Efecto de diferentes recuperaciones durante sesiones de HIIT sobre las respuestas metabólicas y cardiorrespiratorias y de rendimiento de sprint en hombres sanos.

Publicado 27 de enero de 2022, 14:12

Efecto de diferentes recuperaciones durante sesiones de HIIT sobre las respuestas metabólicas y cardiorrespiratorias y de rendimiento de sprint en hombres sanos.

El entrenamiento interválico de alta intensidad (HIIT) se ha utilizado para el entrenamiento de sujetos físicamente activos (Monteiro 2017), sedentarios (Allen 2017) y con enfermedades metabólicas crónicas (Zhang 2017), así como de personas mayores (Grace 2017) y atletas (Buchheit 2019). El aumento en el uso de este método se debe a su eficiencia en la generación de adaptaciones metabólicas y cardiorrespiratorias, que mejoran la condición física de manera similar al entrenamiento continuo de intensidad moderada, pero con una duración más corta de la sesión de entrenamiento (Zhang 2017).

Estas adaptaciones crónicas dependen de la organización de variables agudas en sprints máximos repetidos, como la intensidad y el volumen del HIIT (Buchheit 2013). Sin embargo, la recuperación entre sprints máximos también juega un papel determinante en la dosis y en la respuesta a las sesiones de HIIT. El intervalo de recuperación se puede implementar con diferentes tiempos (corto y largo), modos (activo vs pasivo), tipos de ejercicios (carrera, ciclismo y natación) e intensidades cuando se realiza la recuperación activa (Buchheit 2013). Como resultado, las diferentes organizaciones de los intervalos de recuperación pueden influir en la demanda de energía, la etiología de la fatiga muscular, el tiempo hasta el agotamiento voluntario (Tlim), el volumen de consumo de O2 el tiempo hasta el VO2máx y el tiempo empleado en porcentajes elevados del VO2máx (Thevenet 2008, Zafeiridis 2010).

Estudios en la literatura han demostrado que los intervalos de recuperación activa presentan un mayor potencial para alcanzar y permanecer en un alto porcentaje de VO2máx y de frecuencia cardíaca máxima (FCmáx), y un menor tiempo para retornar a esos parámetros máximos (Smilios 2018). Por lo tanto, se ha sugerido que la cinética del VO2máx puede ser más rápida durante los sprints máximos precedidos por una recuperación activa en lugar de una recuperación pasiva (Bogdanis 1996, Bonen 1976, Connolly 2003). Sin embargo, otros estudios han sugerido que el intervalo de recuperación pasiva puede inducir una mayor restauración del pH intramuscular y, por lo tanto, permitir un mayor tiempo de ejercicio (Edge 2013) y, en consecuencia, un mayor volumen de O2 consumido (McAinch 2004, Spencer 2006).

Algunos reportes indican que el intervalo de recuperación pasiva permite una mayor resíntesis de PCr (Buchheit 2009, Dupont 2007, Spencer 2006) y, consecuentemente, mantenimiento o mejora del rendimiento. La acumulación de iones de hidrógeno (H+) debido a los sprints máximos genera acidosis metabólica intramuscular, con la consiguiente disminución del rendimiento (Edge 2013). Estudios previos que investigaron el intervalo de recuperación activa han observado una mejora en el rendimiento del sprint máximo mediada por un aumento significativo en la eliminación del lactato muscular y sanguíneo, como resultado del aumento del flujo sanguíneo (Bonen 1976, Dorado 2004). Sin embargo, otros estudios han observado que las recuperaciones pasivas permiten mantener o mejorar el rendimiento sin ninguna relación directa con el comportamiento del lactato (Kostoulas 2017, McAinch 2004, Spencer 2006).

Los informes en la literatura son contradictorios con respecto a cómo las respuestas metabólicas y cardiorrespiratorias se ven afectadas por diferentes tipos de intervalos de pausa durante la recuperación y durante los sprints máximos repetidos. Estas diferencias en los informes pueden estar relacionadas con las diversas combinaciones de tiempo e intensidades de recuperación activa utilizadas, y los perfiles de las muestras utilizadas en los diferentes estudios. Por lo tanto, recientemente el Dr. Moises D. Germano, de la Universidad de Itapira (Brasil), llevó a cabo un estudio al respecto, cuyo objetivo fue comparar los efectos del uso de diferentes tiempos (2 y 8 minutos) y modos de recuperación (activo vs pasivo) entre sprints a la velocidad del máximo consumo de oxígeno (vV̇O2máx) sobre la concentración de lactato en sangre, VO2 consumido, tiempo de alcance y tiempo de permanencia en porcentajes altos del VO2máx y de rendimiento (Tlim y distancia máxima recorrida). La hipótesis inicial del estudio fue que los intervalos de recuperación pasiva permiten un mejor rendimiento durante los sprints máximos y proporcionan un mayor potencial para alcanzar porcentajes de VO2máx elevados y tiempo de permanencia en porcentajes de VO2máx elevados y mayor volumen de O2 consumido. Además, la hipótesis de la respuesta metabólica sería que las recuperaciones activas inducen una menor concentración de lactato en sangre durante y después de los protocolos de ejercicio HIIT.

Ocho sujetos fueron asignados al azar a 4 sesiones experimentales de ejercicios de entrenamiento por intervalos de alta intensidad. Cada sesión se realizó con un tipo y duración de recuperación (recuperación pasiva corta: 2 minutos, recuperación pasiva larga [LPR: 8 minutos], recuperación activa corta: 2 minutos y recuperación activa larga [LAR: 8 minutos]). No hubo diferencias significativas en la concentración de lactato en sangre entre cualquiera de las recuperaciones durante el período de ejercicio (p >0.05). El formato LAR presentó un valor de lactato en sangre significativamente más bajo durante el período posterior al ejercicio en comparación con el formato LPR (p <0.01). LPR mostró un mayor volumen de O2 consumido en detrimento de los protocolos activos (p <0.001). No hubo diferencias significativas en el tiempo empleado en todos los porcentajes de VO2máx entre ninguno de los protocolos de recuperación (p >0.05). Las recuperaciones pasivas mostraron un tiempo de esfuerzo significativamente mayor en comparación con las recuperaciones activas (p <0.001).

Diferentes recuperaciones no afectan la concentración de lactato en sangre durante el ejercicio. Todas las recuperaciones permitieron alcanzar y permanecer en porcentajes elevados del VO2máx. Por lo tanto, todas las recuperaciones pueden ser eficientes para generar alteraciones en el sistema cardiorrespiratorio.

Aplicaciones prácticas

Las recuperaciones pasivas utilizadas en el presente estudio fueron más eficientes para el rendimiento, especialmente el formato LPR. Por lo tanto, para sesiones de entrenamiento que tienen como objetivo mantener altos niveles de rendimiento en sprints máximos hasta el Tlim, el presente estudio recomienda el uso de recuperaciones pasivas largas (8 minutos). Los diferentes modos de recuperación no afectan la concentración de lactato en sangre durante el ejercicio. Sin embargo, es posible maximizar el uso del lactato sanguíneo como combustible energético por parte de las mitocondrias después del ejercicio utilizando recuperaciones activas prolongadas (8 minutos). Todas las recuperaciones permitieron alcanzar y emplear un tiempo adecuado en porcentajes elevados del VO2máx. Las recuperaciones activas requieren menos tiempo de ejercicio, mientras que las recuperaciones pasivas consumen mayor volumen de O2. Por lo tanto, todas las recuperaciones utilizadas en el presente estudio pueden ser estrategias eficientes para generar cambios en el sistema cardiorrespiratorio.