Efecto del entrenamiento de la fuerza en adultos sanos sobre el porcentaje de grasa corporal, la masa grasa y la grasa visceral: revisión sistemática y meta-análisis

Publicado 28 de noviembre de 2022, 13:07

Efecto del entrenamiento de la fuerza en adultos sanos sobre el porcentaje de grasa corporal, la masa grasa y la grasa visceral: revisión sistemática y meta-análisis

El entrenamiento de la fuerza (EF) es un modo popular de ejercicio con numerosos beneficios que no se obtienen tan fácilmente a través de otros modos de ejercicio (por ejemplo, ejercicio aeróbico), como la preservación de la densidad mineral ósea [Nelson 1994] y el aumento de la masa corporal magra [Schoenfeld 2010].

También desempeña un papel en la prevención o el control de los síntomas de muchas enfermedades crónicas [Gordon 2009, MacDonald 2016] y, por lo tanto, las pautas de actividad física recomiendan participar en EF 2 o 3 días a la semana [Garber 2011]. Si bien está claro que el EF provoca mejoras en la masa corporal magra [Benito 2020, Hagstrom 2020], los efectos sobre otros resultados de la composición corporal (como la grasa subcutánea y la grasa visceral) son menos claros. La posición del Colegio Americano de Medicina Deportiva sobre la actividad física para la pérdida de peso y la prevención de la recuperación del peso [Donnelly 2009] establece que el EF no daría una pérdida de peso clínicamente significativa y puede aumentar las pérdidas de masa grasa corporal sólo cuando se combina con ejercicio aeróbico [Donnelly 2009]. Es importante destacar que esta posición se hace en el contexto de la pérdida de peso corporal, no en la participación en el EF por salud o rendimiento. Al considerar el efecto del EF sobre la grasa subcutánea, la evidencia es variada [Donnelly 2009]. Esto puede deberse a las diferencias en el diseño del estudio, como la inclusión de intervenciones concurrentes [Glowacki 2004], o al uso de diferentes metodologías al analizar la composición corporal [Broeder 1997]. Curiosamente, el EF parece movilizar preferentemente la grasa visceral en individuos obesos y con sobrepeso [Strasser 2011], pero se desconoce la magnitud de este efecto. La grasa visceral ejerce consecuencias metabólicas y de salud más negativas que la grasa subcutánea [Montague 2000]; por lo tanto, cualquier intervención que reduzca la grasa visceral puede tener relevancia clínica y puede ser importante en grupos de sujetos tanto de peso normal como de sobrepeso u obesidad.

Generalmente se acepta en lo comercial, pero menos en la literatura científica, de que el EF puede promover cambios en la composición corporal además de la acumulación de masa magra. El concepto de reducir simultáneamente la masa grasa corporal y ganar masa magra se ha denominado "recomposición" corporal [Brakat 2020]. Dado que los niveles más altos de masa magra se asocian con un menor riesgo de mortalidad por todas las causas [Heitmann 2000], se puede decir que la recomposición corporal es más importante que simplemente reducir la masa corporal en individuos sanos. Como tal, esta revisión tuvo como objetivo determinar si el EF modifica la grasa corporal total y la grasa visceral en adultos sanos.

Es decir, Amanda D. Hagstrom de la University of New South Wale (Australia) llevó a cabo esta revisión sistemática y meta-análisis donde evaluaron el entrenamiento de la fuerza para determinar los resultados de la composición corporal en adultos sanos. El resultado primario fue el porcentaje de grasa corporal; los resultados secundarios fueron la masa grasa corporal y la grasa visceral.

El diseño de la revisión sistemática fue con meta-análisis. Las fuentes de datos fueron buscadas en cinco bases de datos electrónicas hasta enero de 2021. Los criterios de elegibilidad incluyeron ensayos aleatorios que compararon el entrenamiento de la fuerza de cuerpo completo durante al menos 4 semanas con el control sin ejercicio en adultos sanos.

En el análisis, los autores evaluaron la calidad del estudio con la herramienta TESTEX y realizaron un meta-análisis de efectos aleatorios, con un análisis de subgrupos basado en el tipo de medición (escáner o no escaneado) y el sexo (masculino o femenino), y una meta-regresión para el volumen de entrenamiento de la fuerza y componentes del entrenamiento.

Los resultados de 11981 registros, incluyeron 58 estudios en la revisión, 54 de los cuales proporcionaron datos para un meta-análisis. La calidad media del estudio fue 9/15 (rango 6-15). Comparado con el un grupo de control, el entrenamiento de la fuerza redujo el porcentaje de grasa corporal en −1.46% (intervalo de confianza del 95% −1.78 a −1.14, p <0.0001), la masa de grasa corporal en −0.55 kg (intervalo de confianza del 95% −0.75 a −0.34, p <0.0001) y grasa visceral por una diferencia de medias estandarizada de −0-49 (intervalo de confianza del 95% −0.87 a −0.11, p=0.0114). El tipo de medición fue un moderador significativo en el porcentaje de grasa corporal y la masa de grasa corporal, pero el sexo no lo fue. El volumen de entrenamiento y los componentes del entrenamiento no se asociaron con el tamaño del efecto.

En resumen, se encontró que el EF disminuyó moderadamente el porcentaje de grasa corporal, la masa grasa y la grasa visceral en adultos sanos. Los cambios después del EF son de naturaleza incidental y probablemente se combinen con mayores beneficios de la recomposición corporal, incluidas las ganancias de masa magra. Una recomposición del 3 al 5% puede tener importancia y relevancia para las personas de peso normal que participan en un programa de EF.