El enjuague bucal con carbohidratos no altera la fatiga central o periférica después del ejercicio de alta y de baja intensidad en hombres

Publicado 4 de febrero de 2022, 20:17

El enjuague bucal con carbohidratos no altera la fatiga central o periférica después del ejercicio de alta y de baja intensidad en hombres

La ingesta de carbohidratos exógenos (CHO) es una práctica bien aceptada para retrasar la fatiga y mejorar el rendimiento durante el ejercicio que dura más de 60 a 90 minutos (Jeukendrup 2004). La ingesta de CHO durante el ejercicio prolongado actúa para mantener los niveles de glucosa en sangre, aumenta la oxidación de CHO exógenos y ahorra las reservas de glucógeno muscular y hepático, lo que a su vez retrasa la fatiga (Jeukendrup 2004). Una gran literatura y creciente indica que no es necesario ingerir CHO exógenos para mejorar el rendimiento de resistencia. Se ha sugerido que la presencia de CHO en la boca estimula los receptores orales y, a su vez, activa regiones del cerebro asociadas con la motivación, la excitación y el control motor (Chambers 2009). Gant y cols. (2010) demostraron que el enjuague bucal con una solución de CHO después de un ejercicio agotador aumentó los potenciales evocados motores (MEP), lo que podría indicar una mayor excitabilidad córticomotora. Este aumento de la excitabilidad puede haber ayudado a atenuar la disminución de la fuerza voluntaria máxima (MVC) en la condición de CHO.

Pocos estudios han examinado los efectos de un enjuague bucal con CHO en el ejercicio de fuerza y de potencia. Los estudios han demostrado que el enjuague bucal con CHO mejora (Beaven 2013, Rollo 2015) y no tiene ningún efecto (Chong 2011, Dorling 2013, Krings 2017, Pribyslavska 2016) en el rendimiento de sprint de corta duración. De manera similar, se han mostrado resultados equívocos en relación con el ejercicio de fuerza. Se ha demostrado que el enjuague bucal con carbohidratos aumenta la fuerza máxima (Gant 2010) y las repeticiones hasta el fallo (Clarke 2017) y compensa la disminución de la fuerza máxima después de un ejercicio agotador (Jensen 2015). Por el contrario, otros estudios han demostrado que el enjuague bucal con CHO no tiene efectos beneficiosos sobre la fuerza máxima, ya sea 1RM, MVC o múltiples contracciones dinámicas hasta el fallo (Clarke 2015, Eichelberger 2007, Green 2020, Painelli 2011). Jensen y cols. (2015) sugirieron que la falta de efecto del enjuague bucal con CHO sobre el rendimiento de fuerza/potencia, cuando se observan mejoras claras durante el ejercicio de resistencia de larga duración, puede estar relacionado con la falta de fatiga central cuando la fuerza máxima, las repeticiones hasta el fallo y el rendimiento de sprint son alcanzados. Si el enjuague bucal con CHO funciona mediante un mecanismo central, entonces probablemente sólo mejoraría el rendimiento cuando hay un déficit central.

En un esfuerzo por probar esta hipótesis, Jensen y cols. (2015) evaluaron los efectos del enjuague con CHO sobre la fuerza máxima realizando una contracción isométrica al 50 % de la MVC hasta la fatiga, con la esperanza de inducir una fatiga central. El enjuague con CHO atenuó la disminución posterior a la fatiga en MVC en un 3%; sin embargo, el análisis EMG no mostró diferencias en la activación neuromuscular neta entre las condiciones de CHO y PLA (placebo). Este hallazgo sugiere que el impulso central hacia el músculo fue similar, y que las diferencias en la fuerza post-fatiga probablemente se debieron a un efecto periférico, más que central, de los CHO. En un intento por aclarar aún más este hallazgo, un estudio anterior de un laboratorio de Oklahoma (Black 2018) utilizó un diseño de estudio similar y evaluó las contribuciones centrales y periféricas a la pérdida de fuerza utilizando la técnica de contracción interpolada (ITT). Se encontró que el enjuague con CHO no tuvo efecto sobre la fuerza máxima, la activación voluntaria/reclutamiento de unidades motoras (VA%) o el TT en reposo después de un ejercicio agotador al 50% de la MVC. Sin embargo, no se observaron disminuciones en el %VA después del protocolo del ejercicio agotador, lo que sugiere una falta de fatiga central que podría explicar la falta de efecto del enjuague con CHO.

Investigaciones anteriores han demostrado una relación inversa entre la intensidad de la contracción y la presencia de la fatiga central. Cuando el ejercicio isométrico se realizó a una intensidad superior al 35-45% de la MVC, se observaron disminuciones mínimas en el % AV (Eichelberger 2007, Yoon 2007), dado el tiempo de duración relativamente corto del ejercicio. El uso de contracciones de menor intensidad al 20% (Yoon 2007) y al 30% (Eichelberger 2007) resultó en una reducción de 2 a 3 veces mayor en el % de AV en comparación con las contracciones que ocurrieron al 80% (Yoon 2007) y al 75% (Eichelberger 2007) de la MVC, respectivamente. El uso de ejercicios de menor intensidad para provocar mayores déficits en el %VA proporcionaría un modelo experimental para determinar mejor los efectos, si los hubiera, del enjuague bucal con CHO sobre la fuerza máxima. Como tal, recientemente Christopher D. Black de la University of Oklahoma (EEUU), llevó a cabo un estudio cuyo propósito fue comparar los efectos de un enjuague bucal con CHO sobre la producción de torque y el % de AV después de un ejercicio extenuante diseñado para inducir cantidades altas (20% de MVC) y bajas (80% de MVC) de fatiga central. Se planteó la hipótesis de que, en comparación con un enjuague con placebo (PLA), el enjuague con CHO reduciría la disminución de la MVC y el % de la AV después del ejercicio agotador al 20%, pero no al 80% de la MVC.

Doce sujetos masculinos (22.5±2.3 años; 183.5±6.5 cm; 82.2±13.9 kg) completaron 4 sesiones de prueba en forma cruzada doble ciego. La fuerza isométrica voluntaria máxima (MVC) del ejercicio de extensión de rodilla se evaluó antes (Pre), inmediatamente (iPost-Ex) y 5 minutos (5 min Post Ex) después del ejercicio isométrico realizado al 80% o al 20% de la MVC. Se usó un enjuague bucal con una solución de CHO al 8% o de placebo (PLA) durante 20 segundos después del ejercicio. El % de la VA se determinó por interpolación de la contracción. Se realizó un análisis de condición 2 (CHO vs PLA) x 2 intensidad de la contracción (20$ vs 80%) x 3 momentos de tiempo (Pre, iPost Ex y 5 min Post Ex) completamente dentro del análisis de varianza de medidas repetidas por sujeto; la significación estadística se fijó en p ≤0.05.

Se encontraron mayores reducciones en la MVC en iPost-Ex después del ejercicio al 20% en comparación con el 80% de la MVC (-25±14% vs -11±8%; p < 0.001), así como en el % de la VA (-17 ±14% vs -8±14%; p <0.004). No se observaron diferencias en la condición de CHO vs PLA (p ≥0.34). En el estudio se tuvo éxito en provocar diferentes niveles de fatiga central y periférica al hacer ejercicio a baja y alta intensidad. A pesar de las disminuciones significativamente mayores en el % de la AV después del ejercicio al 20% de la MVC, el enjuague bucal con CHO no tuvo efectos en comparación con el placebo en ninguna de las variables medidas.

Aplicaciones prácticas

Estos hallazgos de que el enjuague con CHO no previno la pérdida de producción de torque ni alteró la activación voluntaria después de un ejercicio agotador, independientemente de la magnitud de la fatiga central inducida, se suma a la creciente evidencia de que el enjuague con CHO tiene poco o ningún efecto ergogénico sobre la fuerza muscular. Como tal, los autores recomiendan que los atletas y entrenadores tengan en cuenta al usar un enjuague con CHO en situaciones en las que el objetivo es mejorar el rendimiento durante eventos de prueba única de alta intensidad, como 1RM o un sólo sprint, o cuando el deseo es atenuar el declive en la realización de eventos repetidos de alta intensidad que requieren una fuerza muscular significativa, pero que también inducen una fatiga central significativa (por ej., repeticiones hasta el fallo, sprints repetidos, etc.).