como la cantidad correcta a prescribir a las personas. Esta “dosis única para todos” deja de considerar, tal como refiere Clegg y colegas, los cambios relacionados con la edad en el metabolismo, la inmunidad, los niveles hormonales o eventualmente la fragilidad progresiva (Clegg A., et al Frailty in elderly people Lancet. 2013). Pero también en ese punto, incluso diferentes investigadores sostienen que una incrementada ingesta de proteínas en la dieta es muy beneficiosa para mantener una buena salud, promover la recuperación de enfermedades y mantener la funcionalidad en los adultos mayores (Gaffney-Stomberg E.et al Increasing dietary protein requirements in elderly people for optimal muscle and bone health J Am Geriatr Soc. 2009).

Respecto de las causas por las cuales las personas de edad avanzada deben ingerir más proteínas, ellas son varias y de gran importancia. Así por caso, en los adultos mayores impacta negativamente la síntesis proteica siendo ella más limitada, y junto a esto también presentan una respuesta anabólica inferior a la de las personas jóvenes. A ello debe agregarse que padecen habitualmente condiciones inflamatorias que les genera un catabolismo proteico aumentado, y no poco importante de considerar, también acontece este deterioro proteico por las enfermedades crónicas que se padecen ya en estas etapas tardías de la vida.

A lo anterior debe agregársele que las personas mayores suelen consumir menos proteínas que los adultos jóvenes. Considerando esto es que se advierte la mayor probabilidad de que a esas edades se padezca sarcopenia e incluso asociada a ella también osteoporosis (Cederholm T.E. Toward a definition of sarcopenia. Clin Geriatr Med. 2011).

En las personas sanas normalmente la alimentación está suficientemente provista de macronutrientes, lo que descarga un pool de hormonas que provocan un aumento en la síntesis de proteínas. También algunas de éstas producen una disminución en las tasas de descomposición de dicho macronutriente, con especial mención las del músculo esquelético. Sin embargo las personas de edad avanzada muy frecuentemente desarrollan resistencia a la síntesis de proteínas musculares después de la ingesta de alimentos. Esta limitación, definida como "resistencia anabólica", genera un desequilibrio en la homeostasis del proteoma muscular favoreciéndose la pérdida de proteínas durante el período post-absortivo. Esta condición acaba, con el tiempo, provocando a nivel muscular una reducción generalizada de la masa y la función del músculo esquelético denominada "sarcopenia" (Cruz-Jentoft A.J., et al. Sarcopenia: Revised European consensus on definition and diagnosis. Age Ageing. 2018). De destacar es que dicha condición está reconocida como una enfermedad por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y figura en la clasificación internacional de enfermedades con el código M62.84.

Un tema que está cada vez más investigado y por ello son numerosas las publicaciones científicas al respecto, es el del tipo de proteínas que se consume según sea su procedencia de origen animal o vegetal. En este punto, la mayoría de esos estudios documenta que las proteínas animales tienen una mayor capacidad para mejorar la tasa de síntesis a nivel muscular que aquellas de origen vegetal (Mobley C.B., et al. Effects of whey, soy or leucine supplementation with 12 weeks of resistance training on strength, body composition, and skeletal muscle and adipose tissue histological attributes in college-aged males. Nutrients. 2017). Siendo así, ésta podría ser otra razón por la cual las poblaciones de avanzada edad también favorecerían una reducción de la masa muscular con el paso de los años, toda vez que muchas personas que transitan esa etapa de la vida se orientan mas al consumo de vegetales. Fundamentaría dicha elección aspectos como una menor eficiencia de masticación, trastornos metabólicos que requieren una reducción de los alimentos de origen animal y también factores socioeconómicos, entre otros.

De destacarse acá es que la calidad de una proteína se mide frecuentemente por la puntuación de aminoácidos corregida por la digestibilidad de las proteínas (PDCAAS). Este es un indicador que tiene en cuenta la composición de aminoácidos esenciales de la proteína dietética así como su verdadera digestibilidad (FAO/WHO . Protein Quality Evaluation: Report of the Joint FAO/WHO Expert Consultation 1989. FAO; Rome, Italy: 1991. FAO Food and Nutrition Paper 51). Considerando esto, se afirma que una proteína de la alimentación no logra satisfacer completamente los requisitos de aminoácidos esenciales si su PDCAAS es inferior al 100%. Así, las fuentes de proteína de origen vegetal que se han probado hasta la fecha se caracterizan por tener un PDCAAS inferior al 100% y, por lo tanto, es inferior al de las proteínas animales, siendo por ello de inferior calidad. En este punto, la leucina es uno de los aminoácidos que se encuentran en menor cantidad por unidad de alimento, lo que puede advertir la menor potencia anabólica de las proteínas vegetales.

Finalmente acá, es menester señalar que desde hace un tiempo se viene afirmando que la máxima estimulación de la tasa de síntesis fraccional de proteína muscular se produce con la ingesta de 20 a 30 g de proteína, no habiendo ganancias más allá de esta cantidad. Esto es, habría un límite para ingerir proteínas en función a lo que nuestro organismo podría sintetizar. Sin embargo y tal como lo sostienen Deutz y Wolfe, el catabolismo proteico no se ha considerado al evaluar la respuesta anabólica a la ingesta de proteínas (Deutz N., Wolfe R., Is there a maximal anabolic response to protein intake with a meal? Clin Nutr. 2013). Ellos afirman, en este punto, que el anabolismo proteico acontece solo cuando la síntesis de proteínas excede la descomposición de proteínas. Al no tenerse en cuenta ello, la relación entre la disponibilidad de aminoácidos y la ganancia neta permanecerá lineal. En concreto, se verá un amesetamiento a partir de un determinado aporte proteico porque no se está considerando lo que se va perdiendo en el catabolismo. Por ello los autores concluyen que no existe un límite superior práctico para la respuesta anabólica a la ingesta de proteínas o aminoácidos.