Ejercicio de la semana: T - Y - L en TRX - "Integrando y conectando el core para tener un hombro estable"

Publicado 24 de enero de 2013, 18:55

Ejercicio de la semana: T - Y - L en TRX - "Integrando y conectando el core para tener un hombro estable"

Uno de los principales objetivos del entrenamiento de la fuerza en los jugadores de voleibol es la necesidad de una base de condición sólida que habilite la función de los principales grupos musculares que actúan con mayor asiduidad durante el entrenamiento específico, para evitar lesiones por sobre uso.

Los hombros de los jugadores deben soportar altas velocidades angulares y torques durante el ataque y el saque en salto, se estima que un jugador profesional realiza unos 40000 ataques por año. Kugler y cols (1996)1, reportaron que el impacto de la pelota se produce en una posición de anteversión entre 170°-140° con una rotación neutral. La velocidad de la mano es de aproximadamente 13.1 m∙s-1, acelerando la pelota a una velocidad por arriba de los 120km/h, al mismo tiempo durante el ataque, se deben realizar rápidos ajustes y reaccionar a cambios en la posición, dirección, velocidad y rotación de la pelota involucrando un estrés sobre los estabilizadores del hombro.

Existen numerosos tipos de lesiones en el hombro del jugador de voleibol, con diferentes mecanismos de lesión, sin embargo la mayoría de las lesiones están relacionadas con la fatiga crónica en los estabilizadores dinámicos del hombro2,3. Cuando estos no funcionan óptimamente, el estrés por repetición es transferido a los estabilizadores estáticos. Esto conduce a un estiramiento y deformación plástica del ligamento gleno-humeral antero inferior y un eventual desarrollo de inestabilidad anterior. Otro punto importante es la inestabilidad del hombro producto de la debilidad de la articulación escapulo-torácica, sobre todo en las disfunción del serrato anterior del trapecio inferior2. Existe evidencia que sugiere que los jugadores de vóley con debilidad de esta articulación presentan mayor inestabilidad con posterior lesiones de hombro en comparación con jugadores con hombros sanos1,4.

El movimiento de remate suele desglosarse en tres fases: armado, aceleración y desaceleración3,5. La fase de armado termina aproximadamente a 90 ° de abducción con rotación máxima de la articulación escapulo humeral. Durante esta fase, el infraespinoso y redondo menor actúan conjuntamente en la rotación externa del húmero, mientras que el romboides participa en la máxima retracción de la escapula que se da en este momento. En la siguiente fase (aceleración), la actividad del infraespinoso declina mientras que el redondo menor permanece activo. Esta fase se caracteriza por una importante rotación interna, extensión y aducción horizontal del hombro hasta el punto de contacto con el balón. Cuándo se hace contacto con balón, comienza la tercera fase (fase de desaceleración). En esta fase se requiere una fuerte contracción muscular excéntrica para mantener la congruencia de la articulación escapulo-humeral. Esto implica una alta actividad de los músculos del manguito rotador, del serrato anterior, bíceps braquial, deltoides y del dorsal ancho, junto con los estabilizadores de la escapula que permiten disipar las fuerzas suavemente contrayéndose excéntricamente 3,5.

De acuerdo al análisis anterior, resulta extremadamente importante incorporar ejercicios que involucren la actividad de los principales grupos musculares que intervienen en los movimientos específicos dentro los programas preventivos y rehabilitatorios para los hombros de los jugadores de voleibol. Sobre todo haciendo hincapié en la fase de desaceleración3,6,7.

En esta oportunidad elegimos un ejercicio integrado, en donde se involucra con gran intensidad la musculatura del core, la musculatura encargada de sostener la estabilidad escapular y los músculos del manguito rotador, mediante la utilización del propio peso corporal y con dispositivo TRX de entrenamiento en suspensión.

Es importante destacar que en este ejercicio, la clave reside en mantener los hombros estables mediante la estabilización de la articulación escapulo – torácica y a partir de esto mover los brazos y no al revés.

Durante las tres repeticiones se trata de ejecutar las tres letras (ver video)

T

Y

L

Bibliografía

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Reeser JC, Verhagen E, Briner WW, Asklean T, Bahr R. Strategies for the prevention of volleyball related injuries. Br J Sports Med. 2006; 40: 594-600.