Efectos de las terapias manuales y el ejercicio de fuerza sobre la hipotensión post-ejercicio en mujeres con presión arterial normal
Publicado 15 de junio de 2022, 14:19
La hipertensión arterial se caracteriza por una hipertensión arterial (PA) crónica y se considera un factor de riesgo relevante para las enfermedades cardiovasculares (Schiffrin 2014), lo que genera preocupación en todo el mundo (MacDonald 2016, Mills 2016). El Colegio Americano de Medicina del Deporte (2011) ha estado promoviendo la actividad física regular como una importante intervención no farmacológica para mejorar la salud, además de promover disminuciones agudas y crónicas de la PA. La hipotensión post-ejercicio (PEH) es un término utilizado para caracterizar las reducciones de la PA inducidas por el ejercicio (Pescatello 2019), y su magnitud tiene una relevancia clínica importante para reducir el riesgo cardiocirculatorio a lo largo del día (ACSM 2004).
Se han probado varias estrategias no farmacológicas para promover la PEH (Pescatello 2019). Una estrategia particular que se ha explorado es el ejercicio de fuerza (EF) con múltiples estudios que indican que el EF puede ser una estrategia no farmacológica efectiva para promover la PEH (Brook 2013, Figueiredo 2015). El ejercicio de fuerza ha demostrado eficacia en la promoción de una respuesta de la PEH significativa utilizando una variedad de diseños de programas diferentes (volúmenes, intensidades y métodos de entrenamiento) (Figueiredo 2015, Ribeiro 2021, Simao 2005). Los resultados informados por MacDonald y cols. (2016) en un meta-análisis respaldan estas conclusiones, indicando que los resultados del EF son comparables o superiores al entrenamiento aeróbico para promover la PEH en adultos hipertensos no blancos.
El ejercicio de fuerza combinado con ejercicios de estiramiento estático (SS) (da Silva 2019, Souza 2019) y ejercicios de masaje manual aislado (MM) (Givi 2018, Liao 2016, Walaszek 2015) son ejemplos de estrategias no farmacológicas diferentes y emergentes que han sido probadas con éxito por sus efectos sobre la PA. Por ejemplo, Liao y cols. (2016) en una revisión meta-analítica informaron que una técnica de masaje clásica contribuye significativamente a la reducción tanto de la presión arterial sistólica (PAS) (-7.39 mm Hg; ES = -0.728) como de la presión arterial diastólica (PAD) (-5.04 mm Hg; ES = -0.334). Además, Inami y cols. (2015) observaron un aumento transitorio de la PAS durante el SS y un retorno a la línea de base inmediatamente después de la intervención con PEH (6.1 %-12.2 mm Hg) a lo largo de los 60 minutos posteriores al SS (da Silva 2019). Investigaciones anteriores indican resultados positivos tanto para el EF combinado con el SS como para técnicas clásicas de MM para promover una PEH. Sin embargo, el número de investigaciones que exploran estas intervenciones es limitado. Esto hace que la generalización de los resultados de estas investigaciones sea un desafío, ya sea como modalidades aisladas o en combinación, como el SS y el MM realizados en sucesión.
Hasta donde se sabe, ningún estudio previo ha comparado los efectos del SS versus el MM sobre la PA o ha examinado los efectos del MM en combinación con otras modalidades como SS o EF en las respuestas de la PA. A pesar de las obvias diferencias que existen entre estas 2 estrategias de intervención, hay razones para sospechar que ambas (SS y MM) podrían tener efectos similares (Beardsley 2015). Se ha planteado la hipótesis de que los mecanorreceptores dentro del músculo y la fascia, cuando se activan, tienen efectos inhibidores, como la disminución del tono muscular (Beardsley 2015). Este tono muscular reducido puede promover un cambio de la dominancia simpática a la dominancia parasimpática, facilitando los procesos para que ocurra la PEH. Por lo tanto, recientemente Jason B. Winchester, de la Concordia University Chicago (EEUU) llevó a cabo un estudio cuyo propósito de esa investigación fue examinar los efectos agudos del EF y diferentes terapias manuales (SS y MM), realizadas por separado o en combinación, sobre las respuestas de la PA durante la recuperación en mujeres con PA normal. Este estudio tiene 2 hipótesis iniciales. Primero, el EF y el SS combinados pueden aumentar la magnitud de la PEH en comparación con cualquiera de ellos sólo. De manera similar, el EF y el MM combinados pueden aumentar la magnitud de la PEH en comparación con cualquiera de ellos sólo.
Dieciséis mujeres entrenadas en fuerza de forma recreativa (edad: 25.1±2.9 años; altura: 158.9±4.1 cm; masa corporal: 59.5±4.9 kg; índice de masa corporal: 23.5±1.9 kgm-2; PA sistólica basal mediana: 128 mm Hg; y basal mediana de la PA diastólica: 78 mm Hg). Todos los sujetos realizaron 6 experimentos en orden aleatorio: (a) control en descanso (CON), (b) sólo EF (EF), (c) sólo ejercicio de estiramiento estático (SS), (d) sólo MM, (e) EF seguido inmediatamente por SS (EF+SS), y (f) EF seguido inmediatamente por MM (EF+MM). El EF consistió en 3 series de ejercicios de press de banco bilateral, sentadilla trasera, polea frontal y press de piernas al 80% de 10RM. Se aplicaron estiramientos estáticos y MM unilateralmente en 2 series de 120 segundos a cada una de las regiones del cuádriceps, isquiotibiales y pantorrillas. Se midió la PA sistólica (PAS) y diastólica antes (reposo) y cada 10 minutos durante los 60 minutos siguientes (Post 10–60) a cada intervención.
Hubo diferencias intragrupo significativas para EF en Post-50 (p = 0.038; d = -2.24; Δ = -4.0 mm Hg). De igual forma, se encontraron diferencias intragrupo de la PAS para el protocolo SS en Post-50 (p = 0.021; d = -2.67; Δ = -5.0 mm Hg) y Post-60 (p = 0.008; d = -2.88; Δ = -5.0 mmHg). Aún así, se encontraron diferencias intragrupo de la PAS para el protocolo MM en Post-50 (p = 0.011; d = -2.61; Δ = -4.0 mm Hg) y Post-60 (p = 0.011; d = -2.74; Δ = -4.0 mmHg). Finalmente, se encontró una única diferencia intragrupo de la PAS para el protocolo EF+SS en Post-60 (p = 0.024; d = -3.12; Δ = -5.0 mm Hg).
Los médicos deben ser conscientes de que el SS y el MM tienen un potencial de influir en las respuestas de la PA además del EF o por sí mismos y, por lo tanto, deben tenerse en cuenta para las personas hipertensas o hipotensas.
Aplicaciones prácticas
Los ejercicios de estiramiento estático y el MM deben considerarse como otras modalidades que provocan una PEH además de los ejercicios aeróbicos y de EF, ya sea solos o en combinación. Se encontraron disminuciones en la PAS por EF, EF+SS, MM y SS, con una magnitud grande y significativa (tamaño del efecto) en mujeres con una PA normal. Los resultados de esta investigación pueden ayudar en la toma de decisiones de los médicos que desean obtener una respuesta de PEH tanto en sujetos normotensos como hipertensos.
Además, aunque investigar los cambios crónicos en la PEH como respuesta a estas intervenciones estuvo más allá del alcance de esta investigación actual, hay muchos datos que sugieren que el EF puede ser una herramienta poderosa para mejorar la PA. Los profesionales que buscan influir en los parámetros de la PA en sus alumnos/pacientes pueden desear explorar la incorporación del EF en su plan de atención.