Efecto del ciclo menstrual al estimar 1RM a partir de la relación carga-velocidad durante el ejercicio de press de banco
Publicado 5 de septiembre de 2022, 14:11
En el transcurso de un ciclo menstrual ovulatorio (CM), hay fluctuaciones importantes en los esteroides sexuales femeninos que tienen múltiples efectos en diferentes sistemas corporales (Constantini 2005). Las variaciones en los niveles de estrógenos y progesterona provocan algunas adaptaciones en los parámetros cardiorrespiratorios y metabólicos (Constantini 2005, Sims 2018), lo que puede tener implicaciones en el rendimiento físico. En el caso de la fuerza muscular, se ha sugerido un efecto inotrópico de los estrógenos (Constantini 2005, Sarwar 1996).
A pesar de los efectos teóricos de los cambios hormonales, algunas revisiones de la literatura coinciden en la falta de evidencia concluyente sobre la influencia del CM en el rendimiento físico y, específicamente, la evidencia sobre el papel de esas fluctuaciones hormonales en la fuerza muscular es muy limitada con hallazgos contradictorios (Constantini 2005, Janse de Jonge 2003, Sims 2018). Mientras que algunos estudios previos reportaron variaciones cíclicas en la fuerza muscular relacionadas con las diferentes fases del MC (Bambaeichi 2004, Pallavi 2017, Sarwar 1996, Tenan 2016), otros no encontraron diferencias (Abe 2007, Gur 1997, Romero-Moraleda 2019). Por lo tanto, la falta de acuerdo encontrada en la literatura actual exige claramente la necesidad de realizar más investigaciones sobre este tema (Janse de Jonge 2003).
La repetición máxima de 1 (1RM) se considera como la principal referencia para evaluar la fuerza dinámica máxima de un individuo (16). Desde un punto de vista práctico, se ha recomendado el modelado de la relación carga-velocidad individual (L-V) para una estimación precisa de la 1RM (15,16). Debido a la fuerte linealidad de la relación L-V individual, el 1RM puede estimarse mediante un modelo de regresión lineal como la carga asociada con la velocidad del 1RM (15). Por lo tanto, este estudio tuvo como objetivo examinar el efecto del MC al estimar la 1RM a partir de la relación L-V individual durante el ejercicio de press de banca (BP) sólo concéntrico en mujeres eumenorreicas. Dadas las implicaciones teóricas de las fluctuaciones hormonales durante el MC, se plantea la hipótesis de alteraciones en la relación L-V durante el ejercicio de BP a lo largo de las diferentes fases del MC.
La repetición máxima de 1 (1RM) se considera como la principal referencia para evaluar la fuerza dinámica máxima de un individuo (Perez-Castilla 2021). Desde un punto de vista práctico, se ha recomendado el modelado de la relación carga-velocidad individual (L-V) para una estimación precisa de la 1RM (Perez-Castilla 2019 y 2021). Debido a la fuerte linealidad de la relación L-V individual, el 1RM puede estimarse mediante un modelo de regresión lineal como la carga asociada con la velocidad del valor de 1RM (Perez-Castilla 2019). Por lo tanto, recientemente, el Dr. Felipe Garcıa-Pinillos de la Universidad de Granada (España) llevó a cabo un estudio cuyo objetivo fue examinar el efecto del CM al estimar el valor de 1RM a partir de la relación L-V individual durante el ejercicio de press de banco (BP) sólo concéntrico en mujeres eumenorreicas. Dadas las implicaciones teóricas de las fluctuaciones hormonales durante el CM, se plantea la hipótesis de alteraciones en la relación L-V durante el ejercicio de BP a lo largo de las diferentes fases del MC.
Nueve mujeres eumenorreicas entrenadas en fuerza (edad: 28.7±3.6 años) fueron evaluadas en 3 fases diferentes en el CM: fase menstrual o folicular temprana (es decir, evaluación entre los días 1 y 3), fase folicular o folicular tardía (es decir, evaluación entre días 7–10), y fase lútea o luteínica media (es decir, prueba entre los días 19–21). Cada prueba de evaluación consistió en un protocolo de carga incremental contra 4 condiciones de carga (50-70-80-90% 1RM) en el ejercicio de BP sólo concéntrico. Se utilizó una aplicación de teléfono inteligente (MyLift) para recopilar la velocidad media (VM) de todas las repeticiones. El valor de 1RM se estimó a partir de la relación carga-velocidad individual aplicando un modelo de regresión lineal como la carga asociada a una VM de 0.17 mseg-1. Además, la VM obtenida en cada %1RM (es decir, del 20% de 1RM al 80% de 1RM en incrementos del 20%), la pendiente de carga-velocidad (es decir, la disminución de la VM por cada 1% de incremento en el %1RM), y la intersección con el eje y (es decir, la estimación de la VM al 0% de 1RM) se calcularon a partir de las relaciones de velocidad de carga individuales.
No se observaron diferencias significativas entre las 3 fases del CM para ninguno de los parámetros de relación carga-velocidad medidos (valor de p corregido ≥0.495; tamaño del efecto ≤0.24). Los resultados sugieren que la estimación de 1RM de BP a partir de la relación carga-velocidad parece no variar en las 3 fases diferentes del CM (es decir, fases menstrual, folicular y lútea).
Aplicaciones prácticas
Desde un punto de vista práctico, la falta de diferencias entre las fases del CM para cualquiera de los parámetros de la relación L-V obtenidos durante el ejercicio de BP sugiere que no es necesario invertir tiempo y esfuerzo en actualizar la relación L-V y los valores de 1RM en cada fase del CM. Sin embargo, el mantenimiento del rendimiento deportivo a lo largo del CM, en los niveles de fuerza, no implica el mantenimiento de la respuesta adaptativa al entrenamiento. Por ello, son necesarios estudios de intervención que examinen la conveniencia de considerar las fases de CM a la hora de diseñar programas de entrenamiento de la fuerza.